airosamente, tropezando adrede con el dintel para conquistar otra carcajada antes de salir de la sala.
—?De que se trata? —le pregunto a Madre, apresurandose para alcanzarla.
—Asuntos de familia —dijo ella.
Atravesaron la puerta que conducia al portico de Madre. Como de costumbre, se quedarian en el recinto cubierto. Mas alla del biombo, cerca de la balaustrada, el portico ofrecia una bella vista del Valle de la Grieta, asi que los hombres tenian prohibido el ingreso. Esa prohibicion a menudo se ignoraba en las casas particulares. Nafai conocia a varios chicos que hablaban del Valle de la Grieta, asegurando que no era nada especial, solo un abrupto y escabroso barranco con arboles y matorrales cubierto por una capa brumosa o nubosa que impedia ver el centro, donde presuntamente se hallaba el lago. Pero en casa de Madre se respetaba el decoro y Nafai estaba seguro de que ni siquiera Padre habia transpuesto el biombo.
Una vez que los ojos se le acostumbraron al interior, Nafai distinguio quien mas estaba en el portico. Issib, por supuesto, pero, para su sorpresa, tambien Padre, que habia regresado del viaje. ?Por que habia ido a la casa de Rasa en la ciudad en vez de ir primero a su granja? Padre se levanto para abrazarlo.
—Elemak esta en casa, Padre.
—Eso me ha dicho Issya.
Padre parecia muy serio y distante. Estaba preocupado por algo; nada bueno, sin duda.
—Ahora que Nafai ha llegado —dijo Madre—, quiza podamos analizar de que se trata.
Solo al sentarse a la sombra Nafai comprendio que habia dos ninas con ellos. Al principio, encandilado por la luz del sol, habia pensado que eran sus hermanas Sevet y Kokor, hijas de Rasa. En ese contexto, una reunion de Rasa con sus hijos, la presencia de Padre era sorprendente, pues el solo era padre de Issib y Nafai, no de las ninas. Pero en vez de Sevet y Kokor, descubrio que eran dos ninas de la escuela: Hushidh, otra sobrina de Madre, de la misma edad que Eiadh, y esa brujula que habia encontrado en el porche, Luet. La miro consternado. ?Como habia llegado alli tan pronto? Claro que el no se habia dado prisa. Madre debia de haber enviado a buscarla aun antes de saber que Nafai ya estaba en la casa.
?Que hacian Luet y Hushidh en una conferencia sobre asuntos de familia?
—Mi querido companero Wetchik tiene algo que contarnos. Esperabamos que pudierais… bien, al menos que Luet o Hushidh pudieran…
—?Por que no empiezo ya? —sugirio Padre. Madre sonrio y elevo las manos en un gesto gracil y elegante.
—Esta manana he visto algo perturbador —comenzo Padre—. Antes del amanecer, en realidad. Regresaba por el Camino del Desierto (ayer fui al desierto para meditar y consultar conmigo y con el Alma Suprema) cuando de pronto senti el fuerte deseo, la necesidad de abandonar el sendero, aunque es una imprudencia hacerlo en ese momento oscuro entre la puesta de la luna y el amanecer. No fui lejos. Solo tuve que rodear una gran roca y comprendi por que me habian guiado a ese lugar. Pues frente a mi estaba Basilica. Pero no la Basilica que hubiera esperado, cuajada de luces de celebracion en Villa de las Munecas o los mercados interiores. Lo que vi fue Basilica ardiendo.
—?En llamas? —pregunto Issib.
—Una vision, naturalmente. Aunque al principio no lo entendi y eche a andar deprisa hacia la ciudad, para comprobar si estabas bien, querida…
—No esperaria menos de ti —dijo Madre.
—Luego la ciudad se desvanecio tan repentinamente como habia aparecido. Solo quedaba el fuego, elevandose para formar una columna en la roca. Esa columna de fuego permanecio largo tiempo. Irradiaba calor, como si fuera real. Senti que me quemaba, aunque por supuesto no tengo marcas en la ropa. Y luego la columna de llamas se elevo, despacio al principio, luego cada vez mas rapido hasta transformarse en una estrella que surcaba el cielo, y al fin desaparecio.
—Estabas cansado, Padre —dijo Issib.
—Muchas veces he estado cansado, pero nunca habia visto columnas de fuego. Ni ciudades en llamas. Madre hablo de nuevo.
