19

Llamo al trabajo y se pidio cinco dias de las vacaciones acumuladas. Habia perdido la cuenta de cuantos tenia, porque hasta el momento no le habian interesado. Cinco semanas de vacaciones al ano era mas de lo que queria y las vacaciones no disfrutadas habian ido acumulandose a lo largo de los anos. No le preguntaron para que pedia aquellos cinco dias y sabia que la direccion confiaba en ella. Una jefa cumplidora como ella no se ausentaria del trabajo tantos dias sin una razon de peso.

Los dias siguientes acudio todas las tardes a casa de Pernilla. Le habia explicado que, en lo sucesivo, ella seria la unica del grupo de emergencias que iria a su casa, noticia que Pernilla acogio sin demostrar ni alegria ni decepcion. Monika lo interpreto como una buena senal. Por el momento, se conformaba con que la aceptara.

Pasaba la mayor parte del tiempo fuera, con Daniella. El parque no tardo en resultar aburrido, de modo que sus paseos eran cada vez mas largos. Lento pero seguro, logro ganarse la confianza de Daniella, y sabia que ese era un buen camino: llegar a la madre a traves de la aceptacion de la hija. Porque era Pernilla la que mandaba. Monika era consciente de ello cada segundo del dia. La amenaza constante de ser rechazada de pronto, de que Pernilla pensara que se las arreglaria mejor sin su ayuda. La sola idea de no ser bien recibida un dia la hacia comprender lo lejos que estaba dispuesta a llegar por no verse rechazada. Aun le quedaba mucho por enmendar.

En una ocasion una amiga fue a ver a Pernilla y a Monika no le gusto la idea de marcharse y dejarlas alli solas. Claro que deberia haberse alegrado por Pernilla, pero, al mismo tiempo, queria participar en lo que sucedia, saber de que hablaban, si Pernilla tenia algun plan de futuro que Monika desconociera. Pero, por lo general, Pernilla se dedicaba a dormir mientras Monika y Daniella salian a sus excursiones. Monika intentaba quedarse en el apartamento cuando volvian para demostrarle lo bien que se llevaban ella y Daniella. Pernilla solia retirarse a su dormitorio y no hablaba mucho con ella, pero Monika disfrutaba de cada segundo que podia estar alli. Solo los ojos de Mattias la llenaban de desanimo; la vigilaban desde la comoda mientras ella jugaba en el suelo con Daniella. Pero tal vez ahora que veia que iba alli a diario y asumia su responsabilidad, empezase a comprender que su intencion era buena.

Aunque Pernilla no hablaba mucho, Monika intuia que ayudaba solo con estar en su casa y cuando se marchaba, la serenidad seguia durandole un par de horas; la sensacion de haber triunfado con la primera etapa de una honorable empresa, de que se habia ganado un poco de alivio. Y comprendio, ademas, lo insignificante que resultaba todo lo demas. Como si hubiese ido apartando todo lo superfluo y solo hubiese quedado una premisa para existir. Sin embargo, unas horas mas tarde, volvian las palpitaciones. Y ella era una experta en su ciencia, sabia exactamente cuales eran las alteraciones automaticas que se producian en su cuerpo, que solo aspiraba a maximizar sus posibilidades de sobrevivir. El miedo dirigia la sangre a los musculos de mayor tamano y el higado liberaba su almacen de glucosa para darles energia, el zumbido en los oidos era el corazon que trabajaba para incrementar la presion sanguinea, el bazo se encogia para inyectar mas globulos rojos y aumentar la capacidad oxigenante de la sangre, la adrenalina y la noradrenalina recorrian todo su cuerpo. Pero en esta ocasion no le servia de nada haber obtenido la mejor nota en todos los examenes. Habian olvidado ensenarle que hacer ante tal reaccion fisica. Todo el cuerpo trabajaba para ayudarle a huir pero ?que hacer cuando era imposible escabullirse? Durante el dia tenia la sensacion de hallarse en una burbuja de cristal, protegida de todo lo que sucedia fuera, como si ya no le incumbiese. Por las tardes iba al gimnasio para acabar agotada con una buena sesion, pero aun asi no podia conciliar el sueno al acostarse. En cuanto apagaba la luz, la angustia se cernia sobre ella. Y el desconcierto. Las ideas que lograba mantener apartadas estando ocupada durante el dia exigian ser pensadas en la oscuridad, pero eso quedaba descartado. Monika sospechaba que tal vez esas ideas cuestionasen lo que estaba haciendo, de modo que tenia pleno derecho a mantenerlas alejadas. Puesto que nunca nada se regia por el sentido comun y la justicia, ella tenia todo el derecho del mundo a dar forma a su propia estrategia para implantar algo de orden en el sistema. Las fuerzas que gobernaban la vida y la muerte carecian de toda logica y discernimiento. Imposible aceptarlas. Ella debia tener la posibilidad de compensar.

