– No se de que estais hablando -respondio remilgadamente, aunque con las mejillas muy ruborizadas.
– Lo unico que puedo decir es que me alegro de que Dougal sea joven -comente con una sonrisa.
– Dicen que los jovenes tienen una energia ilimitada -anadio Alanna.
– No es tan joven -respondio Victoria, que intento mostrarse ofendida. Sin embargo, yo percibia una sonrisa escondida detras de su fachada grave de Jefa de las Cazadoras.
– Bueno, cuentame -le dije.
Me incline hacia ella y hable en tono de conspiracion. Llevaba meses queriendo preguntarle a Victoria como era el sexo entre los centauros. Aquel momento era la oportunidad perfecta.
– ?Y que tipo, y cuanta energia, va a necesitar el pobre Dougal? -le pregunte mientras le daba un suave codazo y le guinaba un ojo-. En vuestra noche de bodas.
Victoria me miro con una sonrisita.
– Si -dijo Alanna, en un tono inocente-. Cuentanos.
– Bueno… -Victoria nos hizo una senal para que nos acercaramos a ella, cosa que hicimos alegremente-. ?Habeis visto alguna vez aparearse a los caballos?
Nosotras asentimos.
– Entonces, ?sabeis que muerden, y gritan, y dan coces cuando su pasion esta en el punto mas alto?
Nosotras asentimos con entusiasmo.
– ?Y sabeis que, algunas veces, su deseo es tan fiero que el apareamiento esta lleno de lujuria violenta e incontrolada? -su voz temblaba de intensidad.
Nosotras asentimos con mucho entusiasmo.
Con la respiracion acelerada, ella se detuvo. Mientras nos miraba a Alanna y a mi, su sonrisa se ensancho.
– Bueno, pues no es asi en absoluto.
Y con eso, y una risotada, se dio la vuelta y se alejo moviendo la cola altivamente.
– No va a contarnoslo, ?verdad? -me pregunto Alanna.
– No parece -respondi con un suspiro-. Demonios.
Alanna suspiro tambien, con la misma frustracion. Tome nota de que tenia que preguntarle de una vez a ClanFintan por el asunto del sexo entre los centauros.
– Mi senora, podeis venir por aqui -dijo Kai, que acababa de volver, y nos hizo un gesto para que lo siguieramos hacia el centro de la zona de construccion.
Cuando Alanna y yo lo alcanzamos, le susurre al oido a mi amiga:
– ?Es normal que sea tan joven? Solo es un adolescente. No creo que tenga mas de dieciseis anos.
– El espiritu de la piedra le habla con fuerza. No importa que sea joven, solo que este dispuesto a escuchar. Ya veras.
Nos reunimos con el en la parte superior de las escaleras de marmol, que ya estaban completadas. Era una zona enorme llena de trozos de marmol gigantescos, algunos de ellos en bruto y otros que ya habian sido tallados y pulidos. Alrededor de la circunferencia de la estructura estaban las bases de las gruesas columnas. Estas columnas todavia no estaban completamente terminadas, y parecian los dientes rotos de la boca de un gigante, pero a medida que nos adentrabamos en la obra vi que varias de las columnas centrales ya estaban terminadas. Se erguian altas y orgullosas, como si quisieran dar buen ejemplo a las demas. Nos detuvimos justo al lado de la columna central, tan ancha que ni siquiera entre los tres con los brazos estirados hubieramos podido abarcarla. El marmol era de un color nacar luminiscente, y la parte superior de la columna tenia una talla intrincada que formaban circulos anudados, dentro de los cuales habia centauros guerreros.
– Esta es la pieza central de apoyo -dijo Kai-. Cada una de las piezas de marmol que he usado para construirla menciono el nombre de Epona. Yo las traje a casa.
– ?Has oido una voz en el marmol? -pregunte, sin poder evitarlo.
El me sonrio.
– No es un sonido, no exactamente. Es mas parecido a un susurro.
Yo recorde la voz de Epona, y asenti.
– Es un sentimiento, pero puedes oirlo como si hubiera sido pronunciado.
– ?Si!
