– Como es debido -contesto el, siguiendo la broma, mas relajado al ver que yo me comportaba con normalidad.
Por desgracia, solo era una actuacion. Tuve que hacer un esfuerzo para tragar otra cucharada de arroz. ClanFintan continuo con su informe.
– Seguir el rastro de los Fomorians que habian sobrevivido fue mas dificil que supervisar la repoblacion del Castillo de la Guardia. Durante nuestra busqueda encontramos a muchas mujeres. Cuando sus captores murieron, o huyeron, dejaron grupos de mujeres embarazadas en el camino. Algunas tenian la viruela, y estaban tan debiles que murieron rapidamente. A las que sobrevivieron y todavia estaban en los primeros meses de embarazo, Carolan les administro una pocion, que funciono todas las veces, y que les provoco un aborto. Sin embargo, casi la mitad de esas mujeres murio durante el proceso. Fue muy poco lo que Carolan pudo hacer por las mujeres con un embarazo muy avanzado. Solo pudo mitigar su dolor y suavizar su muerte. Para el fue muy dificil no poder salvarlas, Rhea.
Segui su mirada y me di cuenta de que Carolan tenia nuevas arrugas alrededor de los ojos. Acariciaba constantemente a Alanna, casi con desesperacion, como si ella pudiera desvanecerse ante sus ojos.
– Me asegurare de que Alanna tenga mucho tiempo libre -sugeri.
– Eso sera una gran ayuda para el -dijo ClanFintan-. Yo tambien tengo la esperanza de que mi esposa disponga de tiempo libre para mi -anadio mientras me guinaba un ojo.
– Bueno, pues da la casualidad de que yo conozco a tu esposa -dije, intentando que mis palabras tuvieran un tono sugerente. Sin embargo, senti otra nueva oleada de nauseas-. Y, eh… ella me ha asegurado que… ?Oh, mierda!
Me incline hacia un lado de la silla y vomite como un volcan sobre el suelo de marmol, y desafortunadamente, tambien sobre una sirvienta que no se aparto con la rapidez necesaria.
Sabia que todo el mundo se habia quedado en silencio, pero yo estaba muy ocupada intentando respirar y limpiandome la boca. Cuando Victoria y Carolan se acercaban a mi rapidamente, vomite de nuevo, esta vez sobre ellos.
– Oh… ?lo siento muchisimo! -dije, tartamudeando y temblando.
No se por que, me puse de pie, y al instante, la cabeza comenzo a darme vueltas. No podia respirar. Me fallaron las rodillas.
– ?Te tengo, Rhea! -dijo Victoria, y me di cuenta de que habia llegado a mi lado antes que ClanFintan, porque me estaba tendiendo, con cuidado, sobre el divan.
Abri los ojos, pero no podia respirar. Me iba a morir delante de todo el mundo, vomitando… Dios, que modo tan poco atractivo de fallecer…
Entonces, ClanFintan me tomo en brazos y yo me senti doblemente asustada, al ver que el se habia quedado palido…
– No, espera, tengo que decirle una cosa a Victoria…
Alargue ciegamente la mano y note que ella me agarraba con suavidad.
– Quierelo -le susurre, y me di cuenta de que abria unos ojos como platos-. No importa lo que diga la gente, ni que haya diferencia de edad -anadi, y me aferre con fuerza a su mano al notar que queria soltarme. Si yo me estaba muriendo, ella iba a escucharme. Despues de haberselo dicho, podria seguir vomitando tranquilamente hasta la muerte-. Lo necesitas. Deja de huir y acepta el regalo asombroso que te ha hecho la vida.
Ella se habia quedado muy callada, y su expresion no cambio. Lo unico que note fue que sus hombros, normalmente erguidos y orgullosos, se habian hundido.
Le aprete la mano antes de soltarla y apoyar la cabeza en el pecho de ClanFintan.
– Me siento tan mal… -murmure.
