Dos dias despues, la profe entra con los examenes.
– Cada uno a su sitio, vamos. ?Por que teneis que armar siempre este jaleo? ?Tantas cosas teneis que deciros? Venga, a vuestros pupitres, vamos, que quiero comprobar a ver quien sigue teniendo ganas de bromear despues.
Y no se equivoca. Aqui estan los examenes.
– Muy deficiente, insuficiente, muy deficiente…
Es una autentica catastrofe. En una especie de procesion, todos se van aproximando a su mesa, recogen el examen, lo comprueban para cerciorarse de que han recibido verdaderamente esa nota y despues regresan a sus pupitres. Si a primera hora, la de italiano, reian y bromeaban, ahora la tristeza es generalizada, Incluso los mejores, los mas empollones, se hunden. Hasta Raffaelli, el genio de las matematicas, lo ha hecho mal, insuficiente. Una catastrofe.
– Bolla -me llama. Me toca a mi, ha llegado mi momento, mi final-. Veamos, contigo iniciamos hoy un extrano capitulo… Ven, ven aqui, que te lo explique mejor.
Me acerco a su mesa.
– Bueno, el primer ejercicio es sin lugar a dudas correcto. -Mi mirada se cruza con la de Gibbo, que me sonrie y asiente con la cabeza, como si dijese: «Eh… ?has visto? ?Que esperabas?»-. Con respecto a los otros tres, en cambio, me has dado varias opciones. -Despliega el folio y me lo muestra-. Quiero decir…, me has dado tres resultados distintos para cada ejercicio. Pero, Carolina, en realidad solo uno es correcto…
– Si, pero de alguna manera es exacto, ?me equivoco?
– Si, pero tu haces un calculo de probabilidades. ?Se puede entregar un examen con tres resultados diferentes?, ?dos equivocados y uno correcto por ejercicio?
– Profesora, mi abuela Luci dice que hay personas que siempre ven el vaso medio lleno y que, en cambio, otras lo ven medio vacio. Depende del modo en que uno se tome la vida.
Pues bien, despues de eso, no me vais a creer, pero la profe me ha puesto un suficiente. ?Claro que por los pelos, pero ahi esta el suficiente! Genial, ?no? Para que luego digan que no soy un autentico genio. Matt Damon sabia hacer realmente esos calculos en esa pelicula, yo soy una absoluta nulidad, pero eso no me impide sacar un suficiente. ?Soy o no un genio rebelde?
No me lo creo. No me lo puedo creer. Al volver a casa me he encontrado con un regalo acompanado de una tarjeta. Mi madre y Ale me escrutan en la sala.
– ?Te lo esperabas? ?Quien te lo manda? ?De quien es?
Imaginaos. Ale esta en ascuas.
– Si todavia no he abierto la tarjeta, ?quieres decirme como voy a saber de quien es?
Empiezo a darle vueltas. Gibbo. ?Gibbo, que se disculpa porque solo me ha hecho un ejercicio de matematicas? No, un detalle tan encantador como este no es propio de el. ?Filo, que me pide perdon por haberme robado un beso? No, ha pasado mucho tiempo. ?Acaso alguien puede tardar tanto en cambiar de parecer? ?Alis y Clod? No, en este momento son ellas las que lo esperarian de mi… Como si tuviese que disculparme por haber ganado demasiados puntos ultimamente. De manera que reflexiono un poco. Me vienen a la mente las personas mas variadas. Matt, que ha roto con su novia y que quiere ensenarme otra vista de Roma. Categoria: quiza, pero no. ?Lorenzo! Sufre de alguna forma porque todavia queda mucho para el verano. Pero si no nos hemos llamado durante todo el ano… ?En mi opinion, ni siquiera debe de saber donde vivo! Y, de improviso, se me ocurre la hipotesis mas absurda. ?Y si fuese Ricky, que ha superado la verguenza de aquella noche y ahora quiere recuperar el tiempo perdido? Pero han pasado ya muchos anos. Como mucho habra vuelto a subir la persiana. Luego la fulguracion, el milagro, una especie de juicio… universal-sentimental. ?Y si Massi hubiese encontrado mi direccion? ?Si ese dia, mientras hablabamos, le hubiese dado alguna indicacion, le hubiese dicho algo, un indicio, un detalle y el, despues de buscar por todas partes, por fin me hubiese encontrado? Cojo el paquete y lo sopeso por un instante. Lo lanzo hacia arriba. Es muy ligero. ?Si es el zapato de Cenicienta, debe de ser una chancla de corcho!
