Fue su padre quien hizo la pregunta. Removio el cafe con la cuchara y la dejo escurrir antes de colocarla en el platillo junto a la taza.
– Si.
Maj-Britt queria anadir algo, pero no le salia.
– Si, a ti te vimos en el concierto de Navidad del ano pasado, cuando interpretaste aquel solo. Tienes una hermosa voz, de verdad melodiosa. ?No fue «Noche de paz» lo que cantaste?
– Si, exacto, y tambien «Adviento», pero supongo que el mas conocido era «Noche de paz».
De nuevo se hizo el silencio. Su padre empezo a remover el cafe otra vez y el sonido de la cucharilla resultaba acogedor, en cierto modo. Tan solo el tictac del reloj de pared y el ritmico tintineo de la cucharilla en la taza. Nada por lo que preocuparse. Todo iba como debia. Alli estaban juntos y tal vez deberian hablar un poco mas, pero nadie hacia preguntas y no se ofrecio la menor posibilidad de entablar conversacion. Goran busco su mirada. Ella le correspondio brevemente antes de clavarla en el suelo.
Maj-Britt no se atrevia.
Goran dejo la taza sobre la mesa.
– Hay algo que Majsan y yo queriamos contarles.
La cucharilla detuvo su girar en la taza. Maj-Britt dejo de respirar. Seguia al borde del precipicio pero, subitamente, este cedio sin que ella hubiese dado el menor paso.
– ?Ah, si?
Su padre paseo la mirada de uno a otro, de Goran a Maj-Britt y de nuevo al punto de partida. Una sonrisa de curiosidad asomo juguetona a su rostro, como si el hombre acabase de recibir un obsequio inesperado. Y Maj-Britt lo comprendio en el acto. Lo que iban a decir era tan impensable que a su padre ni se le habia pasado por la cabeza.
– He solicitado mi ingreso en el Conservatorio Superior de Musica de Bjorkliden y tendre que mudarme de aqui; le he pedido a Majsan que venga conmigo y ella ha aceptado.
Ella jamas habia experimentado en la realidad lo que ocurrio entonces, pero si lo habia visto en la tele en alguna ocasion. La imagen se congelo de forma instantanea y todo se detuvo. Ni siquiera era capaz de distinguir si seguia oyendose el tictac del reloj de pared. De pronto, todo volvio a cobrar movimiento, aunque con mas indolencia: Como si la paralisis persistiese parcialmente y debiese ir ablandandose poco a poco, antes de que todo se restaurase. La sonrisa de su padre no desaparecio de inmediato, sino que su expresion sufrio una transformacion mas bien gradual. Sus rasgos adquirieron otra forma y, cuando por fin se asentaron, Maj-Britt pudo leer la mas pura desesperacion en su cara.
– Pero…
– Si, bueno, como es logico, pensamos casarnos, puesto que tenemos intencion de vivir juntos.
Oyo resonar la desazon en la voz de Goran. Miro a su madre. Tenia la cabeza inclinada y las manos cruzadas en el regazo. Su pulgar derecho se movia nervioso sobre la mano izquierda.
Entonces, Maj-Britt miro a su padre a los ojos y, a partir de ahi, dedicaria toda su vida a olvidar lo que vio en ellos. Vio la pesadumbre, pero tambien otro sentimiento que reconocia con mas claridad: el desprecio. Sus mentiras habian quedado al descubierto y los habia traicionado. A ellos, que lo habian hecho todo por ella, por ayudarle. Y ella les volvia la espalda a sus padres y a la Comunidad eligiendo a un hombre ajeno a su circulo sin ni siquiera pedirles su aprobacion. Simplemente, se presento alli, los obligo a vestirse de nuevo y les solto la noticia.
Desconocia el nombre del color que habia adoptado la cara de su padre.
– Quiero hablar con Maj-Britt a solas.
Goran no se movio de la silla.
– No, me quedare aqui. A partir de ahora, deben considerarnos como una pareja y lo que le atane a Majsan tambien me atane a mi.
Pues si. El reloj sonaba, ciertamente. Ahora si que lo oia. El remanso del ritmo regular de su cancioncilla infantil: «… tictac, tictac, tilin, talan, anda el reloj, levantate a recoger musgo».
– ?Pero yo tendre derecho a hablar a solas con mi propia hija!
«Largo es el dia, menuda la barriga y poca la comida que hay en la alforja.» -Es mi futura esposa. A partir de hoy, lo haremos todo juntos.
