CAPITULO 09

Mellyora y Kim vinieron del Abbas esta noche. Estaban asustados.

—Queremos que regreses con nosotros, Kerensa, solamente hasta que el sea hallado.

Estuve tranquila. Hasta ahora he logrado ocultar mis sentimientos; a decir verdad, uno de mis triunfos —de los pocos que me quedan— es el modo en que los engano, naciendoles creer que soy tan solo una buena amiga para ambos.

—?Quien?

—Reuben Pengaster. Ha escapado. Se inclinan a pensar que volvera aqui.

?Reuben Pengaster! Hacia anos que habia tratado de emparedarme. Algunas veces me decia que ojala lo hubiese logrado; de haberlo hecho, yo habria ido a la muerte creyendo que Kim me amaba como lo amaba yo; al parecer, la mayor tragedia de mi vida fue enterarme de lo contrario.

—No tengo miedo —rei.

—Escucha, Kerensa —intervino Kim con voz severa, los ojos velados de preocupacion por mi—. Tuve noticias de Bodmin… Alla estan particularmente inquietos. Hace varios dias que Reuben actua de manera extrana. Dijo que tenia algo por hacer y que lo haria. Era algo que debio haber hecho antes de que se lo llevaran, dice. Estan seguros de que volvera aqui.

—Entonces pondran guardias aqui. Lo estaran esperando.

—Las personas como el son astutas. Recuerda lo que estuvo a punto de hacer.

—De no haber sido por ti —le recorde con dulzura.

Kim se encogio de hombros con impaciencia.

—Ven al Abbas, entonces estaremos tranquilos.

'?Por que van a estar tranquilos?', pense. 'Yo no lo estoy desde hace anos, a causa de ustedes.'

—Estan exagerando —dije—. Estare perfectamente bien aqui. No me movere.

—Es una locura —insistio Kim, mientras Mellyora casi lloraba—. Entonces vendremos nosotros —agrego luego.

Verlo tan preocupado me dio felicidad. Queria que siguiese inquietandose por mi durante toda la noche.

—No los recibire aqui y aqui me quedo —dije finalmente—. Esto es una exageracion. Reuben Pengaster ha olvidado mi existencia.

Los despedi y me puse a esperar.

* * *

Noche en la Casa Dower. Carlyon estaba en la escuela, Daisy se encontraba todavia conmigo. No le habia dicho nada porque no queria asustarla. Dormia en su habitacion.

Me sente junto a la ventana. No habia luna, pero era una noche muy fria, con escarcha, y las estrellas brillaban.

Distinguia apenas el circulo de piedras. ?Era una sombra lo que acababa de ver alli? ?Era un ruido lo que habia oido? ?Una ventana que se bajaba? ?Un picaporte que se alzaba?

?Por que sentia ese jubilo? Aparte de cerrar con llave como de costumbre, no habia tomado ninguna precaucion especial. ?Sabria Reuben donde hallarme? Cuando lo encerraron, yo vivia en la Casa Dower. Ahora vivia en el mismo lugar.

?Encontraria algun modo de forzar la entrada en la casa? ?Oiria yo un paso sigiloso del otro lado de mi puerta, aquella risa repentina? Aun podia oirla. La oia en mis suenos. A veces veia esas grandes manos, fuertes, a punto de apretarme la garganta.

A veces clamaba en la noche: '?Por que vino Kim y me salvo? Ojala me hubiese dejado morir.'

Y por eso estaba alli sentada ahora… medio llorosa, medio esperanzada. Queria conocerme, queria descubrir si estaba contenta o triste de vivir.

Lo imagine con los ojos brillantes, la risa demente. Sabia que habia huido para ir en mi busca. Era un hombre enfermo… mentalmente enfermo de manera espantosa, pero Kim tenia razon al decir que esas personas eran astutas. Y cuando viniese por mi, yo lo sabria.

