madre dolorida. Se preguntaba si esa seria la familia de la que le hablo Ellinor; la del padre que habia muerto en un accidente de trafico hacia unos dias. Miro hacia la ventana ante la que habia visto a la madre, pero ahora estaba vacia.

Habia pasado una semana desde que todo lo que ya no existia resucito de repente. Sabia que habia sucedido a causa de Vanja. Y a causa de Ellinor. Durante siete dias, estuvo intentando matarla con su silencio. Ella iba y venia, pero Maj-Britt no le decia una palabra. Ella iba haciendo sus tareas, pero Maj-Britt hacia como si no existiera. Sin embargo, necesitaba saber. Las preguntas crecian cada vez mas grandes a medida que pasaban los dias y ya no soportaba seguir en la ignorancia. El miedo que sentia ya era lo bastante intenso y la amenaza que percibia procedente de las dos mujeres era mas de lo que podia soportar. ?De que se conocian? ?Por que, de pronto, habian resuelto emprender un ataque conjunto? Necesitaba saber cual era su plan si queria tener la posibilidad de defenderse. Aunque, ?que pretendia proteger? Lo unico que habian conseguido obligando a Maj-Britt a recordar era arrebatarle cualquier motivo.

Para defender algo.

Pero, al menos, tenia que saber.

Oyo el ruido de la llave en la puerta y luego el saludo de Ellinor mientras colgaba la cazadora. Saba aparecio por la puerta del dormitorio y salio a recibirla. Maj-Britt oyo a Ellinor saludar al animal y luego el repiqueteo de las patas de Saba sobre el suelo de parque al volver a tumbarse en su rincon. Ella permanecio junto a la ventana fingiendo no darse cuenta de que Ellinor la miro al pasar camino de la cocina. La oyo colocar las bolsas de comida sobre la mesa y, en ese instante, tomo la decision. En esta ocasion, no se libraria. Maj-Britt fue al vestibulo, paso las manos por la cazadora de Ellinor para cerciorarse de que tenia el movil en alguno de los bolsillos. No queria que lo llevase encima. Porque ahora, Maj- Britt iba a averiguar que pasaba.

Se quedo esperando. Ellinor salio de la cocina con un cubo en la mano y se detuvo al verla.

– Hola.

Maj-Britt no respondio.

– ?Como estas?

Ellinor aguardo unos segundos antes de exhalar un suspiro y responderse a si misma.

– Gracias, muy bien, ?y tu?

Habia adquirido esa mala costumbre la semana anterior. En lugar de aceptar el silencio de Maj-Britt, mantenia una conversacion consigo misma. Y era sorprendente oir la cantidad de verborrea que el cuerpo menudo de la joven podia contener. Por no hablar del modo en que respondia por Maj-Britt. Sorprendente, ese era el calificativo. Alli estaba, paseando su falsedad sin el menor reparo. Pero aquello se habia terminado.

Ellinor abrio por fin la puerta del bano y desaparecio de su vista. Maj-Britt oyo que llenaba el cubo de agua. Eran solo tres pasos. Tres pasos y Maj-Britt cerro de un estrepitoso portazo.

– ?Que haces?

Maj-Britt descargo todo su peso sobre la puerta mientras veia moverse hacia abajo el picaporte. Pero era imposible derribar la puerta. Al menos para un ser tan minusculo como Ellinor, cuando al otro lado habia una montana humana oponiendo resistencia.

– ?Maj-Britt, dejalo ya! ?Que pretendes hacer?

– ?De que conoces a Vanja?

Se hizo un breve silencio.

– ?A que Vanja?

Maj-Britt meneo la cabeza con gesto displicente.

– Sabes hacerlo mejor.

– ?Como? ?Pero que Vanja? Yo no conozco a ninguna Vanja.

Maj-Britt guardaba silencio. Tarde o temprano, confesaria. De lo contrario, se quedaria encerrada en el cuarto de bano.

– ?Maj-Britt, abreme! ?Que cono estas haciendo?

– No digas tacos.

– ?Y por que no? ?Joder, si me has encerrado en el bano!

