temprano uno te pillaria y todo se acabaria. Mira, debe de haber cuarenta puntos de ataque. No te atasques con el primero que te venga a la cabeza. Por ejemplo, supongamos que regresas conmigo a Barrayar. Como lord Mark Vorkosigan, podrias esperar amasar con el tiempo una base de poder financiero y personal. Completar tu educacion… adecuarte para atacar el problema estrategicamente, no solo, ah, abalanzarte contra la primera pared con la que te encuentres y, zas.

—Nunca ire a Barrayar —dijo Mark entre dientes.

«Si, y parece que todas las mujeres con un coeficiente superior de la galaxia estan en completo acuerdo contigo… puede que seas mas listo de lo que crees.» Miles suspiro entre dientes. «Quinn, Quinn, Quinn, ?donde estas?» En el pasillo, la policia cargaba a los ultimos asesinos inconscientes en una plataforma flotante. La posibilidad de salir de alli se presentaria pronto, o nunca.

Miles se dio cuenta de que Ivan lo estaba mirando.

—Estas completamente chiflado —dijo, con total conviccion.

—?Que, no piensas que ya es hora de que alguien se las haga pagar a esos bastardos de Jackson's Whole?

—Claro, pero…

—Yo no puedo estar en todas partes. Pero si apoyar el proyecto —Miles miro a Mark—, si has acabado de intentar ser yo, claro esta.

Mark vio como se llevaban a los ultimos asesinos.

—Puedes quedartelo. Me extrana que no seas tu quien intenta cambiar de identidad conmigo —miro a Miles con la cabeza ladeada, lleno de renovado recelo.

Miles se echo a reir, dolorosamente. Que tentacion. Tirar su uniforme, meterse en un tubo y desaparecer con una nota de credito por valor de medio millon de marcos en el bolsillo. Ser un hombre libre… Poso la mirada sobre el sucio uniforme verde imperial de Ivan, simbolo de su servicio. «Eres lo que decides ser… elige otra vez.» No. El hijo mas feo de Barrayar elegiria seguir siendo su campeon. No se arrastraria a un agujero para no ser nadie.

Hablando de agujeros, era hora de salir de aquel. Los ultimos miembros del comando policial desaparecieron tras la curva del pasillo, tras la plataforma flotante. Los tecnicos llegarian de un momento a otro. Seria mejor actuar rapido.

—Es hora de irnos —dijo Miles, desconectando el escaner y recuperando la linterna.

Ivan gruno aliviado y alargo los brazos para abrir la compuerta. Empujo a Miles para ayudarlo a salir. Miles a su vez le lanzo la cuerda del equipo de rappel, como antes. El panico inundo el rostro de Mark durante un instante cuando vio a Miles enmarcado en la salida y advirtio por que el podia ser el ultimo; su expresion se cerro de nuevo cuando Miles hizo bajar la cuerda. Miles recogio la pequena camara, la devolvio a su caja y pulso el comunicador de muneca.

—Nim, informe de situacion —susurro.

—Tenemos ambos vehiculos de vuelta en el aire, senor, a un kilometro tierra adentro. La policia ha acordonado su zona. El lugar esta repleto de ellos.

—Muy bien. ?Alguna noticia de Quinn?

—Ningun cambio.

—Deme sus coordenadas exactas dentro de la torre.

Nim asi lo hizo.

—Muy bien. Estoy dentro de la Barrera, cerca de la Torre Seis, con el teniente Vorpatril de la embajada barrayaresa y mi clon. Vamos a intentar salir por la Torre Siete y recoger a Quinn de paso. O al menos —Miles trago saliva, sintiendo estupidamente que la garganta se le habia agarrotado—, vamos a averiguar que le ha pasado. Mantenga su actual situacion. Naismith fuera.

Se quitaron las botas y tomaron pasillo abajo en direccion sur, pegados a la pared. Miles oyo voces, pero estaban detras de ellos. La interseccion en forma de T estaba ahora iluminada. Miles alzo las manos mientras se acercaban, se arrastro hasta la esquina y se asomo. Un hombre ataviado con un mono de la Autoridad de Mareas y un policia uniformado examinaban la compuerta. Les daban la espalda. Miles indico a Mark e Ivan que avanzaran. Todos se introdujeron en silencio en la boca del tunel.

