Evidentemente, los diferenciaba el color. Leo habia visto pasar un grupo de amarillo que se desplazaba alrededor de un humano normal con uniforme de Galac-Tech, que tenia una pieza de bombeo medio abierta y les explicaba su funcion y su reparacion. Leo penso en una bandada de canarios, de ardillas voladoras, de monos, de aranas, de lagartos agiles y despiertos, del tipo de los que se suben a las paredes.

Le daban ganas de gritar, casi de llorar. Y no era por los brazos o por las manos veloces. Justo cuando habia llegado a Hidroponia, llego a analizar el porque de su intenso malestar. Se dio cuenta de que eran sus rostros lo que tanto le impresionaba. Tenian cara de ninos…

Se abrio una puerta con un cartel que decia «Hidroponia D» y Leo pudo ver una antecamara y una gran camara aireada que tendria unos quince metros de largo. Unas ventanas con filtros del lado del sol y una serie de espejos del lado oscuro llenaban de luz la habitacion, donde tambien habia muchas plantas verdes que crecian en unos tubos de cultivo. El aire olia a productos quimicos y a vegetacion.

Un par de las jovenes de cuatro brazos, las dos de azul, trabajaba en la antecamara. Habia un tubo de cultivo de unos tres metros de largo y las muchachas flotaban a su alrededor, trasplantando pequenos brotes de una caja de germinacion a una serie de agujeros dispuestos en espiral a lo largo del tubo. Una planta por agujero. Las fijaban en su lugar con un sellador flexible alrededor de cada tallo tierno. Las raices crecian hacia dentro y se convertian en una mata embrollada que absorbia la humedad hidroponica nutritiva que subia por el tubo. Las hojas y los tallos saldrian a la luz y, a la larga, darian el fruto que dispondria su destino genetico. En este lugar, esos frutos probablemente serian manzanas con antenas, penso Leo en medio de su histeria, o patatas que te guinaban un ojo al pasar.

La muchacha de cabello oscuro se detuvo para acomodar un bulto debajo del brazo… La mente de Leo quedo completamente paralizada. El bulto era un bebe.

Un bebe vivo. Por supuesto que estaba vivo. ?Que otra cosa se podria esperar? En su interior, Leo se estremecio. Se asomo detras del torso de su… ?madre?… para espiar furtivamente a «Leo, el extrano» y se aferro con las cuatro manos a uno de los pechos de la muchacha, como si temiera la competencia. Dio un grito agresivo.

—?Ay! —La muchacha de cabello oscuro se rio y con una de las manos inferiores solto los dedos regordetes del bebe, sin dejar de poner el sellador alrededor del tallo con sus manos superiores. Termino con un chorro de fijador de un tubo que estaba a su lado, fuera del alcance de la criatura.

La muchacha era delgada y parecia un duende. Para los ojos desacostumbrados de Leo, maravillosamente extrana. El cabello corto y fino, le enmarcaba el rostro y caia cubriendole la nuca. Era tan espeso que a Leo le recordaba la piel de un gato: uno podia tocarlo y sentir su suavidad.

La otra muchacha era rubia y no tenia ningun bebe. Fue la primera que levanto la vista y sonrio.

—Compania, Claire.

El rostro de la muchacha de cabello oscuro se ilumino de felicidad. Leo se estremecio ante el calor de su mirada.

—?Tony! —grito con alegria. Leo descubrio entonces que solamente habia recibido una dosis accidental de ese rayo de felicidad, cuando ella paso junto a el, hacia su verdadero objetivo.

El bebe solto tres manos y las sacudio fervientemente en el aire.

—?Ah, ah, ah! —La muchacha se dio la vuelta para saludar a los visitantes—. ?Ah, ah, ah! —repitio el bebe.

—Bueno, esta bien —se sonrio—. Quieres ir a los brazos de papa, ?no? —La muchacha desengancho la correa que sujetaba al bebe a su cinturon y lo extendio en sus brazos.

—?Quieres volar a brazos de papa, Andy? ?Quieres ir a brazos de papa?

El bebe mostraba entusiasmo ante la propuesta: sacudia las cuatro manos y gritaba con excitacion. La madre lo lanzo hacia Tony con mucha mas velocidad de la que le hubiera dado Leo. Tony, feliz, lo agarro… Con habilidad, penso Leo.