– Bueno, pues quedate. Mas vale que lo oigas tu tambien. Ya tenemos decidido desde hace mucho tiempo con quien se va a casar Maj-Britt, y no eres tu, te lo aseguro. Se llama Gunnar Gustavsson, un joven de la Comunidad que nos inspira gran confianza tanto a mi como a la madre de Maj-Britt. No se que fe profesaras tu pero, puesto que no te he visto en ninguna de nuestras reuniones, dudo mucho que compartas la de Maj-Britt, con lo que el matrimonio entre vosotros es, claro esta, impensable.
Maj-Britt miraba atonita a su padre. ?Gunnar Gustavsson? ?El que, vestido con su traje nuevo, vio como la humillaban en casa del pastor? Su padre la miro, su voz cargada de desprecio.
– No le hagas de nuevas. Sabes bien que lo dijimos hace mucho tiempo. Solo que Gunnar y yo hemos decidido esperar hasta que Dios te considere preparada, puesto que has tenido esos problemas de…
Ahi se interrumpio y le temblo el labio inferior al cerrar la boca. Dos lineas rosadas rodeadas de blanco. Su madre se mecia adelante y atras mientras emitia un tenue lamento retorciendo las manos nerviosamente en su regazo.
– ?Que problemas son esos?
Fue Goran quien pregunto. Goran era el unico que podia preguntar que problemas habia tenido. Maj-Britt se veia de nuevo en el comedor del pastor, desnuda y atada a la silla. Y quiza todo fuese culpa suya, a fin de cuentas. Ellos hicieron lo posible por salvarla, pero ella se nego a dejarse salvar y, puesto que no obedecio, se condeno para siempre, y claro, condenarse a si mismo es una cosa, pero tambien los arrastro a ellos en su caida. Porque ellos la habian concebido en pecado y porque su dios no queria saber nada de ella. Porque ella se rindio finalmente y ya no estaba dispuesta a renunciar a todo por obedecer a Dios. Y ahora resultaba que Goran queria saber que clase de problemas habia tenido, y si hubiera un solo modo de deshacer lo hecho, ella lo desharia ahora mismo.
– He preguntado cuales son los problemas que ha tenido Majsan.
Su voz dejaba traslucir su irritacion y Maj-Britt se pregunto como era posible atreverse a usar ese tono alli y en aquel momento y en aquella casa. Todo lo que habia aprendido y comprendido a lo largo de aquel ano se esfumo. La certidumbre de que el amor que Goran y ella sentian era limpio y hermoso, que la hacia crecer como persona. La conviccion de que, ya que a ellos los hacia tan felices, estaba destinado a existir y no podia ser pecado. Ni siquiera ante su dios. Ahora, de pronto, ya no le parecia tan evidente.
– ?Por que no dices nada, Maj-Britt? ?Te has quedado muda? -Fue su padre el que le hablo asi-. ?Por que no le hablas de tus problemas?
Maj-Britt trago saliva. Sentia la verguenza quemandole el cuerpo.
– Maj-Britt ha tenido problemas para cuidar su relacion con Dios y el que tu te encuentres aqui puede considerarse el resultado de ello. Cuando uno es limpio de espiritu no deja que lo invadan tales perversiones porque, como cristiano, uno se abstiene de la maldicion de la sexualidad, ?y se abstiene lleno de gozo y de gratitud! Hemos hecho todo lo posible por ayudarle, pero, al parecer, ahora se ha dejado seducir de verdad. - Goran lo miraba perplejo. Su padre prosiguio. Cada silaba como el restallido de un latigo-. Preguntabas cuales eran los problemas que ha tenido. ?Tienen un nombre! ?Automancillarse!
«Jesucristo, no me hagas pasar por esto. Senor, perdoname todos mis actos. ?Ayudame, por favor, ayudame!»
?Como lo habian sabido?
– Fornicacion, Maj-Britt, a eso es a lo que te dedicas. Lo que estas haciendo es pecado y se considera un desvio del buen camino.
Goran parecia desconcertado. Como si aquel hombre estuviese pronunciando todas esas palabras en una lengua extranjera. Cuando su padre tomo la palabra otra vez, la virulencia de su voz sobresalto a Maj-Britt.
– Maj-Britt, quiero que contestes a mi pregunta mirandome a los ojos. ?Es verdad lo que dice, que piensas irte de aqui con el? ?Es eso lo que has venido a decirnos?
La madre de Maj-Britt rompio a llorar, meciendose adelante y atras con la cabeza entre las manos.
– Tu sabes que Cristo murio en la cruz por nuestros pecados. Murio por ti, Maj-Britt, ?por tu bien! Y ahora le haces esto. Te condenaras por siempre jamas, quedaras por siempre excluida del reino de Dios.