– Hablas en suenos -le espeto Chen con sorna-. ?Como podrias siquiera acercarte a la sombra de Mao? Para empezar, muchas mujeres sentian devocion por el, en cuerpo y alma. «El presidente Mao es grande, en todos los sentidos» Piensalo. Muchos anos despues de su muerte, la senora Mao se suicido por la «causa revolucionaria» de su marido. Tu puedes citar a Mao, ?pero hay alguien que te sea fiel? Wang Anshi lo expreso muy bien: «Despues de todo, el senor de Xiang es un heroe, / porque una belleza ha querido morir por el». ?Y que hay de ti? Ni siquiera pudiste conquistar el corazon de una «pequena concubina».
– Hijo de puta -mascullo Hua entre dientes, grunendo ferozmente y mirando de un lado a otro como un animal atrapado-. No digas gilipolleces.
– Y tu no digas las mismas gilipolleces que decia Mao -interrumpio el Viejo Cazador.
– «No digas gilipolleces» era un verso de un poema que Mao publico en sus ultimos dias, cuando creia que podia escribir cualquier cosa que le viniera en gana. La frase fue motivo de chanza entre la gente despues de su muerte. Tal vez Jiao haya compartido la cama contigo, pero nada mas -siguio diciendo Chen-. Como reza el antiguo proverbio, ella sonaba suenos diferentes cuando estaba en la cama contigo. Tu no sabias nada de ella.
– ?Y que cono sabes tu?
– Se muchas cosas, y tu no tienes ni idea de nada. Se de sus pasiones, de sus suenos, de sus planes de futuro. Hablamos de todo esto durante horas en el jardin de Xie, y durante una cena a la luz de las velas en el restaurante que antes fue la casa de la Senora Chiang. Deja que te ponga un pequeno ejemplo: su dibujo de una bruja montada en una escoba que sobrevuela la Ciudad Prohibida. -Chen hizo una pausa con desden deliberado, a fin de enfurecer aun mas a Hua. Lo unico que sostenia al empresario era el alter ego de Mao que habia creado, y al que debia aferrarse a toda costa. Chen queria descubrir si Jiao le habia mencionado algo a Hua sobre el autentico material de Mao, oculto en la cabeza de la escoba o en cualquier otro sitio. Si se sentia muy presionado, puede que Hua acabara revelando el secreto. Por lo pronto, ya habia admitido su implicacion en el asesinato de Song-. Es tan simbolico, tan surrealista…, y algo se oculta detras de la imagen…
– ?Callate, cerdo! Te colaste por ella, te volvio loco. Hiciste todo lo posible por conquistarla con esa cena y con toda tu palabreria literaria, simbolica o no, pero no la conseguiste, no pudiste tocarle ni un solo pelo. Para demostrarme su lealtad, me juro que dejaria de verte para siempre. «?Oh, al son de la Internacional, tragica y sublime, / un huracan viene a mi encuentro desde el cielo!»
Su reaccion era la de un amante-emperador herido; no sabia nada acerca del material de Mao, ni de la cabeza de la escoba.
– ?Si yo no podia tenerla, tampoco ibas a poder tu, ni nadie mas! -continuo diciendo Hua acaloradamente, echando saliva al hablar-. Has llegado demasiado tarde. Me traiciono, y tuvo que morir.
Las presiones de la investigacion y sus celos irracionales, unidos al temor de que Jiao pudiera dejarlo por otro hombre, llevaron a Hua al limite. La estrangulo no tanto para acallar sus gritos como para impedir, por una decision de su subconsciente, que otros pudieran tenerla. Una vez mas, esta era la logica de Mao, la logica de un emperador. Como sucediera en la Antiguedad, las damas del palacio debian permanecer solteras y conservarse «intactas», incluso despues de la muerte del emperador.
– ?Hijo bastardo de Mao! -exclamo el Viejo Cazador.
– Ahora -dijo Hua, incorporandose y apoyandose en un codo- dejadme que os cuente algo. Yo triunfe, y soy el emperador -dijo Hua con voz henchida de dignidad altiva. Subitamente, se puso en pie de un salto intentando no perder el equilibrio y giro en redondo con inusitada agilidad-. Vosotros habeis fracasado, y sois los asesinos.
Fue una reaccion inesperada, rapida y violenta, que cogio a Chen y al Viejo Cazador por sorpresa. Hua debio de recuperarse durante la llamada telefonica y la posterior conversacion. El empresario se lanzo hacia delante e intento golpearlos con el brazo derecho. Gracias a su corpulencia, arremetio contra ellos con tal fuerza que envio al Viejo Cazador de espaldas contra la pared. A continuacion, corrio hasta el salon y giro bruscamente en direccion al largo pergamino con el poema de Li Bai que colgaba de la pared.
