– ?Eh, chicas, coged esto.
De repente nos dan un par de botes de Nutella.
– ?Que pasa?
– ?No lo sabeis? ?Esta a punto de empezar el
– ?Y eso que es?
Tratamos de entender algo, pero la tipa con el uniforme de
– Pero ??para que son estas cosas?!
Clod sonrie.
– ?Bah! ?En cualquier caso, se come!
Justo en ese momento suena una cancion de Tiziano Ferro: «Y Raffaella canta en mi casa, y Raffaella es mia, mia. Mia. Solo mia. Y Raffaella…» Y todos bailan enloquecidos mientras el video se proyecta en las pantallas.
– ?Venga, chicos, elegid companero!
En un abrir y cerrar de ojos se forman un monton de parejas. Y el disc-jockey se apresura a mezclar perfectamente la cancion de Raffaella Carra: «Se llama, mmm… tuca, tuca! Lo he inventado yo…»
Todo el mundo sujeta una gran cuchara de plastico y empiezan a untar de Nutella a la persona que tienen delante. I.as piernas, el cuello, los brazos, la barriga, en cualquier lugar donde se pueda, vaya, y luego comienzan a lamer y a mordisquear al ritmo de la musica, en pocas palabras, a recuperar la Nutella.
– ?Que asco!
– ?Pero si es genial!
– ?Si, pero engorda!
En fin, que en un instante estalla una guerra de chocolate. Pasados unos segundos, y siempre al ritmo de
– ?Eh, Clod, Caro! He ganado… ?Habeis visto?
– ?Si, eres la mejor!
Alis desaparece al fondo de la pista, donde se encuentra Dodo. Clod ve que Aldo esta solo y se acerca a el. El disc-jockey mezcla de nuevo y yo me pongo a bailar
– ?Ha sido una fiesta genial!
Clod me coge del brazo a la salida del local. La gente se aleja armando jaleo, unos van del brazo, otros patean una lata como si estuviesen jugando un partido de futbol.
– Si… ?Salvo que ahora soy un pedazo de chocolate andante! ?Un tipo se puso a untarme mientras bailaba y despues queria lamerme el brazo! ?Me cabree tanto que casi le doy una patada!
– ?No tenias el dia! Se veia a la legua…
– Mira quien habla. Aldo te ha jorobado la noche.
– De eso nada, hemos hablado. Sea como sea, he entendido lo que te sucede, Caro: te molesta lo de Dodo y Alis.
– ?A mi? Pero ?que dices?… ?Ahi estan!
Justo en ese momento pasan por nuestro lado corriendo, cogidos de la mano.
– ?Eh, nos vemos en mi casa!
Desaparecen al doblar la esquina.
– ?Que locos! Me alegro por ellos, oye.
– Ya…
– ?Que te ocurre. Clod?
– ?Nada!
– Estas rara.
– Ya te he dicho que nada.
– Acabas de decirme que has aclarado las cosas con Aldo.
– Si, de hecho…
– ?Entonces?
– Uf, nada…
Permanece en silencio hasta que llegamos al coche. Despues se para. Miro alrededor.
– ?Eh, el tuyo no esta! ?O se lo han llevado o, peor aun, te lo han robado! Por eso estabas asi. ?Lo presentias! ?Te das cuenta, Clod? ?Tienes poderes! -La sacudo por los hombros-. ?Entiendes? Lo presentias… ?Eres medium!
Ella me mira desconsolada.
– De eso nada: se lo he prestado a Aldo.
– ??A Aldo?!
– Si, para que pudiese acompanar a la tipa que estaba con el.
– ?En ese caso no es que tengas poderes, sino que eres idiota!
– ?Oye, no te permito que me insultes! ?El coche es mio y puedo prestarselo a quien me de la gana! ?Pareces mi madre!
– Puede, pero al menos tu madre tiene su coche consigo. Nosotras no tenemos ninguno. ?Que hacemos ahora?
– Esperar. Volvera.
– Pero ?cuando? llamalo al movil.
– Ya lo he hecho. Lo ha apagado.
– ?Pues vuelve a intentarlo!
– Hace una hora que pruebo.
– En ese caso, el que tiene poderes es el. ?Menudo gilipollas!
Echo a andar.
– ?Adonde vas?
– A casa de Alis.
– ?Y me dejas aqui tirada?
– ?Tu me has dejado aqui tirada! Yo me voy a casa.
– ?Esperame! -Me da alcance corriendo de medio lado debido a los tacones-, ?Justamente tenia que ponermelos esta noche!
La miro con odio.
– Todo estaba saliendo a pedir de boca hasta que le prestaste el coche.
– ?Y que podia hacer? No queria parecer celosa cuando me lo pidio.
– ?Pues has quedado cono una imbecil!
Caminamos en silencio. La oigo cojear a mi lado, la miro por el rabillo del ojo. Tiene una expresion de dolor en el rostro. Le hacen dano los zapatos. He sido demasiado dura con ella. Me vuelvo, la miro y a continuacion esbozo, una sonrisa.
– Perdona, Clod…
Ella tambien sonrie.
– No te preocupes…, si tienes razon.
La cojo del brazo. Me guina un ojo.
– Ademas, Caro, se que estas nerviosa.
– ?Por que?
– Porque en el fondo te gustaba Dodo, ?eh? ?A mi no se me escapa nada!
Niego con la cabeza y alzo la mirada. No hay nada que hacer. Exhalo un suspiro. Clod solo piensa en eso.
– Sigamos andando, venga.