– ?Y todavia puedes oir su voz? -pregunto Alanna.
– Por supuesto. El marmol siempre hablara conmigo.
Puso la mano, curtida por el trabajo, y que parecia de mucha mas edad que el resto de el, en la columna, y cerro los ojos. Cuando su mano se unio al marmol, parecio que la piedra temblaba. Nosotras observamos, y el acaricio la columna. Por un momento, la enorme piedra se hizo liquida bajo su palma. Parecio que su mano se hundia en la piedra, como si con su toque, la hiciera arcillosa y maleable. Yo observe al muchacho, y vi que su cuerpo estaba rodeado por un resplandor suave, muy parecido a la iluminacion magica que envolvia a ClanFintan cuando invocaba el Cambio. Entonces, Kai aparto la mano de la columna y abrio los ojos. El brillo se desvanecio como si solo hubiera sido producto de mi imaginacion.
– El marmol os saluda, Encarnacion de Epona -dijo, con una voz maravillosamente serena.
– ?De veras? ?Puedo tocarlo?
– Por supuesto, mi senora -dijo el. Parecia que mi peticion le habia agradado.
Me acerque a la columna y pose las manos con suavidad en la superficie pulida.
– Eh… -nerviosamente, carraspee-. Hola -dije, sintiendome muy pequena junto a la enormidad de aquella piedra.
Me sorprendio lo suave que era el marmol. Y a tan poca distancia, me di cuenta de que su aspecto cambiaba. No era de un solo color, sino de una mezcla de muchos tonos y vetas distintos, que se mezclaban para crear aquel matiz perla. Mientras lo observaba, note algo como una presencia que escuchaba, y mis manos detectaron el calor que provenia del interior de la misma piedra. Entonces me invadio un asombroso caos de sentimientos, como si me hubiera sumergido en una piscina calida de emocion. Me temblaron las manos, no de miedo, sino de pura admiracion.
Se me paso por la cabeza un verso de Shakespeare, y susurre:
– ?Belleza demasiado preciosa para el disfrute, demasiado grande para la tierra!
Entonces la sensacion desaparecio, y con una ultima caricia, aparte las manos de la columna y me di la vuelta. Alanna y Kai me estaban observando fijamente.
– ?Ha hablado con vos! -dijo Kai.
– No, en realidad no -respondi, mirando el asombroso marmol-. Pero he sentido algo maravilloso.
– ?Cuando es vuestro cumpleanos? -me pregunto el muchacho, emocionado.
– El ultimo dia de abril -respondio Alanna, antes de que pudiera hacerlo yo. Me sorprendio que ella lo supiera.
– Ah, una tauro. ?Claro! -exclamo Kai-. Estais unida a la tierra, ademas de a vuestra diosa.
Yo no tenia ni idea de que estaba hablando. Sabia que habia nacido bajo el signo del toro, y varios amantes abandonados me habian reprochado mi obstinacion, pero ?quien escucha a un tipo despues de haberlo dejado? Nunca le habia prestado demasiada atencion a los horoscopos y a ese tipo de cosas. Bueno, hasta seis meses antes.
Alanna estaba asintiendo felizmente.
– Bien, me alegro de saberlo -comente torpemente.
El sonido de unos cascos me anuncio la llegada de un centauro, uno de los mensajeros de mi esposo.
– Lady Rhea… -dijo, e hizo una elegante reverencia-. ClanFintan os pide que os reunais con el en los establos.
– ?Esta bien Epi? -pregunte con una punzada de preocupacion.
– Esta muy inquieta, y el Sumo Chaman cree que vuestra presencia la calmara.
– Dile que ire enseguida -respondi. Despues me volvi hacia Kai-. Gracias por compartir tu magia conmigo.
– Ha sido verdadero placer, mi senora -respondio el chico con una sonrisa.
Yo me di la vuelta para alejarme, pero antes me detuve y le di un suave golpecito a la piedra, a modo de despedida. Todavia estaba caliente.
– Rhea -me dijo Alanna mientras saliamos del laberinto de la construccion-. Tengo que ir a supervisar los