—Tu padre vino a mi, Issya, esperando que yo le ayudara a comprender el significado de todo esto. Si es un mensaje del Alma Suprema o solo una ensonacion alocada.
—Yo voto por la ensonacion —dijo Issib.
—Incluso la locura puede provenir del Alma Suprema —intervino Hushidh.
Todos la miraron. Era una nina feucha y callada. Ahora que Nafai la veia junto a Luet, comprendio que se parecian mucho. ?Eran hermanas? Mas aun, ?que hacia alli Hushidh, y con que derecho opinaba sobre asuntos de familia?
—Puede provenir del Alma Suprema —convino Padre—. ?Pero es asi? Y en tal caso, ?que significa?
Nafai advirtio que Padre no interpelaba a Rasa, ni siquiera a Hushidh, sino a Luet. No era posible que el se creyera lo que decian de ella las mujeres, ?o si? ?Una mera vision transformaba a un racional hombre de negocios en un peregrino supersticioso que buscaba simbolos en todo lo que veia?
—No se decirte que significa tu sueno —dijo Luet.
—Oh —exclamo Padre—. No es que yo pensara…
—Si el Alma Suprema envio el sueno, y si ella queria que lo entendieras, tambien envio la interpretacion.
—No hubo interpretacion.
—?No? —pregunto Luet—. Es la primera vez que tienes semejante sueno, ?verdad?
—Claro. No tengo el habito de ver visiones mientras camino de noche.
—Asi que no estas habituado a reconocer los significados que acompanan a una vision.
—Supongo que no.
—Sin embargo recibiste mensajes.
—?En serio?
—Antes de ver el fuego, supiste que debias apartarte del camino.
—Pues si.
—?Como crees que es la voz del Alma Suprema? ?Crees que habla basyat o pone letreros?
Ese tono desdenoso no era apropiado ante un hombre del prestigio de Wetchik. Sin embargo el no parecia ofendido y captaba la reconvencion como si esa nina tuviera todo el derecho a reprenderlo.
—El Alma Suprema pone conocimiento puro en nuestra mente, sin mezcla con lenguaje humano —explico Luet—. Recibimos mucho mas de lo que podemos comprender, y comprendemos mucho mas de lo que lograriamos expresar en palabras.
La voz de Luet era potente en su sencillez. No era la salmodia que las brujas y profetas del Mercado Interno usaban para atraer clientes. Hablaba como si supiera, como si no tuviera la menor sombra de duda.
—Dejame preguntarte una cosa. Cuando viste la ciudad en llamas, ?como supiste que era Basilica?
—La he visto mil veces, desde ese mismo sitio, al llegar del desierto.
—?Pero viste la forma de la ciudad y la reconociste por eso, o primero supiste que era Basilica en llamas y luego tu mente invoco la imagen de la ciudad que ya estaba en tu memoria?
—No se… ?como puedo saberlo?
—Recuerda. ?El conocimiento existia antes de la vision, o primero vino la vision?
En vez de ordenar a la nina que se marchara, Padre cerro los ojos e intento recordar.
—Ahora que lo dices, creo… que lo supe antes de mirar en esa direccion. Creo que no la vi hasta que me lance hacia ella. Vi las llamas, pero no la ciudad ardiendo. Y ahora que preguntas, tambien supe que Rasa y mis hijos corrian gran peligro. Eso fue lo primero que supe al rodear la roca… por eso sentia tanto apremio. Supe que si abandonaba el camino e iba a ese lugar, podria salvarlos del peligro. Solo entonces comprendi cual era el peligro; luego vi las llamas y la ciudad.
—Es una verdadera vision —declaro Luet.
?Solo con eso? ?Le bastaba con conocer el orden de las cosas? Quizas hubiera dicho lo mismo sin importar lo que recordara Padre. Y quiza Padre solo recordaba asi porque Luet lo guiaba con sus sugerencias. Nafai se impacientaba al ver que Padre aceptaba docilmente las impertinencias de aquella mocosa de doce anos que lo trataba con las infulas de un profesional eminente ante un aprendiz.
—Pero no era verdadera —dijo Padre—. Cuando llegue aqui, no habia peligro.
—No, no crei que lo hubiera —aseguro Luet—. Cuando sentiste que tu companera y tus hijos corrian