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Un comino

Pregunte a Richard hace poco que queria decir para rematar esta

historia, su historia, y el dijo:

– Quisiera que me recordaran como a un buen hombre, no como al Hombre de Hielo.

Despues de reflexionar, Richard anadio:

– Me hicieron asi. Yo no me hice a mi mismo. No tome nunca la decision de ser asi, de estar en este lugar. Si, desde luego que hubiera querido que mi vida hubiese seguido otro rumbo, haber tenido estudios y un buen trabajo, pero nada de eso estaba escrito para mi en el libro del destino. Soy lo que soy, y la verdad es que me importa un comino lo que piense nadie de mi.

Esto dijo Richard Kuklinski, el Hombre de Hielo, natural de Jersey City, Nueva Jersey, hijo segundo de Anna y Stanley Kuklinski.

EPILOGO

El Hombre de Hielo se derrite

13 de marzo de 2006

Richard Kuklinski murio en el hospital Saint Vincent de Trenton, Nueva Jersey, la manana del domingo 5 de marzo de 2006 a la 1.03 de la madrugada. De momento no se conoce con exactitud la causa exacta de su muerte, aunque esta se produjo en un momento que resulta muy sospechoso, pues el dia despues de morir Richard, la fiscalia del condado de Bergen retiro los cargos contra Sammy Gravano, el Toro, segun los cuales este habria ordenado el asesinato del detective Peter Calabro, del Departamento de Policia de Nueva York. A peticion de la familia Kuklinski, el doctor Michael Baden, afamado forense, ha solicitado analisis toxicologicos para determinar si Richard fue envenenado o si murio por causas naturales.

La salud de Richard empezo a deteriorarse a finales de octubre de 2005. Al parecer, dos medicos de la prision estatal de Trenton le recetaron dos medicamentos distintos para la presion arterial, y estos se le administraron de manera simultanea, haciendo que los niveles de potasio y electroliticos de Richard se volvieran «peligrosamente bajos». Empezo a sufrir desmayos y mareos. Lo sacaron de su celda y lo ingresaron en la enfermeria. Su salud siguio decayendo, y la presion arterial le bajo tambien. Lo ingresaron durante treinta horas en el hospital de Saint Vincent, hasta que salio, segun dijo un funcionario de la prision, «por haber pedido el alta voluntaria», y lo llevaron de nuevo a la enfermeria de la prision de Trenton. Richard me llamo y me dijo que creia que lo estaban envenenando y que debia avisar a los medios de comunicacion. Yo me figure que sufria alucinaciones y le dije que haria lo que pudiera. Lo que hice fue hablar del asunto con Barbara Kuklinski, y los dos llegamos a la conclusion de que Richard era victima de su imaginacion. Pero su salud siguio decayendo, y dejo de comer. Cuando me llamo, adverti que hablaba con voz pastosa. Volvieron a llevarlo al Saint Vincent, y los medicos observaron que tenia los pulmones congestionados y una insuficiencia renal. Le diagnosticaron provisionalmente la enfermedad de Wegener, una enfermedad poco frecuente y que puede ser mortal pero que no lo es si se trata con medicamentos.

La salud de Richard siguio empeorando. Sufrio repentinamente ataques de demencia, perdida de memoria y erupciones en las manos y en las piernas; ademas, se negaba a comer. El doctor Wong, del hospital, llamo a Barbara y le dijo que hacia todo lo que podia y le comunico el diagnostico provisional de la enfermedad de Wegener. Dijo tambien que iban a hacer a Richard un TAC para ver si habia sufrido algun accidente cerebral que pudiera ser la causa de su demencia. A estas alturas, Richard no recordaba siquiera el numero de telefono de Barbara. Era muy extrano, si se tiene en cuenta la gran memoria de Richard en lo que se refiere a los numeros, tal como relata Barbara. El doctor Wong dijo tambien que iban a hacer una biopsia del rinon de Richard.

