Cuando aparco ante la casa de Pernilla se quedo un rato sentada para serenarse. Otra vez vio a aquel perro tan gordo. A un par de metros del balcon que era el suyo, agachado haciendo sus necesidades, pero en cuanto habia terminado, ya queria entrar otra vez. Alguien le abrio la puerta del balcon, pero el apartamento estaba a oscuras, asi que no pudo distinguir si era una mujer o un hombre.

Pernilla estaba viendo la tele en el sofa. Se habia vuelto a poner el jersey de Mattias y Monika se dio cuenta de que habia estado llorando. Ante ella, sobre la mesa, habia un monton de sobres con ventana, todos abiertos. Monika dejo las bolsas en el suelo. Vio cumplida su esperanza de sentirse mejor cuando estuviese de vuelta en el apartamento y recobro la firmeza en su proposito. Se sento en el sofa, al lado de Pernilla. Habia llegado el momento de dar el siguiente paso.

– ?Como estas?

Pernilla no respondio. Cerro los ojos y se tapo la cara con la mano. Monika miro los sobres de reojo. La mayoria iban dirigidos a Mattias y todos parecian contener facturas. Aquel era un momento ideal que no podia dejar pasar.

– Comprendo que debe de ser muy dificil abrir sus cartas.

Pernilla aparto la mano y sollozo. Se encogio en el sofa y se abrazo las piernas.

– No he tenido fuerzas para abrir el correo hasta ahora y he aprovechado mientras hacias la compra.

Monika se levanto y fue a la cocina a buscar unas servilletas. Cuando volvio a la sala de estar, se las dio a Pernilla. Ella se sono y arrugo el papel con la mano hasta convertirlo en una bola.

– No podremos seguir viviendo aqui. Lo he sabido en todo momento, pero no he tenido fuerzas para pensar en ello.

Monika guardo silencio unos minutos. Aquella informacion era la que esperaba que le confiase Pernilla.

– Perdona que te pregunte pero ?teniais seguros y esas cosas? Quiero decir, un seguro de accidente.

Pernilla exhalo un suspiro y le conto toda la historia. La que Mattias conto aquel dia y que, a partir de aquel momento, ella si podia conocer. En esta ocasion, el relato fue mas detallado. Monika memorizo cada detalle, cada cifra, tomo nota en su bien entrenado cerebro de toda la informacion y cuando Pernilla termino, ya estaba al corriente del alcance del problema. El prestamo que se vieron obligados a pedir para sobrevivir despues del accidente de Pernilla no fue un credito bancario normal y corriente, sino un prestamo de la financiera Finax, al 32 por ciento de interes. Y puesto que no habian podido pagar ninguna mensualidad, habia ido subiendo segun pasaban los meses y, en la actualidad, ascendia a la cantidad de 718.000 coronas. La pension por enfermedad era la unica fuente de ingresos de Pernilla y, aunque el Estado les subvencionase la vivienda, no se las arreglarian economicamente.

– Mattias acababa de empezar en un nuevo trabajo y estabamos muy contentos. Nos esperaban aun algunos anos duros, pero al menos podriamos empezar a pagar el maldito prestamo que lo habia fastidiado todo.

Monika ya tenia pensado que decir cuando se presentase la oportunidad, y por fin habia llegado el momento.

– Veras, estaba pensando en una cosa. Claro que no te puedo prometer nada, pero se que existe un fondo al que se pueden pedir subvenciones en estos casos.

– ?Como que un fondo?

– No lo se exactamente, una de las personas en cuya casa estuve, por lo del grupo de emergencias, recibio ayuda de ese fondo. Te prometo que sera lo primero que haga manana por la manana.

Pernilla cambio de postura y se volvio hacia ella. En aquel momento, Monika era duena de toda su atencion.

– Si, si tienes tiempo y ganas, seria muy amable por tu parte.

Su corazon latia tranquilo, pausadamente.

– Por supuesto que lo hare. Pero necesitare datos. La documentacion del prestamo, los seguros, los gastos de vivienda que tengas y esas cosas. Lo que te cuesta la rehabilitacion. El quiropractico, los masajes. ?Tienes ganas de reunir toda esa documentacion?

Pernilla asintio.