Cuando por fin se dormia, la acechaban otros peligros. Thomas se le acercaba en suenos. Iba y venia a placer y despertaba en ella una anoranza que hacia que todo se tambaleara. Lo que ella se habia forzado a olvidar con su voluntad permanecia en forma de recuerdos en su cuerpo y sus manos se negaban a defenderse.

Con el fin de protegerse, se receto unos somniferos.

Entonces la dejaron en paz.

El tercer dia hizo acopio de valor y propuso quedarse a prepararles la cena. Y, por supuesto, antes iria a hacer la compra. Le encantaria invitarlas, anadio. Pernilla dudo solo un instante, pero admitio enseguida que se lo agradeceria mucho. Su espalda habia empeorado desde que se quedo sola y llevaba mas de tres semanas sin ir al quiropractico. Monika sabia por que, que el problema era el dinero, pero necesitaba que Pernilla se lo dijera y, ante todo, necesitaba conocer mas detalles. Y esperaba poder conocerlos durante la cena.

Estaba en el vestibulo poniendose el abrigo y acababa de pensar que prepararia esa receta de solomillo al horno con graten de patatas y planteandose si comprar una botella de vino, cuando aparecio Pernilla en el vestibulo.

– Ah, por cierto, soy vegetariana, creo que no te lo habia dicho, ?verdad?

Monika sonrio.

– ?Que suerte! Yo no queria decirtelo porque pensaba que tu querrias algo de carne para cenar. ?Cuanto hace que eres vegetariana?

– Desde los dieciocho.

Monika se abrocho el ultimo boton del abrigo.

– ?Te apetece algo especial?

Pernilla dejo escapar un suspiro.

– No. Si quieres que te sea sincera, ni siquiera tengo hambre.

– Deberias intentar comer un poco, ya se me ocurrira algo en la tienda. Por cierto, y un poco de vino, ?te apetece? Si quieres puedo pasar por el Systembolaget y comprar una botella.

– Otra persona del grupo de emergencias que estuvo aqui me dijo que tuviera cuidado con el alcohol por un tiempo. Al parecer, cuando se esta en mi situacion, es bastante habitual consolarse con un par de copas de vino por las noches.

Monika no respondio, se preguntaba si Pernilla la estaba reconviniendo. Pero la joven continuo.

– Aunque por mi parte, no hay peligro; de todos modos no me lo puedo permitir. Si, me apeteceria mucho tomarme una copa de vino.

Monika anduvo escogiendo un buen rato en la seccion de verduras. No sabia nada de recetas vegetarianas y, al final, opto por preguntarle a una de las empleadas. Si, claro, tenian una serie de recetas en el expositor que habia junto los lacteos, y de entre ellas eligio una a base de rebozuelos que tenia un aspecto de lujo y que se sentia capaz de preparar. Se diria que Pernilla confiaba mas en ella, de modo que la amenaza de verse rechazada le resultaba ya menos inminente. Y esa noche iban a cenar juntas. Tendrian ocasion de conocerse mejor y no pensaba decepcionar a Pernilla. Acababa de poner las bolsas en el suelo para sacar las llaves del coche cuando la vio. No sabia de donde habia salido; de repente, alli estaba, en medio del asfalto, junto a una de las bolsas: una paloma de color plateado con tonos violetas en las alas. A Monika se le cayeron las llaves de las manos. Los pequenos ojos negros del ave la miraban acusandola y, de repente, temio que la paloma fuese a hacerle dano. Sin apartar la vista del animal, se agacho a recoger el llavero y abrio el coche. Hasta que no levanto las bolsas del suelo, no echo a volar aleteando asustada por el aparcamiento, y Monika metio las bolsas en el coche tan rapido como le fue posible. Una vez dentro, bloqueo los seguros de las puertas antes de marcharse.

Вы читаете Verguenza
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату