– Exacto.

– Vale, en ese caso, traiganos tres bolas de helado frito y la cuenta, gracias.

Poco despues nos comemos las bolitas mientras nos reimos; yo devoro la de chocolate, porque es la ultima y la mas rica. Lele bebe una grapa con aroma de rosas y luego salimos del restaurante. Es de noche. Son las diez. Hace frio.

– ?Vamos al Zodiaco?

– Si, pero ?que hay alli?

– Deben de haber montado el pesebre…

Subimos por una calle llena de curvas. Conseguimos aparcar el Smart con facilidad. Varias personas, en su mayor parte adultos, estan contemplando el nacimiento.

– ?Has visto? Todavia falta el Nino Jesus.

– Lo pondran el dia de Navidad.

– Ah, claro.

Que tonta. Nos alejamos en silencio. Caminamos por una pequena avenida con vistas a la ciudad.

– Desde aqui arriba, Roma se ve preciosa de noche…

– Si…

Lele se apoya en la valla.

– Tu tambien…

Acto seguido me toma a mano, juguetea con ella por unos instantes y a continuacion me atrae hacia si y me da un beso. Cierro los ojos y me pierdo en sus labios.

Sopla una brisa ligera, fresca, no muy fria. Y yo me dejo transportar por su beso, No se que pensar, es decir, me gusta, si, tiene un buen sabor. No obstante… ?Eso es! ?Lo que ocurre es que no me lo esperaba, en serio!

Cuando dejamos de besarnos permanecemos un rato en silencio con las bocas muy juntas. Luego nos separamos y nos sonreimos. Lele exhala un hondo suspiro.

– Perdona.

– ?Por que?

– Bueno… he tirado con fuerza de ti y…

– No, no, me parece bien…

Se acerca de nuevo.

– Juegas muy bien al tenis.

Y me besa de nuevo. Esta vez lentamente, sin prisa, con dulzura, acariciandome el pelo. Vale. Todo va bien. ?Pero podria haberse ahorrado esa frase! ?Que habra querido decir? ?Queria hacerme un regalo? Quiero decir, ?que si no fuera buena no me habria besado? Puede que este exagerando. Quiza le este dando demasiadas vueltas. Pero es la primera vez que salimos al margen de las clases de tenis. En fin, ?que no me esperaba que me besase esta noche! De hecho, mas tarde, mientras volvemos a casa en coche, me siento extranamente cohibida. Me refiero a esos extranos silencios que se van prolongando a medida que avanzas, que se van agrandando, y cuanto mas piensas en ello menos palabras encuentras para romperlos. Al final, como sucede a menudo…

– Bueno, ?que dices?

– ?Por que no hacemos…?

Hablamos a la vez. Y al cabo de unos instantes, vuelve a suceder:

– No, queria decir…

– Eso es, decia…

Y al final te echas a reir y, de una manera u otra, te ves obligado a tomar una decision.

– ?Esta bien, Caro, habla tu!

– No, queria decir, ?crees que podre jugar un partido alguna vez? ?Sere capaz de hacerlo?

– Oh, si, claro… Estaba a punto de decirte precisamente eso, podriamos jugar de verdad algun dia, es mas competitivo, se corre mas y se hace mas deporte, vaya. ?Asi podras comer lo que quieras despues!

Me echo a reir, pero en mi fuero interno pienso: ?que habra querido decir? ?Que en realidad no he corrido bastante? ?Que cuando juego es como si no jugase? En ese caso, ?por que ha dicho que soy buena? ?Para besarme? Siempre igual… Bueno, ya hemos llegado a casa.

– Aqui estamos.

Lele se detiene unos metros mas alla de la verja.

– Me alegro de que hayamos salido esta noche.

– Yo tambien…

Me mira en silencio. Yo agacho la cabeza y miro las llaves que acabo de sacar del bolsillo. Juego con ellas entre las manos. Ya. Por fin me las han dado, si bien creo que es solo por esta noche. Lele apoya su mano sobre la mia. La miro. Despues a el. No he entendido nada de esos discursos sobre el tenis, pero al menos estoy segura de una cosa y quiero decirselo.

– Me encantaria volver a verte, pero antes quiero decirte algo.

– ?Que?

– Tengo trece anos y medio.

– Ah.

Lele levanta su mano de la mia. Luego se vuelve lentamente hacia la ventanilla. Me quedo callada por unos instantes, escrutandolo. El mira afuera.

– Lo siento, Lele, no queria mentirte. Ni siquiera se por que te lo dije… Pero sigo siendo la misma. O te gusto o no. No creo que ese medio ano de diferencia pueda convertirme en otra persona.

De nuevo el silencio. Despues Lele se vuelve hacia mi y de improviso me sonrie.

– Tienes razon. No se que me ha pasado. ?Jugamos el lunes?

– ?Claro! ?Un partido!

Y esta vez soy yo la que se inclina hacia el y lo besa. Pero en la mejilla. Despues hago ademan de abrir la puerta. Lele me agarra un brazo y me atrae hacia si. Me da un beso. En la boca. Un poco mas largo que el de antes. No se por que, esta vez tengo la impresion de que se agita demasiado. Su lengua parece enloquecida. Me entran ganas de echarme a reir pero me contengo, y al final noto que me toca un pecho con la mano. ?No! Lo hace muy de prisa, ?lo aprieta como si fuese una pelota! ?Vaya tela! Consigo desasirme de su abrazo y acto seguido, poco a poco, con dulzura…

– Debo marcharme… Hablamos manana.

Me escabullo del Smart y me precipito hacia el portal sin volverme siquiera.

En el ascensor. El corazon me late a toda velocidad. Respiro profundamente. Mas aun. Debo calmarme. Por otra parte…, mejor que Cenicienta…, son las once y media. Pero no estaran todos durmiendo. Giro la llave en la cerradura. Y…

– ?Eres tu, Caro?

– Si, mama.

Se acerca a mi procedente del salon.

– ?Y bien? ?Como ha ido?

– Oh, de maravilla, hemos ido a comer una pizza aqui cerca.

– ?Quien ha ido?

– Un grupo…

Noto que busca mi mirada.

– Un grupo, ?eh?

– Si, gente del colegio, no los conoces. -Hago ademan de encaminarme a mi dormitorio.

– ?Caro?

– Si, mama, ?que pasa?

– ?Me das un beso?…

Me acerco a ella y noto que, ademas de darme un beso, me olisquea. Quiza quiera comprobar si he fumado. Al menos en eso no hay problema. Veo que sonrie aliviada.

– Ah, una ultima cosa, Caro…

– ?Si?

– Las llaves.

Las saco del bolsillo de los pantalones y se las pongo en la mano. Estaba cantado. Mi madre sonrie.

Вы читаете Carolina se enamora
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату