– Y ahora, una dedicatoria especial… De un chico para su amor… Un amor que no ha dejado de buscar por todas partes… -El DJ se echa a reir-. Ese tipo debe de estar verdaderamente enamorado… Para ella, a la que por fin ha encontrado…
Y nos deja asi, con esta ultima frase que se pierde en la oscuridad de la sala en tanto que suenan las primeras notas de
No me lo puedo creer… Es mi cancion. La que me regalo Massi. Las parejas que abarrotan el local se abrazan y se besan con pasion. Lentamente, al ritmo de la musica, siguiendo sus suaves notas. «?Nos estan llamando para nuestro ultimo baile? Lo veo en tus ojos. En tus ojos. Los mismos viejos movimientos para un nuevo romance. Podria usar las mismas mentiras de siempre, pero cantare. ?Brillare, simplemente, brillare!»
Una pareja abrazada delante de mi. Besos interrumpidos por algun que otro rayo de luz. El le acaricia la cara sonriendo. Otra pareja… Bailan lentamente, el le coge el pelo con las manos de vez en cuando, lo levanta, lo deja caer, y luego, sin dejar de sonreir, la besa. Un poco mas alla, otra pareja baila mirandose a los ojos, como si alrededor no hubiese nadie, como si nosotros, ninguno de nosotros, estuviesemos aqui, solo ellos y su amor. De improviso oigo una voz a mis espaldas.
– Tu eres lo que siempre he buscado. -Sus brazos me rodean por detras-. Y esta noche te he recuperado al fin…
Cierro los ojos. No me lo puedo creer: es su voz.
– Te lo pregunto de nuevo… Dime que no eres un sueno…
Me vuelvo. Su sonrisa.
– ?Massi!
Nos miramos a los ojos. Tengo la impresion de estar perdiendo el juicio.
– No me lo puedo creer… No me lo puedo creer… -Chsss…
Sonrie. Me pone un dedo sobre los labios y a continuacion senala hacia lo alto, nuestra cancion… «Cierra los ojos y se habran ido. Pueden gritar que han sido vendidos, pero pagaria por la nube sobre la que estamos bailando. De modo que brilla, ?simplemente brilla!»
– ?Ves…?
Y se acerca a mi. Y me besa. Tengo la impresion de que el mundo se detiene. Y siento sus labios, su lengua, y me pierdo en su sabor, que me parece magico. Y casi me da miedo abrir los ojos… Decidme que no estoy sonando…, ?os lo ruego, decidmelo! Y cuando abro los ojos el sigue ahi, delante de mi. Sonriente. Me parece mas guapo que en el pasado, que en mis recuerdos, que nunca. Y no se que decir, no logro articular palabra. Me gustaria contarselo todo: «?Sabes?, perdi el numero. Lo grabe en el movil pero luego me lo robaron en el autobus, asi que volvi al lugar donde me lo habias dado, pero habian limpiado el escaparate. Practicamente fui lodos los dias a Feltrinelli, bueno, a decir verdad, al menos una vez por semana; tambien la ultima, la pasada. Pero de ti… no habia ni rastro.» Me gustaria decirle todo esto y mucho mas, pero no consigo hablar. Lo miro a los ojos y sonrio. Mi torpeza solo puede deberse al amor. La verdad es que no se que decir, solo consigo esbozar una sonrisa increible y despues pronunciar su nombre: «Massi.»
Y de nuevo: «Massi.»
?Y el pensara que soy idiota, que he fumado o bebido, o que hace mucho tiempo que he dejado de ir a la escuela y que por eso no consigo formular ni una sola frase!
– Massi…
– Carolina…, ?que te pasa?…
– ?Podrias volver a darme tu numero, por favor? Y dime tambien donde vives, a que colegio vas, a que gimnasio…
El suelta una carcajada, me coge de la mano y me secuestra alli mismo, en medio de la gente. En un abrir y cerrar de ojos nos encontramos en el guardarropa, saco el ticket, cojo al vuelo la cazadora, subimos la escalera y salimos a la calle. Mando un mensaje a Clod y a Alis mientras monto detras de el en su moto. El arranca y yo me inclino hacia adelante y me abrazo a el, y me pierdo asi, feliz, en el viento de la noche. Hace un poco de frio, de manera que estrecho el abrazo. No me lo puedo creer. ?Asi que los milagros existen! Queria volver a verlo. Durante mil dias habria sido capaz de hacer de todo, habria renunciado a lo que fuese con tal de que esto llegase a ocurrir. ?Y ahora? Ahora estoy detras de el. Lo abrazo con mas fuerza. Nuestras miradas se cruzan en el retrovisor y el me sonrie y me escruta con curiosidad, como si dijese: «?A que viene este abrazo?» Y yo no le contesto. Lo miro y siento que mis ojos se tinen de amor. A continuacion los cierro y me dejo llevar por mi suspiro… y por el viento.
