seguro que el hombre se destruira, y con el, la Tierra.
– El hombre debe evolucionar o morir -dijo Christopher para si-. Es lo que me dijo mi padre en el desierto: «El hombre debe evolucionar o morir».
– Aun cuando podemos ver la emergencia de una promesa tan maravillosa como es la Nueva Era -continuo Milner-, tambien percibimos el espectro de una espantosa y macabra amenaza. Dicen que la historia es el registro de la inhumanidad del hombre para con el hombre. Nuestra historia desde el Desastre es triste prueba de ello: la destruccion de Rusia, la guerra entre China, India y Pakistan. Y aparte de las guerras, esta la violencia individual. El indice de crimenes violentos ha crecido dramaticamente en los anos posteriores al Desastre -dijo, refiriendose a aquel dia diecisiete anos atras en el que el mundo habia perdido practicamente la quinta parte de su poblacion de forma repentina y misteriosa.
– ?Tiene el Desastre algo que ver con todo esto? -pregunto Decker.
– No, que va. Solo utilizo la fecha a modo de referencia. A lo que apunto es a que segun se va aproximando la Nueva Era, la era antigua se debate por sobrevivir. No es que la era en si tenga poder alguno, sino mas bien que la humanidad, al sentir la llegada de algo nuevo y desconocido, se aferra estupidamente a lo ya conocido, sin importarle lo autodestructivo que pueda ser. Nos asimos a nuestro pasado como el marinero que se aferra al mastil de un barco que se hunde, en lugar de nadar hasta el bote salvavidas que flota unos metros mas alla. Al apelar al miedo que el hombre tiene a lo desconocido, Juan y Cohen han pervertido el papel del KDP.
– Pero si el problema del KDP radica en su liderazgo -dijo Decker-, entonces la amenaza al futuro del hombre proviene en realidad de Juan y Cohen. ?No podrias hacer algo como lo que hiciste con Albert Faure? -pregunto dirigiendo su mirada a Christopher-. Si es cierto que van a ser los desencadenantes de la destruccion de la que habla el articulo, se lo merecen. Y aun cuando no se lo merezcan todavia, ?no podriamos tomar alguna medida preventiva?
Milner contesto en lugar de Christopher.
– Me temo que no es tan sencillo.
– No, ya me lo imaginaba -dijo Decker, y dejo escapar un suspiro de resignacion-. Pero, de todas formas, ?por que no?
– La entrada en la Nueva Era debe ser fruto de una eleccion voluntaria. No se puede forzar ni empujar a nadie a hacerlo. En este sentido, se trata de un paso en la evolucion totalmente diferente a todos los anteriores. La evolucion, tal y como el mundo la ha experimentado hasta ahora, ha sido una «evolucion material». Es decir, que su empuje ha producido cambios fisicos en los que las criaturas han ido progresando a lo largo de caminos de avance divergentes. Nunca ha sido una cuestion de eleccion. Las especies que se adaptaban y evolucionaban sobrevivian, las que no, desaparecian. La via de la evolucion material seguida por la especie humana ha alcanzado su nivel maximo de realizacion. El siguiente y ultimo paso evolutivo no sera material, sino espiritual. Y por esa razon tiene que darse una eleccion; una que de impetu y se convierta en el catalizador del cambio. Todos y cada uno de nosotros debe elegir entre ingresar en la Nueva Era o permanecer en el pasado.
»Eliminar a Juan y Cohen no facilitaria la toma de una decision correcta, sino que se limitaria a eliminar toda posibilidad de eleccion. Por ironico que parezca, si no se puede elegir permanecer en la era presente, es imposible entrar en la Nueva Era.
– Entonces, ?Juan y Cohen son, en efecto, un mal necesario?
Milner asintio.
– Admiro tu concision -dijo-. De no haber sido Juan y Cohen, habrian sido otros u otra cosa. La presencia del mal es necesaria para la emergencia del bien.
– Pero si la eleccion es fundamental, ?que hay del KDP? Al seguir a Juan y Cohen, es evidente que han optado por la alternativa equivocada, y aun asi han entrado en la Nueva Era.
– No, Decker. Nadie entra en la Nueva Era sin el resto; esa puerta debe ser franqueada como especie, no como individuo. Antes de que llegue ese momento, se produciran algunas manifestaciones previas. Igual que a la salida del Sol le precede el alba, nosotros percibimos las senales de la llegada de la Nueva Era manifestadas en el KDP. Pero el dia no comienza con el alba, sino con la aparicion del sol.