El TAC no indico la presencia de ningun accidente cerebral. La biopsia no dio indicios de cancer. Pero la salud de Richard seguia decayendo. Su presion arterial tenia fluctuaciones anormales: primero estaba alta, despues baja.

Pasaron las fiestas, Accion de Gracias, Navidad, Ano Nuevo, sin que Richard llamara a su familia, como habia hecho siempre. La familia estaba muy preocupada. Yo intente visitar a Richard en el hospital, pero un funcionario de prisiones me dijo que no era posible, que solo se permitian visitas de la familia proxima. Barbara y Chris fueron a visitarlo, y se quedaron impresionadas por el aspecto demacrado que tenia por su perdida de peso.

– Parecia como si hubiera perdido cincuenta kilos -explico Barbara hace poco-. Hablaba practicamente con un susurro. Nos dijo «quieren matarme», nos dijo que debiamos avisar a la Policia, a los medios de comunicacion. Yo pense entonces que no eran mas que imaginaciones suyas; ahora me parece que quiza me equivocara. La Policia estaba alli, quiero decir, custodiandolo, tres tipos de paisano y dos policias uniformados. Estaba en una buena habitacion, al final del pasillo. Pasamos alli sentados tres cuartos de hora. Tenia intervalos de lucidez. Dijo despues: «Si no salgo de este hospital, es que me han asesinado».

«?Por que?», le pregunte yo. «?Por que dices eso, Richard?» No me respondio. Chris llevaba bastantes anos sin verlo y estaba impresionada por lo delgado que se habia quedado; la verdad es que yo tambien lo estaba. Le pregunte entonces por que habia pedido el alta voluntaria del hospital. Me dijo que no habia pedido ningun alta voluntaria; lo que, claro esta, a mi me parecio… raro.

Barbara explico que ya no sentia el menor amor hacia Richard; que todo sentimiento tierno que pudiera haber albergado hacia el se habia desvanecido hacia mucho tiempo; pero que, al fin y al cabo, era el padre de sus hijos, y ella queria asegurarse de que se hiciera por el todo lo posible.

La salud de Richard seguia decayendo. El doctor Wang dijo a Barbara que no creia que Richard pudiera sobrevivir. Barbara y su hija Merrick volvieron a visitarlo el 9 de febrero. Tenia un aspecto todavia peor. Ya apenas era capaz de hablar. Pero volvio a decir a Barbara, y tambien a Merrick en esta ocasion, que lo estaban matando… asesinando, dijo el.

Merrick estaba muy traumatizada por el aspecto que tenia su padre debido a su enfermedad. Seguia queriendo mucho a su padre; lo queria, de hecho, mas que nunca, y rezo por el e intento decirle que se pondria bien, que debia hacer un esfuerzo de voluntad para curarse. Pero el solo consiguio decir de nuevo, a duras penas, que lo estaban «asesinando».

– ?Quien, papa? ?Quien? -le pregunto Merrick.

– Ellos -susurro el-. Si no salgo vivo de aqui, es porque me han asesinado - repitio una vez mas.

Merrick, conmovida, tomo la mano de su padre, que habia sido en su tiempo un poderoso instrumento de muerte, y ahora estaba debil y fragil, llena de las senales moradas de las agujas intravenosas. Aquel dia tenia puestas cuatro intravenosas que le inyectaban diversos fluidos y medicaciones. Informaron a Barbara de que tambien tenia hemorragia interna, de que tenia sangre en la orina y por el recto. El doctor Wong dijo que se trataria probablemente de una ulcera, lo que parecio extrano a Barbara, pues Richard no tenia el menor antecedente de ulceras.

Aquel dia, Merrick se despidio de su padre alterada, llorando y traumatizada, recordando la dedicacion con que la cuidaba el cuando era nina, cuando estaba ingresada en el hospital. Estaba desconsolada de ver a su padre hecho un despojo del hombre fuerte y poderoso que habia sido.

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