sus anos de ocaso contemplando… ocasos, desde la cubierta de un barco fluvial, con una gruesa (Miles estaba seguro de que era gruesa) dama eurasiatica en su regazo, una bebida en una mano y engullendo cerdo
Sollozar, sudar o correr a saltitos no eran respuestas validas, asi que Miles pregunto con cautela:
—Ah… ?seguro que no te aburriras?
Tung, malditos fueran sus agudos ojos, bajo la voz y respondio a la autentica pregunta.
—No me marcharia si no pensara que eres capaz de manejarte solo. Has mejorado mucho, hijo. Sigue como hasta ahora —sonrio de nuevo e hizo crujir sus nudillos—. Ademas, tienes una ventaja que no comparte ningun otro comandante mercenario de la galaxia.
—?Cual? —pico Miles.
Tung bajo aun mas la voz.
—No tienes que obtener beneficios.
Y eso, y su sardonica sonrisa, fue lo mas cerca que el avispado Tung estuvo jamas de admitir que hacia tiempo que habia adivinado quien era su autentico jefe. Saludo al marcharse.
Miles trago saliva y se volvio hacia Elli.
—Bueno… convoca una reunion de Inteligencia para dentro de media hora. Querremos que todas nuestras naves exploradoras se pongan en ruta lo mas pronto posible. Lo ideal seria infiltrar a un equipo en la organizacion enemiga antes de llegar.
Miles hizo una pausa, al darse cuenta de que estaba mirando a la cara a la exploradora mas dispuesta de toda su flota para las situaciones humanas, asi como las situaciones sobre el terreno requerian el talento de cierto teniente Christof. Enviarla a ella por delante, fuera de su alcance, al peligro… «No, no», era lo mas logico. Los mejores talentos ofensivos de Quinn se malgastaban con su trabajo como guardaespaldas; era por puro accidente que realizaba ese trabajo protector tan a menudo. Miles se obligo a mover los labios como si nunca lo tentara nada ilogico.
—Son mercenarios; algunos de los nuestros podrian unirse a ellos sin problemas. Si encontramos a alguien capaz de imitar de modo convincente la mente de psicopata criminal de esos piratas…
El soldado Danio, que caminaba por el pasillo, se detuvo a saludarlo.
—Gracias por sacarnos de la carcel, senor. Yo… realmente no me lo esperaba. No lo lamentara, lo juro.
Miles y Elli se miraron mientras el soldado se marchaba.
—Es todo tuyo —dijo Miles.
—Bien. ?Y luego?
—Que Thorne busque en la red de comunicaciones de la Tierra todo sobre este secuestro antes de que nos larguemos del espacio local. Quizas el cuartel general imperial haya pasado por alto un par de cosas.
Palpo el disco de seguridad de su bolsillo y suspiro, concentrandose para la tarea que se avecinaba.
—Al menos esto deberia ser mas sencillo que nuestras vacaciones en la Tierra —dijo esperanzado—. Una operacion puramente militar, sin parientes, ni politica, ni altas finanzas. Solo los buenos contra los malos.
—Magnifico —dijo Quinn—. ?Y nosotros cuales somos?
Miles todavia estaba pensando en la respuesta cuando la flota salio de la orbita.
Titulo original:
Traduccion: Rafael Marin
1. ? edicion: septiembre 1999
© 1989 by Lois McMaster Bujold
© Ediciones B, S.A., 1999
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