—?A brazos de mama? —pregunto Tony a su vez. —Ah, ah —respondio el bebe y Tony lo lanzo por el aire, extendiendo sus brazos, y lo hizo girar como si fuera una rueda. El bebe encogio los brazos. Empezo a girar cada vez mas rapido y se reia por el exito de su esfuerzo. Conservacion del momento angular, penso Leo. Naturalmente…

Claire arrojo al bebe a los brazos de su padre una vez mas. Resultaba un disparate pensar que ese muchacho rubio podia ser el padre de alguien —y se detuvo frente a Tony, que automaticamente le ofrecio su mano—. El hecho de que siguieran cogidos de la mano era claramente algo mas que una actitud de enamorados.

—Claire, te presento al senor Graf —dijo Tony. Mas que presentarlo, lo estaba exhibiendo, como un premio—. El sera mi profesor de tecnicas avanzadas de soldadura. Senor Graf, le presento a Claire y este es nuestro hijo Andy.

Andy estaba trepando a la cabeza de su padre. Con una mano le agarraba el cabello rubio y con la otra le tocaba la oreja, mientras miraba de reojo a Leo. Tony, con suavidad, rescato la oreja y puso la mano del bebe sobre su camiseta roja.

—Claire fue elegida para ser nuestra primera madre natural —continuo Tony, orgulloso.

—Yo y otras cuatro chicas —le corrigio Claire con modestia.

—Tambien trabajaba en Soldadura y Ensamble pero ya no puede hacer trabajos externos —explico Tony—. Ha estado en Trabajos Domesticos, en Tecnologia de la Nutricion y en Hidroponia desde que nacio Andy.

—La doctora Yei dijo que yo era un experimento muy importante para determinar que tipos de productividad eran los menos comprometidos durante el tiempo que cuidaba a Andy —explico Claire—. De alguna manera, echo de menos no poder estar fuera. Era emocionante, pero esto tambien me gusta. Hay mas variedad.

?Galac-Tech reinventa el Trabajo Femenino?, penso Leo, sorprendido. ?Estaremos a punto de poner un grupo de Investigacion y Desarrollo para trabajar tambien con aplicaciones del fuego? Pero… claro, era un experimento… Afortunadamente, su rostro no reflejo sus pensamientos.

—Encantado de conocerla, Claire —dijo con seriedad.

Claire dio un codazo a Tony y le hizo un gesto con la cabeza senalando a su companera rubia, que ya se habia acercado para unirse al grupo.

—Oh… y ella es Silver —continuo Tony—. Trabaja en Hidroponia la mayor parte del tiempo.

Silver asintio. Tenia el cabello bastante corto y con ondas de color platino. Leo penso que tal vez por eso la apodaban asi. Tenia el tipo de huesos faciales fuertes, que son angulosos y hasta desgarbados a los trece anos, pero que se vuelven tremendamente elegantes a los treinta y cinco. Ahora estaban a mitad de camino en esa transicion. Sus ojos azules eran mas frios y menos timidos que los de Claire, ahora distraida por una nueva demanda de Andy. Claire recogio al bebe y volvio a ajustar su faja de seguridad.

—Buenas tardes, senor Van Atta —dijo Silver.

Hizo una pirueta en el aire. Los ojos parecian pedir a gritos que se fijaran en ella. Leo percibio que tenia las veinte unas de las manos pintadas de color rosado.

La contestacion de Van Atta fue reservada y presumida.

—Buenas tardes, Silver. ?Como va?

—Tenemos otro tubo para plantar despues de este. Terminaremos antes del cambio de turnos —le comunico Silver.

—Bien, bien —dijo Van Atta jovialmente—. Ah, por favor, no olvides ponerte a la derecha cuando hables con un terrestre, cielo.

Silver cambio de lugar a la indicacion de Van Atta. Como la habitacion estaba dispuesta radialmente, a la derecha era una simple apreciacion centrica del hombre, penso Leo.

?Donde lo habia visto antes?

—Bueno, continuad, chicas.

Van Atta salio de la habitacion seguido de Leo. Tony venia detras de ellos, sin dejar de mirar hacia atras sobre su hombro.

Andy se habia vuelto a concentrar en su madre. Con las manos pequenitas intentaba abrirle la camiseta que empezaba a mancharse como acto reflejo. Aparentemente, la compania habia decidido no alterar esa parte de la biologia antigua. Los dispensadores de leche estaban idealmente preadaptados a la vida en caida libre, despues de todo. Habia oido que incluso los panales habian tenido una historia heroica en los primeros viajes espaciales.

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