Por ahora estaba solo enfadada, pero cuando comprendiese que Maj-Britt iba en serio, empezaria a invadirla la preocupacion. Entonces sabria lo que se siente. Como es encontrarse inmersa en un miedo hiriente y paralizante. Y estar totalmente abandonada.

– Pero a ver, ?te refieres a la tal Vanja Tyren?

Eso es.

– Exacto, que lista eres.

– Pero si yo no la conozco, la que la conoce eres tu. Abre la puerta ya, Maj-Britt.

– No saldras de ahi hasta que no me digas de que la conoces.

El pinchazo en la espalda la hacia perder el conocimiento. Maj-Britt se inclino intentando mitigar el dolor. Afilado como un punzon, se abria paso capa tras capa y Maj-Britt empezo a hiperventilar por la nariz, adentro y afuera, adentro y afuera, pero el dolor se negaba a ceder.

– Yo no conozco a Vanja Tyren. ?Como iba a conocerla si esta en la carcel?

Necesitaba una silla. Tal vez, si pudiera sentarse, se le pasara un poco.

– ?Que pasa? ?Es que te ha dicho que nos conocemos? Porque si lo ha hecho, miente.

La silla mas cercana estaba en la cocina, pero entonces tendria que alejarse de la puerta, y eso quedaba descartado.

– Maj-Britt, dejame salir ahora mismo para que podamos hablar, de lo contrario llamo a emergencias desde el movil.

Maj-Britt trago saliva. Le costaba mucho hablar cuando el dolor era tan intenso.

– Pues hazlo. ?Alcanzas la cazadora que esta en el vestibulo?

Entonces se hizo el silencio al otro lado de la puerta.

Maj-Britt sintio que se le llenaban los ojos de lagrimas y presiono con la mano en el punto donde culminaba el dolor. Necesitaba vaciar la vejiga. Y pensar que nunca nada salia como ella queria. Todo lo tenia siempre en contra. No habia sido una buena idea, ahora lo veia claro, pero asi estaban las cosas. Ellinor estaba encerrada en el bano y si Maj-Britt no se enteraba ahora no llegaria a saberlo nunca. La probabilidad de que Ellinor volviera despues de aquello era inexistente. Maj-Britt seguiria ignorante y una nueva figura desagradable se presentaria en su casa con sus cubos y sus miradas desdenosas.

Todas esas elecciones. Algunas hechas con tanta rapidez que era imposible comprender que sus consecuencias pudiesen resultar tan decisivas. Pero despues, alli aparecian, como grandes tachones rojos. Evidentes como las lineas de una carretera, marcaban la direccion a traves del pasado. «Aqui te desviaste. Aqui empezo todo a ser como es.»

Pero no era posible desandar el camino andado. Ese era el problema. Que el camino era de una sola direccion.

Alli estaba, con la azada y la cesta de mimbre a su lado, ribeteando de piedras el jardin. No parecia necesario, pero eso nunca le importo. Lo deseable era el placer de ejecutar la tarea. Maj-Britt lo sabia porque se lo habian contado. Pero tambien sabia que era importante que el jardin estuviese perfecto, y eso ni siquiera habian tenido que decirselo. Era importante ser cuidadoso con todo lo que se veia. Todo lo que se veia desde fuera. Del interior era responsable cada uno y, en ese terreno, el Senor era juez soberano.

Su padre dejo la azada al verla aparecer junto a la verja, se quito la gorra y se paso la mano por la amplia frente.

– ?Que tal el ensayo?

Maj-Britt venia del coro. O eso era lo que creian ellos. Llevaba todo un ano teniendo ensayos extraordinarios en los horarios mas extranos, pero su doble vida empezaba a carcomerla por dentro. Sentia que seria imposible continuar ocultando la verdad. Andar siempre a escondidas con su amor. Tenia diecinueve anos y estaba decidida. Se armo de valor durante meses, y Goran la alentaba. Ese dia pondrian todas las cartas sobre la mesa pero, por ahora, seguia escondida a cierta distancia, fuera de la vista de todos.

Echo una ojeada al jardin y vio a su madre. Estaba a cuatro patas junto al seto que habia ante la ventana de

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