Habia un policia estacionado en el vestibulo del tubo elevador en la base de la Torre Siete. Miles, con las botas en una mano y el aturdidor en la otra, hizo una mueca de frustracion. Se acabaron sus esperanzas de salir sin dejar rastro.

No podia evitarlo. Tal vez compensaran con velocidad la falta de sigilo. Ademas, el hombre se interponia entre Miles y Quinn y, por tanto, se merecia su destino. Apunto con el aturdidor y disparo. El policia se desplomo.

Flotaron tubo arriba. «Este nivel», senalo Miles en silencio. El corredor estaba muy iluminado, pero no habia ningun sutil sonido que indicara la presencia de gente cerca. Miles siguio las indicaciones que Nim le habia dado y se detuvo ante una puerta cerrada con el rotulo: MATERIALES. Tenia el estomago revuelto. Supongamos que los cetagandanos hubieran preparado una muerte lenta para ella, supongamos que los minutos que Miles habia pasado escondido lo significaran todo…

La puerta estaba cerrada. Habian atascado el control. Miles lo rompio, provoco un cortocircuito y abrio la puerta manualmente. Casi estuvo a punto de romperse los dedos.

Ella yacia en el suelo, demasiado palida y quieta. Miles se arrodillo a su lado. El pulso en la garganta, el pulso en la garganta… lo habia. La piel estaba caliente, el pecho subia y bajaba. Aturdida, solo aturdida. Miro a Ivan que se acercaba ansioso, trago saliva y controlo su respiracion entrecortada. Aquella era, despues de todo, la posibilidad mas logica.

16

Se detuvieron en la entrada lateral de la Torre Siete para volver a ponerse las botas. El parque se extendia entre ellos y la ciudad, salpicado de chispas blancas y zonas verdes a lo largo de los paseos iluminados, oscuro y misterioso en la zona intermedia. Miles calculo la carrera hasta los matorrales mas cercanos y supuso la situacion de los vehiculos policiales dispersos por los aparcamientos.

—Supongo que no llevaras tu petaca encima —le susurro a Ivan.

—Si la tuviera la habria vaciado hace horas. ?Por que?

—Me preguntaba como dar veracidad a tres tipos que arrastran a una mujer inconsciente por un parque a estas horas de la noche. Si rociaramos a Quinn con un poco de conac, al menos podriamos simular que la llevabamos a casa despues de una fiesta o algo asi. La resaca provocada por los aturdidores se parece bastante a la de verdad, seria convincente aunque ella se despertara un poco grogui.

—Confio en que tenga sentido del humor. Bueno, ?que significa un pequeno desprestigio entre amigos?

—Es mejor que un tiro.

—Uh. De todas formas, no tengo mi petaca. ?Estamos listos?

—Supongo. No, espera…

Otro coche aereo se estaba posando en tierra. Civil, pero el policia de guardia en la entrada principal de la torre fue a recibirlo. Un hombre mayor salio del vehiculo y corrieron juntos a la torre.

—Ahora.

Ivan cogio a Quinn por los hombros y Mark por los pies. Miles paso cuidadosamente por encima del cuerpo aturdido del policia que protegia aquella salida y todos cruzaron la acera en busca de cobijo.

—Dios, Miles —jadeo Ivan mientras se detenian en el cesped para observar el siguiente tramo—, ?por que no te lias con mujeres pequenitas? Tendria mas sentido…

—Vamos, vamos. Solo pesa lo que una mochila de combate llena. Puedes conseguirlo.

No hubo gritos desde detras, ningun perseguidor a la carrera. La zona mas cercana a la torre era probablemente la mas segura. Habria sido examinada y barrida antes, y declarada libre de intrusos. La atencion policial estaria concentrada en las inmediaciones del parque. Y tendrian que cruzarlo para alcanzar la ciudad y escapar.

Miles escruto las sombras. Con tanta luz artificial, sus ojos no se adaptaban tan bien a la oscuridad como

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