Milner continuo.
– El hecho de que esas manifestaciones sean mas evidentes en el KDP no significa que ellos hayan entrado en la Nueva Era. Ellos todavia pueden elegir entre adentrarse en el nuevo dia o regresar a la oscuridad. Todavia pueden elegir entre continuar tras los pasos de Juan y Cohen o seguir a Christopher. Esta opcion les sera ofrecida a todos los habitantes del mundo.
– Pero ?como van a hacer esa eleccion? ?Cuando sabran que tienen que hacerla? -pregunto Decker.
– Desconozco la fecha exacta. La oportunidad de elegir no llegara hasta que el mundo este preparado para decidir. Pero si se que hasta que llegue el momento, se debe dar rienda suelta a Juan y Cohen para que hagan cuanto les plazca.
– ?Me estas diciendo que hay que apartarse a un lado y dejar que hagan lo peor?
– Eso me temo -contesto Milner-. Solo asi llegara la humanidad a estar preparada para dar ese paso voluntario tan necesario.
– Vamos, en resumen, que Christopher no puede brindar al mundo la oportunidad de dejar de golpearse contra un muro, sino esperar a que este decida hacerlo voluntariamente cuando ya este cubierto de sangre.
– Pues… si -dijo Milner esbozando media sonrisa-. De nuevo, dejame que te elogie por tu habilidad para llegar al fondo del asunto.
– De acuerdo -dijo Decker-, solo una pregunta mas… de momento, por lo menos.
– Dime.
– ?Como sabes todo esto?
– Bueno, esa es una larga historia. Basta con decir que podemos estar seguros de que a pesar de los poderes profeticos de Juan y Cohen y de su capacidad para que cuanto profetizan se haga realidad, hay por lo menos una cosa que afirman en ese articulo que es rematadamente falsa: Saul Cohen no llega con el espiritu y el poder del profeta Elias, pero yo si.
– ?Que quieres decir?
– Recordaras que Alice Bernley tenia un guia espiritual al que ella se referia como el maestro Djwlij Kajm o, a veces, «el Tibetano».
Decker asintio.
– Pues bien, cuando Alice fallecio, el maestro Djwlij Kajm vino a mi. Durante los seis meses que permaneci en Israel antes de que tu y Christopher llegarais, segui un proceso preparatorio bajo la supervision del Maestro. Al concluir ese periodo y mediante un proceso algo complicado de explicar, recibi en mi el espiritu de Elias. Ambos estamos aqui.
Decker parpadeo varias veces para borrar el asombro de su mirada.
– La profecia judia dice que el profeta Elias, posiblemente el mas grande de todos los profetas judios y quien, segun su sucesor, Eliseo, no murio, sino que fue arrebatado vivo al cielo, [6] volvera. [7] Esa es la razon de que Saul Cohen afirme llegar en el espiritu y el poder de Elias. Pretende simular el regreso de Elias ante el pueblo judio. Pero lo cierto es que eso es imposible, porque el espiritu de Elias reside en mi interior. Somos uno. Yo soy su boca y el, mis ojos.
– Entonces, ?sabes todo lo que va a ocurrir? -pregunto Decker.
– El conocimiento yace en nuestro interior -dijo Milner, que al emplear el plural se referia a si mismo y a quien le poseia-. Pero hay un velo al otro lado del cual tengo prohibido asomarme. Sospecho que tras el se esconde algo muy doloroso, de lo que Elias quiere protegerme durante el maximo tiempo posible. Llegado el momento, el velo sera levantado.
– Y ahora ?que? -pregunto Decker-. ?Nos sentamos a esperar mientras Juan y Cohen causan sus estragos en el mundo?
– De ninguna manera -repuso Milner.
– Entonces, ?que? Revelamos la identidad de Christopher y aceleramos el credo de la Nueva Era ?o que?
– ?No! -exclamo abruptamente Christopher, como reprendiendo a Decker-. Lo siento -dijo pasado un instante-, no era mi intencion ser tan grosero. Pero el caso es que, a pesar de la magnifica explicacion del subsecretario Milner, todavia queda mucho por dilucidar. Una cosa es hablar de lo que nos espera y otra muy diferente ser el responsable de que ocurra. El tiempo que pase con mi padre fue demasiado breve. Todavia es mucho lo que