– Queria saber que habias decidido. ?Que haces, Caro? ?Vienes o no?

– No lo se… No me apetece mucho.

– Pero si lo pasaremos guay… Aldo no puede. Paso a recogerte, venga, veras como la musica sera genial.

Lo cierto es que tengo que estudiar.

– Vamos, celebran el cierre de Piper, no puedes faltar…

– Bah, no lo se. Hablamos luego.

Cuelgo. Permanezco con los pies apoyados en lo alto de la pared y las piernas medio dobladas. Las muevo a derecha e izquierda, juntas, balanceando los gemelos para desentumecer los musculos.

El movil vuelve a sonar. Lo miro. Es Alis. Contesto.

– Acabo de hablar con Clod. Ni lo suenes… O bajas dentro de veinte minutos, o subo y te pongo la casa patas arriba.

– Vale, vale.

Sonrio. Se que bromea, aunque seria capaz de hacerlo.

– Hablo en serio, ?eh?, dentro de veinte minutos me tienes debajo de tu casa… No me hagas esperar…

– ?A la orden!

La oigo reirse al otro lado de la linea. Cuelgo.

Despues de una estrategica aunque rapida negociacion, consigo que mi madre me deje salir. ?Pero menudo esfuerzo! En cualquier caso, llevo toda la semana encerrada en casa. Empiezo a prepararme. Pasado un segundo vuelve a sonar el movil. Es Clod.

– No entiendo una palabra, te lo digo yo y nada… Te lo pide ella y en seguida le dices que si,

Sonrio.

– No es cierto… Al principio tambien le he dicho que no… Solo que despues me ha contado que estabas mal, ?que Aldo y tu habeis estado a punto de romper! Que debiamos hacerte compania…

– ?Pero eso es mentira! ?Que pretende?, ?gafarme?

– Bueno, eso es lo que me ha dicho. Y, dada la situacion, le he dicho que si.

– Si, si, ?no se cual de las dos es mas falsa! ?Sois unas cenizas! Cuando tengais novio, ya me encargare yo de aguaros la fiesta. Bueno, nos vemos enfrente. ???No tardeis!!!

Cuelgo, me echo a reir y sigo preparandome.

Es genial estar sola en casa. Ale ha ido a ver a su nuevo novio, creo, o quiza vuelva a salir con el de antes. A saber, con ella no hay modo de aclararse. No se como lo hace, deberia saber si le gusta un chico u otro, ?no? ?Como es posible que dude tanto? En cuanto da por zanjada una relacion, empieza a salir de inmediato con otro, luego los compara y echa de menos al anterior. Se acuerda de algo y tiene la impresion de que antes le iba mejor, asi que regresa con el. Entonces, apenas vuelven a salir juntos, ocurre una naderia, que se yo, una de esas discusiones insignificantes: «Vamos a casa de tus amigos», «No, de los mios…», o «?Cine?», «?No, pizza!», y, zas, ?automaticamente anora al nuevo! Mi hermana… Si se todo esto es porque se pasa horas y horas hablando de ello por telefono con Ila, su amiga del alma. ?Conmigo se muestra indiferente, incluso parece que tiene las ideas muy claras! Me hace gracia.

Sigo maquillandome delante del espejo. Me pongo un poco de rimel, no mucho, ?eh?… Acto seguido, un toque de azul con un lapiz ligero. En la radio suenaMercy, de Dulfy, asi que bailo siguiendo el ritmo. Doy un paso, giro sobre mi misma y me encuentro de nuevo delante del espejo. Sonrio. He de reconocer que ahora me han entrado ganas de ir a la fiesta. Por suerte, he decidido hacerlo. Yo aun no lo se, pero mi vida entera esta a punto de cambiar.

– ?Ahi esta, ahi esta Clod!

Aparcamos a un metro de ella.

– ?Mira que emperifollada viene!

Lleva una chaqueta de color rojo cereza y una especie de boina vaquera.

– ?Eh, vas ideal!…

– ?Por fin habeis llegado! -Mira irritada el reloj.

Me apeo del coche.

– Yo no he tardado nada en prepararme…

Alis me da un empujon.

– No hace falta que lo jures…, ?para meterte en la cama! Venga, venid, que estamos en la lista.

Saluda al tipo de la puerta.

– Vienen conmigo, Edo.

– ?Esta bien, entrad!

Alis nos arrastra mientras bajamos la escalera.

– Vamos, de prisa, ?la musica es genial!

Alis se dirige al guardarropa y lanza su chaqueta sobre el mostrador.

– ?Me coges el numerito, si no te importa?…

Despues se adentra entre la multitud. Me quito la cazadora y la pongo junto a las de Alis y Clod.

– ?Las tres cosas juntas? -nos pregunta la encargada del guardarropa, una chica muy mona con el pelo negro y flequillo peinado de lado, unpiercing en la nariz y un chicle demasiado grande que mastica con la boca abierta.

– No…, no…, pongalas por separado.

– Vale, son quince euros…

Clod abre los ojos desmesuradamente.

– ?Madre mia!

– No te preocupes, pago yo.

Por suerte llevo dinero.

La chica nos da los tres tickets.

– Toma, este es el tuyo…

Me meto uno en el bolsillo de atras y conservo el de Alis en la mano.

La veo, esta bailando como una loca en medio de la pista. Me acerco a ella.

– Ten…

– ?Que es?

– ?El ticket de tu chaqueta! -le grito al oido.

– ?Ah, gracias!

Se lo mete en el bolsillo delantero arrugandolo por completo.

– ?Caro, escucha que maravilla!

Alis cierra los ojos y gira sobre si misma. Alza los brazos y baila enloquecida saltando y cantando, siguiendo perfectamente el ritmo, con los ojos entornados, gritando a voz en cuello, alegre, dejandose llevar. Yo bailo delante de ella sacudiendo la cabeza, con mi espesa melena perdida en la musica y agitando los brazos. Clod se une a nosotras sin perder un minuto y tambien ella se dobla sobre si misma, baila divertida, ?Vamos, chicos, somos grandes! Me alegro de haber venido a la fiesta. ?El disc-jockey es fabuloso! Entra con Finley, pasa a Battisti, se supera con Tiziano Ferro y despues de nuevo con la Pausini. Es un gran DJ, la musica es genial, y todos bailan envueltos en las luces reflectantes que una bola proyecta con sus espejitos por encima de nuestras cabezas. Laser, humo, sonidos y ritmo, nos perdemos en la penumbra de la discoteca. Parecemos una marea imprevista, un mar danzante, unas olas musicales. Somos reflejos de sonrisas en la sombra, unos brazos que siguen el ritmo. Es una locura, se oyen risas constantemente, pero nadie bebe, fuma ni se ayuda de ninguna otra forma. Nuestra locura es natural, responde a la idea de estar vivos, de ser libres y despreocupados, y de tener la capacidad de abandonarnos a la musica, ?Ahora entran!

«?Macho, macho man!…» ?Los Village People!

– ?Genial!

Bailamos las tres juntas, haciendo los mismos movimientos, precisos, que se ajustan perfectamente al ritmo.«?Macho, macho man, tengo que ser un macho man! ?Macho, macho man, tengo que ser un macho! ?Hey!T»

Felices como nunca. De repente, el volumen de la musica va bajando progresivamente. El disc-jockey habla con una voz calida, suave, se diria que lo hace casi de puntillas.

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