perder la cabeza.

Yo no conteste.

– ?Que puedo hacer, tio? Estoy completamente desquiciado…

– Bebamos por su suerte, Marty, por su buena suerte.

Bebimos un gran trago por ella.

– Era magnifica, Hank, tienes que creerme, era magnifica.

– Te creo, Marty.

Una semana mas tarde echaron a Marty por no pagar el alquiler y yo consegui un trabajo en un matadero. Habia un par de bares mexicanos cruzando la calle. Me gustaban esos bares mexicanos. Despues del trabajo, yo olia a sangre, pero alli a nadie le importaba. No era hasta que subia en el autobus de vuelta a casa que las narices empezaban a arrugarse y la gente me miraba como a un sucio diablo y yo comenzaba a sentirme otra vez como un salvaje. Eso ayudaba.

Hombre mazo

Ronnie tenia que encontrarse con los dos hombres en el bar Aleman, en el distrito Silverlake. Eran las 7:15 de la tarde. Estaba alli solo, sentado a una mesa bebiendo cerveza. La camarera era rubia, con un magnifico culo, y sus tetas parecian como si fuesen a salirse de la blusa.

A Ronnie le gustaban las rubias. Era como patinar sobre hielo o sobre ruedas. Las rubias eran patinaje sobre hielo, el resto un pobre patinar sobre ruedas. Las rubias incluso olian diferente. Pero las mujeres significaban problemas, y para el a menudo los problemas superaban totalmente el goce que ellas pudieran darle. En otras palabras, el precio era demasiado alto.

De todas formas, un hombre necesita una mujer de vez en cuando, penso, si mas no para probarse a si mismo que puede conseguirla. El sexo era algo secundario. No habia un mundo de amantes, ni nunca lo habria.

7:20. Se volvio hacia ella para pedirle otra cerveza. Ella se acerco sonriendo, la cerveza delante de sus tetas. Uno no podia evitar que le gustara mientras se acercaba de ese modo.

– ?Te gusta trabajar aqui? -le pregunto el.

– Oh, si, conozco a muchos hombres.

– ?Buenos tipos?

– Buenos y de los otros.

– ?Como puedes clasificarlos?

– Lo puedo saber solo con mirarlos.

– ?Que clase de hombre soy yo?

– Oh -se rio- usted es bueno, por supuesto.

– Te has ganado la propina -dijo Ronnie.

7:25. Ellos dijeron a las 7. Levanto la vista. Alli estaba Curt. Traia al tio con el. Se acercaron y se sentaron a su lado. Curt despotricaba contra un lanzador de beisbol, pidio una jarra de cerveza.

– Los Rams son peores que la mierda -dijo Curt-. Me han costado mas de 500 dolares esta temporada.

– ?Crees que Prothro esta acabado?

– Si, ya no es nadie -dijo Curt-. Ah, este es Bill. Bill, este es Ronnie.

Se estrecharon las manos. La camarera llego con el jarro.

– Caballeros -dijo Ronnie-, esta es Khaty.

– Ah -dijo Bill.

– Ah, si -dijo Curt.

La camarera se rio y se fue.

– Es buena cerveza -dijo Ronnie-. Llevo aqui desde las siete esperando. Por eso lo digo.

– No querras emborracharte -dijo Curt.

– ?Es de fiar? -pregunto Bill.

– Tiene las mejores referencias -contesto Curt.

– Mira -dijo Bill- no quiero comedias. Es mi dinero.

– ?Como se yo que no es usted un cochino poli? -pregunto Ronnie.

– ?Como se yo que no te vas a largar con los 25.000 dolares?

– Tres de los grandes.

– Curt dijo dos y medio.

– Lo acabo de subir. No me gusta usted.

– A mi tampoco me preocupa mucho tu culo. Y tengo la suficiente inteligencia como para no seguir hablando contigo.

– Seguira. Usted solo nunca se atreveria a hacerlo.

– ?Sueles hacer estas cosas a menudo?

– Si. ?Y usted?

– Esta bien, caballeros -dijo Curt- a mi no me interesan sus disputas. Yo quiero mi billete grande por el contrato.

– Tu eres el que mejor sales, Curt -dijo Bill.

– Si -dijo Ronnie.

– Cada hombre es experto en sus propios asuntos -dijo Curt encendiendo un cigarrillo.

– Curt, ?como se que este tio no va a largarse con los tres grandes?

– No lo hara, porque si lo hace no podra volver a trabajar. Y es el unico trabajo que sabe hacer.

– Eso es horrible -dijo Bill.

– ?Que tiene de horrible? Tu lo necesitas ?no?

– Bueno, si.

– Otras personas tambien necesitan de el. Dicen que cada hombre es bueno para una cosa. El es bueno para esto.

Alguien metio una moneda en la maquina de discos y ellos se quedaron un rato en silencio, oyendo la musica y bebiendo cerveza.

– Me gustaria de verdad darle a esa rubia -dijo Ronnie-. Darle por lo menos seis horas de cuello de pavo en el cono.

– A mi tambien me gustaria -dijo Curt- si lo tuviera.

– Vamos a pedir otro jarro -dijo Bill-. Estoy nervioso.

– No hay porque preocuparse -dijo Curt. Se volvio para pedir otro jarro de cerveza-. Esos 500 dolares que he perdido con los Rams, los recuperare con los caballos en Anita. Lo abren el 26 de diciembre y yo estare alli.

– ?Va a correr Shoe en la apertura? -pregunto Bill.

– No he leido los periodicos, pero supongo que correra. No puede dejar de participar en una sola carrera. Lo lleva en la sangre. Es un gran caballo.

– Longden no corre -dijo Ronnie.

– Bueno, es normal; esta tan viejo que en vez de atarle la silla, lo atan a la silla.

– Pues gano su ultima carrera.

– Porque Campus freno al otro caballo.

– No creo que vayas a ganar dinero con los caballos -dijo Bill.

– Un hombre inteligente puede ganar dinero con cualquier cosa a la que dedique su cerebro -dijo Curt-. Yo nunca en mi vida he tenido que trabajar.

– Ya -dijo Ronnie- pero yo tengo que trabajar esta noche.

– Y asegurate de hacer un buen trabajo, querido -dijo Curt.

– Yo siempre hago un buen trabajo.

Estaban alli quietos bebiendo cerveza. Entonces Ronnie dijo:

– Muy bien. ?Donde esta el maldito dinero?

– Ya lo tendras, ya lo tendras -dijo Bill-. Tienes suerte de que acepte darte 500 dolares de mas.

Вы читаете Mujeres
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×