Chen no habia previsto aquella reaccion. Creyo vislumbrar una puerta detras del pergamino, pero no estaba seguro porque el salon estaba envuelto en la penumbra. Maldiciendo, salio en persecucion de Hua, quien corria como una exhalacion. Pero Hua tropezo de repente y se tambaleo profiriendo un grito estremecedor, tras pisar el recogedor lleno de trozos de vidrio que Jiao habia dejado en el suelo.
Chen llego hasta el de una zancada y lo golpeo con el canto de la mano. El golpe resono en la cabeza de Hua, y se le reabrio la herida que le habia hecho el retrato de Mao. Hua se desplomo sangrando y se golpeo la cabeza contra la esquina de la mesa del comedor. Miro hacia arriba, se estremecio violentamente como presa de una pesadilla y volvio a perder el conocimiento, sin dejar de proferir un sonido gutural.
– ?Imbecil! -El Viejo Cazador corrio hacia el hombre inconsciente, le doblo hacia atras los brazos y le puso las esposas-.
– Interpretaremos nuestros papeles. Usted esta jubilado, por supuesto, y casualmente patrullaba por la zona esta noche. Cuando oyo el ruido, subio rapidamente al piso de Jiao. Por supuesto, no sabe usted nada acerca del caso Mao…, acerca del caso.
Tal vez Seguridad Interna no se tragara esta version, pero de algun modo era cierta. No podian controlar lo que hacia un poli jubilado.
Chen no estaba demasiado preocupado por lo que pudiera pasarle a el. Pekin le habia dado libertad de accion. Gracias a haberlo grabado todo, y al testimonio del Viejo Cazador, podria inculpar a Hua por los asesinatos de Jiao, Yang y Song. Serian pruebas suficientes.
No le quedaba nada mas por hacer, salvo entregar el pergamino de Mao a los altos cargos de Pekin. Y tampoco le seria dificil contar su version de lo sucedido. Tal vez fuera necesario omitir algunos detalles, obviamente, pero lo mejor para el, y para todo el mundo, seria poner fin asi al caso.
De este modo no podria considerarse un caso Mao.
Hua seria encerrado, convenientemente, como «chiflado». Dada la vinculacion del asunto con la figura de Mao, nadie haria preguntas, y todo acabaria silenciandose. Lo presentarian como un caso mas de asesinato, y quiza revelarian ciertos detalles, como el hecho de que Jiao fuera la mantenida secreta de Hua, su «pequena concubina». Esta interpretacion les pareceria plausible a algunos, Jiao habria seguido los pasos de su abuela. De tal palo, tal astilla.
Semejante conclusion les pareceria aceptable a los altos cargos del Partido, y no tendrian que seguir preocupandose por el material de Mao. Si Jiao habia conservado algo, se habia llevado el secreto a la tumba. Asi acababa la historia de Shang.
Y tambien les pareceria aceptable a los agentes de Seguridad Interna: vengaban a Song y ponian fin a la pesadilla que habian sufrido, aunque continuarian quejandose de Chen ante las autoridades de Pekin.
El inspector jefe Chen les habia dado lo que se esperaba de el: una lista de respuestas que satisfaria a los dirigentes del Partido.
Pero ?que habia de la lista de respuestas que tenia que presentarse a si mismo?
Angustiado, echo otra mirada al cuerpo que yacia sobre la cama.
Se habia esforzado en hacer un buen trabajo para que Jiao no se viera envuelta en una tragedia como la de Shang. Pero ?realmente habia hecho cuanto estuvo en su mano por ayudarla? Tuvo que admitir que su responsabilidad como agente de la ley era lo primero para el. Como policia que trabajaba dentro del sistema, y para el sistema, intento recuperar el material de Mao pese a todos sus recelos. Por consiguiente, mientras examinaba la escoba dejo de prestar atencion a lo que sucedia en el dormitorio. Dos o tres minutos de negligencia que tuvieron consecuencias fatales.
– No cabe duda de que usted es un poli excepcional -musito el Viejo Cazador, intentando consolar a un abatido Chen.
– Un poli excepcional -repitio Chen.
Le vino a la mente lo que le habia dicho Ling en aquella habitacion
Por aquel motivo, por sus ansias de ser un poli excepcional, habia abandonado, o perdido para siempre, tantas cosas… Era demasiado doloroso pensar en ello. Alicaido, volvio a entrar en el dormitorio.