– Sanador, sigueme -dijo ClanFintan con una voz petrea, mientras nos marchabamos del salon.
Capitulo 3
– Lleva asi unas catorce jornadas, quiza mas -dijo Alanna-, pero nunca hasta ahora se habia indispuesto en publico.
– Ya me encuentro mejor. Solo necesito tumbarme un rato -dije yo, mientras mi esposo me llevaba a mi habitacion, seguido por Carolan y Alanna. Despues anadi con un grunido -: He estropeado la celebracion. Alanna, debes ir al salon y decirle a todo el mundo que solo tengo… unas molestias en el estomago, y que ahora que Carolan y mi esposo han regresado, me pondre bien.
Alanna iba a protestar, pero yo me saque un as de la manga.
– Hazlo por mi. La gente se va a preocupar mucho…
– Por supuesto -respondio ella, aunque por su sonrisa forzada me di cuenta de que conocia mis tacticas-. Pero volvere rapidamente en cuanto haya tranquilizado a la gente -entonces, se volvio hacia su marido y le dijo en un susurro-: Por favor, querido, averigua que le ocurre.
– ?Lo he oido! -le grite mientas se alejaba. Alanna me hizo caso omiso.
Despues me fije en los dos hombres, que me estaban mirando como si fuera una gallina a punto de poner un huevo.
– ?Por que no nos mandaste aviso de que estabas enferma? -me pregunto ClanFintan, mas dolido que enfadado.
– No queria que os preocuparais. Y supongo que pensaba que, si no admitia que habia algo malo, no habria nada malo.
Con un grunido, dio a entender que pensaba que yo era boba.
– Tengo que examinarte, Rhea -me dijo Carolan con su voz serena.
– De acuerdo…
– ClanFintan, te avisare cuando haya terminado la exploracion -dijo Carolan.
– Yo prefiero quedarme con Rhea -dijo ClanFintan.
Antes de que yo pudiera intervenir, Carolan hablo con la tranquila seguridad que proporciona la experiencia.
– Para ella es mejor tener algo de intimidad. Confia en mi, amigo -le dijo a mi marido, y le poso la mano en el hombro, mirandolo fijamente.
ClanFintan asintio. Se inclino hacia mi y me beso la frente.
– Estare junto a la puerta. Si me necesitais, solo teneis que avisarme.
Salio con rapidez.
Despues, yo intente sonreir a Carolan con valor.
– Gracias. Lo quiero mucho, pero todo esto es muy embarazoso para mi, y, bueno… tienes razon en lo de que necesito privacidad.
Me devolvio la sonrisa mientras se sentaba a mi lado en el colchon.
– Bueno, y ahora que ya no estoy hiperventilando, ?que hay que hacer?
– Pues… nada demasiado horrible -me dijo Carolan-. Te voy a hacer unas cuantas preguntas, y despues te hare una exploracion. Dime cuanto tiempo llevas sintiendote mal.
– Calculo que unas tres semanas -admiti con un suspiro-, o como diria Alanna, unas veintiuna jornadas. Sin embargo, durante las dos ultimas semanas ha sido tan evidente que no he podido ocultarselo a ella.
– ?Cuanto tiempo llevas con los vomitos? -pregunto, mientras me palpaba las glandulas del cuello con expresion preocupada.
– Un poco mas de una semana, aunque llevaba unas tres semanas con nauseas.
– ?Y has notado algun otro sintoma, aparte de las molestias de estomago?
– Bueno… me he sentido un poco inquieta y deprimida.
El me dio unos golpecitos en el brazo, y despues saco de su bolsa medica un objeto en forma de embudo.
– Por favor, incorporate y respira profundamente -me pidio, y yo obedeci. Despues, comenzo a usar aquel objeto como si fuera un estetoscopio.
Debio de quedar satisfecho con lo que oia, porque dejo aparte el estetoscopio y continuo con el examen,