Y mientras que Monika rehogaba rebozuelos en la cocina, Daniella jugaba en el suelo cerca de ella y Pernilla se asomaba de vez en cuando para preguntarle a Monika por algun papel, por si podria serle util, experimento por primera vez en mucho tiempo una rara sensacion de paz.

20

En tres dias, nadie de los servicios sociales se habia puesto en contacto con ella. Ni Ellinor ni ninguna otra persona. Tenia comida suficiente, eso si, pero empezaba a extranarle. Quiza Ellinor se habia enfadado tanto que ni siquiera le habia preparado ningun sustituto, sino que penso que Maj-Britt lo resolviese como pudiese. Seria propio de ella.

Pero comida si que habia, desde luego, despues de tres dias sin reponer. Y a la pizzeria llevaba sin llamar varias semanas. Algo habia cambiado, y sospechaba que guardaba relacion con el dolor, y con la sangre en la orina. Sencillamente, ya no era capaz de comer como solia, habia perdido el interes por la comida, como por todo lo demas. El vestido que hacia unos dias temia que se le quedase pequeno le quedaba, de repente, mas holgado, y a veces tenia la impresion de que le costaba menos levantarse del sillon. Y aun asi, estaba mas triste que nunca y no le quedaba ninguna razon para vivir.

Se encontraba ante la ventana de la sala de estar mirando el jardin. Alli estaba otra vez la mujer desconocida columpiando a la nina. Con una paciencia infinita, empujaba el balancin una y otra vez. Maj-Britt vio a la nina, pero no pudo soportar seguir mirandola. Habian pasado tantos anos. Llevaba tanto tiempo sin recurrir a aquel recuerdo y, pese a todo, no habia perdido su fuerza. Con lo sencillo que era todo mientras mantuvo los detalles fuera de su alcance. ?Para que servian los recuerdos que uno no podia soportar?

– ?Puede ser verdad?

Se pregunto enseguida como habia podido dudarlo. Como pudo creer ni en suenos que el no se alegraria. A ella le inquietaba la idea de que pensara que aquello vendria a estorbar sus planes de estudiar musica, que pensara que bien podian esperar un poco. Pero alli estaba, radiante de alegria, y feliz con la perspectiva de ser padre. Ella estaba ya de cuatro meses. Cualquiera podia calcular que se habia quedado embarazada antes de la boda, pero ya no importaba. Habia elegido bando y no lo lamentaba.

Fue tal y como su padre le dijo aquel dia. Ni siquiera fueron a la boda, pese a que se casaron en la iglesia, a unos cientos de metros de su casa. Maj-Britt se pregunto que pensaron cuando oyeron taner las campanas. A ella le parecio muy extrano que el mismo Dios que, en la casa de ellos, condenaba el amor que ella y Goran se tenian, quisiera, a unos metros de alli, bendecir su matrimonio.

El lado de los invitados del novio estaba a rebosar, pero en el de la novia solo estaba Vanja. En el primer banco y en el centro.

Ella amaba a Goran y el la amaba a ella. Se negaba a aceptar que aquello implicase ningun pecado. Pero a veces la duda se cernia sobre ella; a veces, cuando pensaba en sus padres, que no querian saber de ella nunca mas. Entonces le costaba mantenerse fuerte y firme en su conviccion de que habia hecho lo correcto. Porque todos habian desaparecido. La habian eliminado de sus vidas y de su compania como a una mala hierba. Ella formo parte de la Comunidad desde que nacio y al desaparecer todos de su vida, se llevaron consigo la mayor parte de su ninez. Nadie quedaba con quien compartir sus recuerdos. Y le ocurria que anoraba la union, la sensacion de pertenencia, de participar de aquella comunidad tan fuerte. Todo aquello a lo que estaba acostumbrada, lo que conocia, con lo que estaba familiarizada, todo habia desaparecido y ya no era bien recibida. No habia nada a lo que regresar, si un dia lo necesitaba. Ni nadie a quien visitar, si un dia la abatia la nostalgia.

Aunque aun fuese intensa su rabia, podia sentir a veces un nudo en la garganta cuando pensaba en sus padres. Pero entonces recordaba las palabras que dijo Vanja:

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