—Te acostumbras a ellos rapidamente —la tranquilizo.

—?Donde conociste a una, si se mantienen apartados?

—Hum… —Tendria que mentir un poco—. Fue en una mision de SegImp. No puedo hablar de eso. Pero se dedicaba a la musica, nada menos. Tocaba percusion con los cuatro brazos. —Intento remedar el gesto y acabo golpeandose dolorosamente los codos contra la pared del camarote—. Se llamaba Nicol. Te habria gustado. La sacamos de un buen apuro. Me pregunto si llegaria a casa. —Se froto el codo y anadio, esperanzado—: Apuesto a que las tecnicas de jardineria en caida libre de los cuadris te resultaran interesantes.

Ekaterin sonrio.

—Si, desde luego.

Miles regreso a sus informes con la incomoda certeza de que no iba a ser una mision en la que convenia zambullirse sin preparacion. Anadio mentalmente revisar la historia de los cuadris en su lista de estudios para los dos dias siguientes.

2

—?Tengo recto el cuello?

Los frios dedos de Ekaterin trabajaron con profesionalidad el cuello de la camisa de Miles; el reprimio el escalofrio que le recorrio la espalda.

—Ahora si.

—El habito hace al Auditor —murmuro el.

El pequeno camarote carecia de comodidades como un espejo de cuerpo entero; tenia que usar a cambio los ojos de su esposa. Pero no lo consideraba una desventaja. Ella se aparto todo lo que pudo, medio paso hasta la pared, y lo miro de arriba abajo para comprobar el efecto de su uniforme de la Casa Vorkosigan: tunica marron con el blason de la familia bordado en plata en el alto cuello, punos bordados de plata, pantalones marrones con una tira de plata, altas botas de montar. En su tiempo, la clase Vor habia estado formada por soldados de caballeria. Ahora no habia caballos en Dios sabia cuantos anos luz, eso estaba claro.

El toco su comunicador de muneca, para sincronizarlo con el que ella llevaba, aunque el de Ekaterin era mas tipico de una dama Vor, con un brazalete ornamental de plata.

—Te hare una senal cuando este preparado para volver y cambiarme. —Indico con la cabeza el sencillo traje gris que ella habia colocado ya sobre la cama. Un uniforme para las mentes militares, ropa civil para los civiles. Y que el peso de la historia de Barrayar, once generaciones de condes Vorkosigan a su espalda, compensaran su baja estatura, su pose levemente encorvada. No necesitaba mencionar sus defectos menos visibles.

—?Que debo ponerme yo?

—Como tendras que tragarte todo el paseo, algo practico. —Sonrio perversamente—. Ese vestido rojo de seda sera lo bastante atractivo para nuestros anfitriones de la Estacion.

—Solo para la mitad masculina, amor —senalo ella—. ?Y si el jefe de seguridad es una cuadrumana? ?Se sienten los cuadrumanos atraidos por los planetarios?

—Una si, al menos —suspiro el—. De ahi el problema… Partes de la Estacion Graf estan a cero-ge, asi que querras llevar pantalones o calzas en vez de las faldas al estilo barrayares. Algo con lo que puedas moverte.

—Oh. Si, ya veo.

Llamaron a la puerta del camarote, y oyeron la timida voz del soldado Roic.

—?Milord?

—Ya voy, Roic.

Miles y Ekaterin intercambiaron sus sitios (al encontrarse a la altura del pecho de ella, Miles le robo al pasar un abrazo agradablemente animado), y el salio al estrecho pasillo de la nave correo.

Roic vestia una version ligeramente mas sencilla del uniforme de la Casa Vorkosigan de Miles, como correspondia a su estatus de vasallo y hombre de armas.

—?Quiere que empaquete sus cosas para trasladarles a la nave insignia barrayaresa, milord? — pregunto.

—No. Vamos a quedarnos en el correo.

Roic casi consiguio ocultar un respingo. Era un joven de impresionante estatura e intimidante anchura de hombros, y habia descrito su camastro encima de la sala de maquinas del correo como mas o menos igual que dormir en un ataud, milord, si no fuera por los ronquidos.

—No quiero entregar el control de mis movimientos —anadio Miles—, por no mencionar mi suministro de aire, a ninguno de los bandos de esta disputa. Los camastros de la nave insignia no son mucho mas grandes de todas formas, te lo aseguro, soldado.

Roic sonrio con pesar, y se encogio de hombros.

—Me temo que tendria que haber traido a Jankowski, senor.

—?Por que? ?Porque es mas bajito?

—?No, senor! —Roic parecia levemente indignado—. Porque es un autentico veterano.

La ley restringia a veinte el numero de hombres que formaban el cuerpo de guardia de un conde de Barrayar. Los Vorkosigan, por tradicion, reclutaban a la mayoria de sus hombres de armas entre los veteranos retirados tras veinte anos en el Servicio Imperial. Por necesidad politica, durante las ultimas decadas habian sido principalmente antiguos hombres de SegImp. Formaban un grupo eficaz pero maduro. Roic era una interesante excepcion nueva.

—?Desde cuando es eso un problema?

Los soldados del padre de Miles trataban a Roic como un novato porque lo era, pero si lo hubiesen tratado como a un ciudadano de segunda…

—Eh… —Roic indico de manera un tanto inarticulada la nave correo, por lo que Miles dedujo que el problema estribaba en encuentros mas recientes.

Miles, a punto de echar a andar por el estrecho pasillo, se apoyo en cambio contra la pared y se cruzo de brazos.

—Mira, Roic…, apenas hay un hombre en el Servicio Imperial de tu edad o mas joven que se haya enfrentado a mas accion al servicio del Emperador que tu en la Guardia Municipal de Hassadar. No dejes que los malditos uniformes verdes te asusten. Es una lucha inutil. La mitad de ellos se caerian desmayados si se les pidiera que se enfrentaran a alguien como ese lunatico asesino que disparaba en la plaza de Hassadar.

—Yo ya habia cruzado media plaza, milord. Es como terminar de cruzar a nado la mitad de un rio, pensando que no lo conseguiras, o nadar de vuelta hasta la orilla. Era mas seguro saltar sobre el que dar media vuelta y correr. Habria tenido el mismo tiempo para apuntarme hiciera lo que hiciese.

—Pero no para abatir a otra docena de peatones. Las agujas automaticas son un arma sucia. —Miles se enfurruno.

—Es verdad, milord.

A pesar de su estatura, Roic tendia a ser timido cuando se consideraba en inferioridad social, cosa que desgraciadamente parecia ser la mayor parte del tiempo al servicio de los Vorkosigan. Como la timidez aparecia en su rostro principalmente como una especie de sombria estolidez, tendia a pasar desapercibida.

—Eres un soldado Vorkosigan —dijo Miles firmemente—. El fantasma del general Piotr esta entretejido en ese marron y plata. Acabaran por tenerte miedo, te lo prometo.

La breve sonrisa de Roic mostro mas gratitud que conviccion.

—Ojala hubiera conocido a su abuelo, senor. A pesar de todo lo que cuentan de el en el Distrito, era un gran tipo. Mi bisabuelo sirvio con el en las montanas durante la Ocupacion Cetagandesa, segun cuenta mi madre.

—?Ah! ?Contaba buenas historias sobre el?

Roic se encogio de hombros.

—Murio de radiacion despues de que destruyeran Vorkosigan Vashnoi. Mi abuela nunca hablaba mucho de el, asi que no lo se.

—Lastima.

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