—A corto plazo… Convencer a los cetagandanos de que Barrayar no tuvo nada que ver con Dagoola, tal vez si, tal vez no —suspiro Miles—. Pero en cuanto al principal tema de seguridad… ahi teneis a dos oficiales leales que juraran bajo quimiohipnosis que el almirante Naismith y lord Vorkosigan son, sin ninguna duda, dos hombres distintos. Eso valdra mucho para nosotros.

—?Opinara igual Destang? —pregunto Ivan.

—Creo que no me importa un maldito comino lo que piense Destang —dijo Galeni, distante, mirando a traves de la burbuja.

Miles compartia ese sentimiento. Aunque, claro, todos estaban muy cansados. Pero todos estaban alli. Miro a su alrededor saboreando los rostros: Elli e Ivan, Galeni y Mark; todos vivos, todos habian sobrevivido a la noche.

Casi todos.

—?Donde quieres que te deje, Mark? —pregunto Miles. Miro a Galeni con los ojos entornados, esperando una objecion, pero el capitan no puso ninguna. Con la liberacion de los cetagandanos, Galeni habia perdido el impulso de la subida de adrenalina; parecia seco. Parecia viejo. Miles no le pidio su opinion. «Ten cuidado con lo que pides, tal vez lo consigas.»

—En una estacion de tubo —respondio Mark—. Cualquiera.

—Muy bien.

Miles solicito un mapa a la consola del coche.

—Sube tres calles y avanza dos, Ivan.

Se bajo con Mark cuando el coche se poso sobre la acera, en una zona de descarga.

—Vuelvo dentro de un momento.

Caminaron juntos hasta la entrada del tubo de descenso.

Aquel distrito estaba todavia tranquilo, solo habia unas cuantas personas caminando por la calle, pero no tardaria en ser la hora punta de la manana.

Miles se desabrocho la chaqueta y saco la tarjeta codificada. Por la tensa expresion de su rostro, Mark esperaba un disruptor neural, al estilo de Ser Galen, hasta el final. Mark cogio la tarjeta y le dio la vuelta, maravillado y receloso.

—Ahi tienes —dijo Miles—. Si no logras desaparecer de la Tierra con tu pasado y esta fortuna, no podra hacerlo nadie. Buena suerte.

—Pero… ?que quieres de mi?

—Nada. Nada en absoluto. Eres un hombre libre mientras puedas. Desde luego, no informaremos de la, ah, muerte semiaccidental de Galen.

Mark se guardo la nota en el bolsillo de los pantalones.

—Querias mas.

—Cuando no puedes conseguir lo que quieres, te quedas con lo que puedes conseguir. Como has descubierto —senalo el bolsillo de Mark. La mano de este se cerro protectoramente sobre el.

—?Que quieres que haga? ?Que me tienes preparado? ?De verdad te tomaste en serio lo de Jackson's Whole? ?Que esperas que haga?

—Puedes cogerlo y retirarte a las cupulas de placer de Marte mientras dure. O pagarte una educacion, o dos o tres. O tirarlo en la primera recicladora de desperdicios que encuentres. No soy tu dueno. No soy tu mentor. No soy tus padres. No tengo ninguna expectativa. No tengo ningun deseo.

«Rebelate contra eso… si eres capaz, hermanito…» Miles se encogio de hombros y dio un paso atras.

Mark entro en el tubo, sin darle la espalda.

—?POR QUE NO? —aullo de pronto, aturdido y furioso.

Miles echo la cabeza atras y solto una carcajada.

—?Descubrelo! —grito.

El campo del tubo lo envolvio y desaparecio, tragado por la tierra.

Miles regreso junto a sus amigos.

—?Ha sido un acto inteligente? —Elli, informada rapidamente por Ivan, parecia preocupada—. ?Dejarlo ir sin mas?

—No se —suspiro Miles—. «Si no puedes ayudar, no molestes.» No esta en mi mano ayudarlo. Galen lo volvio demasiado loco. Soy su obsesion. Sospecho que siempre lo sere. Lo se todo sobre las obsesiones. Lo mejor que puedo hacer es apartarme de su camino. Con el tiempo, quiza se calme si no tiene que reaccionar contra mi. Con el tiempo tal vez… se salve.