Un poco mas tarde. Todo esta en calma. Incluso las hojas de los arboles parecen no querer hacer ruido, estan practicamente suspendidas en el silencio de una noche magica. Estamos bajo la luna en un gran prado.
– Mira. -Massi me indica unos arbustos que hay en una colina-. Desde aqui no se puede ver, pero alli hay un castillo: este camino se llama del Agua Ancha. Cuando era pequeno venia a correr aqui, porque vivo al otro lado de la curva, en la via dei Giornalisti.
Y yo sonrio. Poco importa que en adelante alguien vuelva a robarme el movil: yo ya siempre sabre donde encontrarlo. Respiro profundamente. Ahora solo estoy segura de una cosa: a partir de hoy ya solo dependera de nosotros que volvamos a perdernos. Y espero que eso no suceda nunca.
– ?En que estas pensando?
Bajo la mirada.
– En nada…
– No es cierto. -Sonrie y ladea la cabeza-. Dime la verdad, me has mentido, ?eh?
– ?Sobre que?
– El movil robado, el escaparate…, ?que ibas a menudo al sitio donde nos conocimos! Al principio ni siquiera me reconociste.
Me acerco a el. Lo miro a los ojos y, de improviso, tengo la impresion de ser otra persona. De tener dieciseis o diecisiete anos, Dios mio… ?Puede que hasta dieciocho! Me siento convencida, segura, serena, decidida. Una mujer. Como solo el amor puede transformarte.
– Jamas he dejado de pensar en ti.
Le doy un beso. Largo. Ardiente. Suave. Afectuoso. Sonador. Hambriento. Apasionado. Sensual. Preocupado… ?Preocupado? Me separo de el y lo miro a los ojos.
– No vuelvas a marcharte…
De acuerdo, he de reconocer que esa frase se la he copiado a Rusty, pero a saber si el libro se publicara alguna vez… y, ademas…, ?acaso no es preciosa? Massi me mira. Sonrie. Acto seguido me acaricia el pelo con delicadeza, su mano se enreda en el. Yo me apoyo sobre ella, como si fuese un pequeno cojin, y me abandono posando mis labios levemente entrecerrados sobre ella. Como las alas de una delicada mariposa, respiran su olor, esa flor escondida… Es el hombre que estaba buscando. El hombre de mi vida. Que importante suena eso…
– Ven, sube.
Me pongo de nuevo el casco y en menos que canta un gallo me encuentro detras de el. La moto asciende por un camino cada vez mas angosto, culea, resbala sobre algunas piedras redondas que saltan a nuestro paso y abandonan el sendero perdiendose en la hierba alta que lo circunda. La luna nos guia desde el cielo. Y la moto escapa por la vereda sin dejar de ascender, mas y mas cada vez, entre la hierba alta. Y sus ruedas, grandes y seguras, doblan las espigas, el verde y las plantas silvestres, y yo me abrazo con fuerza a Massi mientras subimos por la colina.
– Ya esta, hemos llegado.
Massi pone el caballete lateral. Apoya la moto a la izquierda y me ayuda a bajar. Me quito el casco y lo dejo sobre el sillin.
– Ven…
Me coge de la mano. Lo sigo. Detras de un gran arbol hay una pequena plaza. Una explanada de tierra rojiza y, en el centro, un pozo construido con ladrillos antiguos. Es circular, con un cubo de cinc medio roto apoyado a un lado y una polea todavia unida a un viejo arco de hierro antiguo, negro, similar a un arco iris, solo que de hierro y sin todos sus colores, que desaparece en los bordes del pozo.
– Mira abajo.
Me asomo, atemorizada. Massi se percata de mi miedo y me abraza.
– ?Ves el agua que hay al fondo?… Se ve la luna.
– Si, la veo… Se refleja en ella.