– ?Que haces? ?Lo abres o no?
– Si, venga, nos morimos de curiosidad.
Ahora se suma incluso mi madre. Las miro y esbozo una sonrisa.
– Pero si lo abro ahora, se acaba la sorpresa.
Veo que se quedan perplejas. Bueno, yo lo veo asi. En tanto que un regalo sigue envuelto o no se abre un sobre puede suceder de todo, ?La verdadera felicidad la constituyen todas las posibilidades que se barajan antes! ?Ahi dentro esta Massi, su declaracion, las gafas que tanto me gustan o el iPod Touch envuelto de manera que no pueda imaginar lo que es o cualquier otro sueno!
– Vale. -Sea como sea, decido no ser antipatica-. Esto es lo que haremos: primero desenvuelvo el regalo y despues leo la tarjeta, ?os parece bien?
Por otro lado, no pueden sino estar de acuerdo, porque se trata de algo exclusivamente mio. Como de costumbre, Ale consigue ser insoportable,
– ?Oh, basta ya, abrelo de una vez, que tengo que salir!
«Pues vete ya -me gustaria decirle-. ?Quien te lo impide?» Menudo conazo… Pero no se lo digo, sobre todo por mi madre. Empiezo a abrir el paquete. Lo hago de prisa y al final lo cojo en la mano. Las dos alargan el cuello para ver mejor.
– ?Que es?
– Una gorra con mi nombre.
La miro perpleja. Es mona, rosa palido, y blanda, con el velero detras y «Caro» escrito en relieve delante.
– Pero ?quien te la ha mandado?
– Ni idea.
En serio. No se me ocurre nada. No me viene a la mente ni un solo nombre. No me queda mas remedio que abrir la tarjeta. «?Hola! Me gustaria darte algunas clases de tenis, donde quieras, cuando quieras y con o sin esta gorra en la cabeza. Un maestro a la completa disposicion de una alumna prometedora.» Y a continuacion viene la firma: «Lele. P. D. Si por casualidad has fumado el narguile con cualquier otro, mi propuesta queda anulada… ?Bromeo! P. P. D. ?De verdad lo has fumado con otro?»
Me echo a reir. ?Que mona la despedida con la doble posdata!
– ?Y bien? ?Se puede saber quien es?
Ale esta en ascuas. Tambien mi madre arde en deseos de enterarse, pero se contiene y no dice nada.
– Un amigo, que quiere ensenarme a jugar al tenis.
Ale se marcha encogiendose de hombros.
– Pues vaya, tanto jaleo para nada.
Mi madre se muestra mas amable, al menos simula curiosidad.
– ?Que piensas hacer?
– Quiero empezar en seguida. ?Asi, en cuanto tenga un buen nivel, podre acribillar a pelotazos a Ale?
He llamado a Lele y le he dado las gracias por todo, tanto por la gorra como por las clases de tenis.
– Oh, pero debes tener paciencia, Lele… Mira que no soy en absoluto buena, ?eh?
– Una paciencia inagotable. Despues de haberte visto fumar con el narguile y toser de esa forma, no podemos sino tener exito en todo lo demas.
Si bien no he entendido del todo lo que queria decir, me he reido por educacion.
– Pues si.
– Entonces, paso a recogerte el lunes que viene; jugaremos a las tres, es la mejor hora.
– Bien, perfecto.
Y nos despedimos asi. Solo hay un pequeno inconveniente: no tengo raqueta. Si he de ser sincera, los inconvenientes son mas: no tengo pelotas y, por encima de todo, no tengo ropa para jugar al tenis, no tengo zapatillas, camiseta, munequeras, calcetines, en fin, que no tengo nada de nada y, sobre todo…, ?no tengo ni un euro! Pero tengo una madre… Una madre muy dulce que lo ha entendido todo sin que yo le dijese nada y que me ha dado una sorpresa preciosa. Me ha dejado un sobre con cien euros dentro y una nota a decir poco tierna: «Para tu leccion de tenis. Para que todo vaya siempre como deseas. Basta con que no acribilles a Ale a pelotazos. Tu madre, que te quiere mucho.»
Me he tronchado con la frase «basta con que no acribilles a Ale a pelotazos». Pero despues me he