Su propio cansancio le paso factura. Sintio a Elli calida a su lado y se alegro mucho, mucho de su presencia. Entonces se acordo, pulso el comunicador de muneca y despidio a Nim y su patrulla, enviandolos de vuelta al espaciopuerto.

—Bueno —parpadeo Ivan despues de un minuto entero de agotado silencio por parte de todos los presentes—, ?y ahora adonde? ?Quereis volver vosotros dos al espaciopuerto tambien?

—Si —suspiro Miles—, y huir del planeta… Me temo que la desercion no es practica. Destang me pillaria tarde o temprano. Sera mejor que regresemos a la embajada y presentemos un informe. Verdadero. No hay nada por lo que mentir, ?no?

—Por lo que a mi respecta, no lo hay —murmuro Galeni—. Pero ya me dan igual los informes falsos. Al final se convierten en historia. Pecado absuelto.

—Sabe que no pretendia que las cosas salieran asi —le dijo Miles despues de un instante de silencio—. Me refiero a la confrontacion de anoche.

Parecia una disculpa enormemente pobre por haber hecho volar al padre del capitan…

—?Cree que lo controlaba? ?Que es omnisciente y omnipotente? Nadie le nombro Dios, Vorkosigan — debilmente, una comisura de su boca se curvo hacia arriba—. Estoy seguro de que se le paso por alto —se echo hacia atras y cerro los ojos.

Miles se aclaro la garganta.

—De vuelta a la embajada, Ivan. Ah… sin prisas. Conduce despacio. No me importaria ver un poco de Londres, ?eh?

Se apoyo en Elli y contemplo las primeras luces del verano cubrir la ciudad, el tiempo y todos los tiempos unidos y yuxtapuestos como la luz y la sombra entre una calle y la siguiente.

Cuando todos se pusieron en fila en el despacho de Seguridad de Galeni en la embajada, Miles recordo el juego de monos chinos que Tung, su jefe de personal dendarii, guardaba en un estante en sus habitaciones. Ivan era sin duda No-Ver. Por la tension de la mandibula de Galeni mientras devolvia la mirada al comodoro Destang, era un magnifico candidato a No-Hablar. Eso le dejaba a Miles No-Oir, pero cubrirse las orejas con las manos no le ayudaria mucho.

Miles esperaba que Destang estuviera furioso, pero mas bien parecia disgustado. El comodoro les devolvio el saludo y se apoyo en la silla de Galeni. Cuando su mirada cayo sobre Miles fruncio los labios en una linea particularmente morbosa.

—Vorkosigan —el apellido de Miles gravito en el aire ante ellos como algo palpable. Destang lo contemplo sin favoritismos y continuo—. Cuando termine de tratar con un tal investigador Reed del juzgado municipal de Londres, a las 07.00 de esta manana, estaba convencido de que solo la intervencion divina podria salvarle de mi furia. La intervencion divina llego a las 09.00 en la persona de un correo especial del cuartel general imperial — Destang alzo entre su pulgar y su indice un disco de datos marcado con el sello imperial—. Aqui estan las nuevas y urgentes ordenes para sus irregulares dendarii.

Ya que Miles habia visto al correo en la cafeteria, la cosa no le pillo totalmente desprevenido. Reprimio los deseos de abalanzarse hacia adelante.

—?Si, senor? —animo.

—Parece que cierta flota de mercenarios libres que opera en la lejana zona del Sector Cuatro, supuestamente contratada por un gobierno subplanetario, ha pasado de la guerrilla a la pirateria descarada. Su bloqueo del agujero de gusano ha degenerado desde la detencion y el registro de naves a la confiscacion. Hace tres semanas secuestraron a una nave de pasajeros de Tau Ceti para convertirla en transporte de tropas. Hasta ahi muy bien, pero entonces a algun listillo entre ellos se le ocurrio la brillante idea de aumentar sus beneficios pidiendo rescate por los pasajeros. Varios gobiernos planetarios cuyos ciudadanos estan retenidos han dispuesto un equipo negociador, dirigido por los taucetanos.

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