pena, en el de llegadas la procedencia ha desaparecido ya. Bueno, puede que no tenga nada que ver con el hecho de que Filo este ahi.
– Eso es, Caro. Te veo, sigue avanzando…, vamos…
– Pero ?donde estas? Yo no te veo.
– Pero yo si. Eres tu. Llevas un gorro azul…, ?para que no te reconozcan!
Resoplo.
– Que sepas que esta es la ultima vez; tu eres el unico que me mete en estos lios. Gibbo no habria hecho jamas nada parecido…
– ?La verdad es que el tambien esta implicado! – Y los dos aparecen de un salto de detras de una columna-. ?Felicidades!
Filo y Gibbo se abalanzan sobre mi, me abrazan y me cubren de besos. La gente que pasa por nuestro lado sonrie divertida.
– ?Venga ya, basta! ?Sois unos tontos! ?Era necesario hacerme venir hasta aqui para darme la sorpresa?
Me sueltan.
– Si. -Filo sonrie-. Mira esto…
Me ensena una sudadera rosa, con su foto y su nombre estampados.
– ?Noo! ?Que guay! ?Biagio Antonacci! ?Mi cantante preferido!
– Y esto… -Gibbo las saca del bolsillo-. Son tres entradas para su concierto en Venecia.
– ?En Venecia?
– ?Si! Y esto. -Filo los saca del bolsillo-. Son tres billetes para el tren. Asi que… ?vamos! ?Esta a punto de salir!
Me cogen de la mano y me arrastran. Tropiezo y estoy a punto de caerme.
– ?Estais locos! Pero ?que voy a decirles a mis padres?
Gibbo me mira risueno.
– Tu tranquila… ?Hemos pensado en todo! Te quedas a dormir en casa de Alis, que, en el ultimo momento, te ha organizado una fiesta sorpresa.
– Eso es… ?Tus amigas te han regalado incluso ropa para que te la pongas manana!
– E iras directamente al colegio desde alli.
Los miro y sacudo la cabeza.
– Lo teneis todo pensado, ?eh?
– Claro, no hay que saltarse ni un solo dia de clase…
– Eh, que somos chicos serios… ?Este ano tenemos el examen! ?No podemos tomarnos el curso a la ligera!
Subimos al tren con el tiempo justo Un instante despues siento como se mueve debajo de mi y me parece increible. Me pongo la sudadera. ?Menos mal que he atado bien la moto! Nos sentamos en un compartimento.
– Esos son nuestros asientos. Si quieres puedes sentarte ahi. ?A que no te lo esperabas?
– En absoluto, pense que Filo se habia metido en uno de sus lios…
El tren va adquiriendo velocidad gradualmente. Miro por la ventanilla. Muros altos, calles de cemento y, despues, cables de acero, vias que rodean viejos trenes abandonados con el color del oxido.
Chuf. Chuf. Dudum, dudum. Va cada vez, mas rapido. Dudum, dudum… Y luego, de repente, el verde, los campos humedos, los arboles, y esa naturaleza que en invierno resulta tan fresca, tan sana y vivificante. Respiro profundamente.
– ?Chicos, son los catorce anos mas bonitos de mi vida!
Filo y Gibbo sueltan una carcajada. ?Empieza la aventura! Pasa el revisor y le mostramos los billetes. Tengo sed, pero Gibbo lleva tres botellas de agua en la mochila; me entra hambre y Gibbo tiene tambien dos Bounty de coco y chocolate, de esos que me gustan a rabiar. En fin, ?os acordais de
Un poco mas tarde; son las 18.00. He hablado con Alis, que, claro esta, no se ha cortado en decirme lo que pensaba.
– ?No me lo puedo creer! A mi tambien me habria gustado ir… Es una sorpresa fabulosa…, ?me muero de envidia!
– Venga ya… ?Es mi cumpleanos! Duermo en tu casa, ?vale?
– ?Vale!
Llamo a casa. Por suerte, me responde Ale. A veces es un engorro, pero en ocasiones resulta ideal, es muy facil mentirle, como coser y cantar.
– ?Lo has entendido? Me quedare a dormir en casa de Alis y manana ire directamente al colegio desde alli.
– Vale.
– Repitelo,
– Uf… Te quedaras a dormir en casa de Alis e iras al colegio directamente.
– Y en caso de que quiera hablar conmigo…
– Que te llame al movil.
– ?Eso es! ?Veo que estas mejorando!
De hecho, justo cuando estamos a punto de llegar, me suena el telefono.
– Es mi madre, ?y ahora que hago?
– Espera.
Gibbo se levanta
– Vale… -Exhalo un largo suspiro-. ?Hola, mama!
– Hola, Caro, ?todo bien?
– Si, de maravilla. Alis y mis amigas me han organizado una sorpresa estupenda.
Pero justo en ese momento la «sorpresa» me la da el tren. Por la megafonia suena una voz metalica: «Atencion, los pasajeros que deseen comer algo tienen a su disposicion el vagon restaurante…'
No espero a que siga: pulso una tecla y apago el telefono.
– Vaya tela. ?Solo me faltaba esto! ?Tenian que anunciarlo precisamente ahora! Espero a que acabe y luego llamo de inmediato a mi madre.
– ?Que ha pasado?
– Nada, que no tenia mucha bateria y se ha cortado.
– Intento calmarla.
– Por suerte, una de mis amigas tenia el cargador y lo hemos enchufado.
– Esta bien. Pero ?como lo haras para ir manana al colegio?
– Me han regalado una camiseta, e incluso una muda de ropa interior.
– Ah…, veo que tus amigas han pensado en todo.
– Si…
Miro a Gibbo y a Filo. Han estudiado hasta el ultimo detalle de esta preciosa sorpresa…
– Esta bien… Yo hablare con tu padre.
– Gracias, mama.
– No llegues muy tarde, Caro.
– No te preocupes, nos vemos manana a la hora de comer.
Cuelgo y exhalo un suspiro de alivio.
– ?Yujuuu! Todo ha salido a pedir de boca.
Los abrazo y salto con ellos de felicidad. Y me siento mas ligera, como si me hubiese quitado un peso de encima. Justo en ese momento, el tren se detiene.
– Venecia.
Esta vez soy yo la que los coge de la mano.
– ?Venga, bajemos!
Los arrastro fuera del tren y salimos de la estacion. Nos adentramos en los canales de Venecia. Hay agua por doquier. Atravesamos pequenos puentes. La ciudad esta llena de turistas. Hace un poco mas de frio que en Roma, quiza porque es mas tarde.