previstos, el responderia que «en esa hora crucial era responsable del destino de la nacion alemana y que consideraba al pueblo aleman como juez supremo».
Una de las personalidades que salvaron la vida la «Noche de los cuchillos largos» fue Von Papen, gracias a la proteccion de Goering, pero el curtido politico estimo que aquel juego era demasiado peligroso para su salud, de modo que presento su dimision a Hitler como vicecanciller, dandole las gracias, eso si, por «haber salvado al pais con su valerosa intervencion contrarrevolucionaria del 30 de junio». Hitler le dejo marchar, no sin burlarse junto a sus colaboradores intimos de la angustia y el miedo del hombre que le habia abierto las puertas del poder; pero no tardaria en llamarle nuevamente a su lado.
Desde su llegada al poder Hitler activaba las conspiraciones de los nacionalsocialistas austriacos contra el canciller Engelbert Dollfuss, pues mantenia viva la idea -cultivada durante su juventud en Viena, expuesta en el programa nazi de 1920 y descrita detalladamente en el primer capitulo de
El dia 25 de julio de 1934, poco antes de las doce, tres grupos de las SS austriacas pusieron en marcha su plan para eliminar al Gobierno. Uno debia tomar el Ministerio del Interior, otro la emisora de radio y el tercero, la Cancilleria, pero el plan habia sido descubierto y las fuerzas de policia y del ejercito capturaron a dos de los grupos y solo parte de los conspiradores del tercero, unos 150, consiguieron entrar en la Cancilleria, donde no hallaron reunido al Gobierno, pues los ministros, ante el aviso de la policia, habian retornado cada uno a su ministerio. Si encontraron, sin embargo, al canciller Dollfuss, que fue gravemente herido en la refriega entre asaltantes y fuerzas de seguridad.
Mientras Dollfuss se desangraba, los conspiradores nazis se atrincheraron en el edificio y sostuvieron su resistencia -sin permitir que el canciller fuera auxiliado por un medico ni retirado a un hospital- hasta las 19.30 h, en que entregaron las armas a cambio de un salvoconducto para alcanzar Alemania. Cuando entro la policia en la Cancilleria y hallo muerto al canciller, Kurt von Schuschnigg -que se habia hecho cargo de la jefatura provisional del Gobierno- no se considero obligado a cumplir la promesa dada a los magnicidas, que fueron encarcelados, juzgados y trece de ellos ahorcados. De cualquier forma, los responsables del fracasado golpe de Estado lograron huir y refugiarse en Alemania.
Mussolini recibio la noticia de la muerte de Dollfuss poco mas tarde de las 20 h y, acompanado de su esposa,
El envite italiano situo a Hitler al borde del precipicio. El
Sin embargo, paso las horas siguientes en una inquieta espera, hasta que su embajada en Roma informo que, sin duda alguna, las tropas italianas estarian al dia siguiente en la frontera. Mussolini estaba dispuesto a considerar cualquier peticion de ayuda por parte de Austria. Eso sumio a Hitler en una profunda angustia. Si Austria pedia apoyo a Italia y ambas atacaban a Alemania podian ocurrir dos cosas: que el agonizante Hindenburg rechazase la guerra, en cuyo caso ofreceria a los austriacos su cabeza y seria arrojado de la Cancilleria por la
El 27 de julio Franz von Papen llego a Bayreuth y expuso sus condiciones, que el
Pero Hitler habia perdido, momentaneamente, interes en este asunto. Respiro aliviado cuando comenzo la mision de Von Papen e, inmediatamente, debio de ocuparse de otro asunto perentorio: Hindenburg se moria. El Presidente habia abandonado Berlin a comienzos de junio, y aun pudo hacerlo por su propio pie, para dirigirse a su finca de Neudeck, en Prusia, donde deseaba morir y ser enterrado, porque alli estaba sepultada su mujer. A finales de junio ya no podia levantarse de la cama y, a mediados de julio, los medicos suponian que su fallecimiento se produciria de un momento a otro. El 30 de julio, el vencedor de Tannenberg agonizaba. Hitler suspendio su temporada de opera y se dirigio a Prusia, llegando a Neudeck el dia 31. Pese a la negativa inicial de los medicos, Hitler porfio hasta que se le permitio ver unos minutos a solas al Mariscal. Cuando abandono la habitacion, aseguro que Hindenburg habia tenido un momento de lucidez y que habia hablado con gran serenidad. Los medicos dudaron mucho de que tal lucidez se hubiera producido, pero la propaganda de Goebbels saco partido a aquellos minutos, asegurando que Hindenburg habia reconocido a Hitler y que le habia dado ciertas recomendaciones.
La agonia de Hindenburg concluyo a las 9 h del 2 de agosto de 1934. El medico, Sauerbruch, que velaba a su cabecera, aseguro que horas antes pudo escuchar como el anciano musitaba «
Von Blomberg, que seguia en el Ministerio de Defensa, tuvo que firmar el decreto segun el cual todos los miembros del Ejercito deberian prestar el siguiente juramento, del que -segun el historiador H. S. Hefner- no existia precedente alguno en Alemania y que tenia una enorme trascendencia, pues solo podia romperse con la muerte: «Juro por Dios obediencia incondicional al