Me mataria; tal vez me ocultaria en alguna parte hasta que pudiera encerrarme en un muro. Yo sabia que era eso lo que el creia que debia hacer.

?Emparedada como la Septima Virgen! Yo habia estado emparedada durante anos, aislada de todo lo que hacia buena la vida. Sin sol que calentara mis huesos, mi vida una cosa muerta.

?Era eso una pisada, abajo? Fui a mi ventana y vi una tenebrosa figura alli, en las sombras, junto al seto del jardin. Se me habia secado la garganta, y cuando trate de gritar, mi voz no respondio.

Reuben estaba alli abajo. Habia venido por mi, tal como lo anunciara. Por supuesto que habia venido. ?Acaso no era su proposito al escapar? Tenia algo que hacer y habia venido a hacerlo.

Mientras permanecia junto a la ventana, incapaz durante unos segundos de moverme ni de planear que haria, recorde todo tan claramente que lo volvi a vivir… el horror de estar sola con Reuben en la cabana, y mas tarde, cuando recobre en parte mis sentidos y me encontre al fresco aire nocturno, a punto de ser emparedada, frente a frente con la muerte.

Supe entonces que no queria morir. Que por sobre cualquier otra cosa, queria vivir.

Y Reuben estaba alla abajo, aguardando para matarme.

La sombria figura habia desaparecido tras el seto; supe que se habia acercado mas a la casa.

Me ceni el peinador. No sabia que iba a hacer. Me castaneteaban los dientes. Tan solo un pensamiento me daba vueltas en la cabeza: Oh, Dios mio, dejame vivir. No quiero morir.

?Cuanto tardaria en hallar un modo de entrar en la casa? Todo estaba cerrado con llave, pero las personas como Reuben, cuyas mentes estaban colmadas por una sola finalidad, solian encontrar un modo.

?Por que no habia ido yo al Abbas? Me habian venido a buscar… Kim y Mellyora. Ambos me querian… a su manera, pero se querian mucho mas el uno al otro. ?Por que yo siempre tenia que querer ser la primera? ?Por que no podia tomar lo que se me ofrecia y quedar agradecida? ?Por que siempre tenia que desear lo mejor para mi?

Abandone mi dormitorio y, atravesando la casa silenciosa, baje por la escalera a la puerta de atras. En esa puerta habia un panel de cristal, y mi corazon dio un vuelco de terror porque a traves de ese cristal pude ver vagamente la figura de un hombre.

Me dije que Reuben estaba del otro lado de esa puerta, y si no lograba entrar de otra manera romperia el cristal. Pude imaginar su mano entrando por el agujero para quitar el cerrojo. Entonces yo estaria a su merced.

Queria salir de la casa. Habia echado a correr hacia la puerta principal, atravesando la sala, cuando recorde a Daisy. Entonces fui a su pieza y la desperte. Siempre habia sido estupida; no perdi tiempo en explicaciones.

—Ponte algo enseguida —le ordene—. Nos vamos al Abbas… de inmediato.

Mientras ella revolvia sus cosas yo pensaba: 'No quiero morir. Quiero seguir viviendo… pero de otra manera.'

Nunca hasta entonces habia comprendido cuan valiosa era mi vida. Y me parecia que mis propios sentimientos se burlaban de mi. Tu vida es valiosa para ti… para ser vivida tal como tu la quieres vivir. ?Y la de los demas? ?Acaso no sentiran lo mismo?

Apretando la mano de Daisy, baje la escalera corriendo con ella. Tire del cerrojo de la puerta principal.

Cuando saliamos de la casa, alguien me sujeto con fuerza el brazo; en ese medio segundo de terror, supe que iba a luchar por mi vida con todas mis fuerzas.

—?Kerensa!

No era Reuben entonces. ?Kim! Con expresion severa y ansiosa.

—?Asi que… eres tu!

—Dios mio —respondio el, casi con aspereza—, ?no habras creido que te ibamos a dejar sola!

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