Trate de llamar a Kim, pero solo emiti un sonido estrangulado. Me di cuenta de que tenia el cuerpo cubierto por Un trozo de materia aspera, probablemente arpillera.

Nos habiamos detenido. Fue retirada la cobertura y me encontre mirando las estrellas. Era de noche entonces, y yo sabia donde estaba, pues ahora podia ver el jardin tapiado y el muro… tal como habia estado aquel dia, cuando todos juntos habiamos estado alli, Mellyora, Johnny, Justin, Kim y yo. Y ahora yo estaba alli sola… sola con un loco.

Oi su risa grave, esa risa horrible que siempre me perseguiria. Me habia empujado cerca de la pared. ?Que le habia ocurrido a esta? Alli estaba el agujero, tal como en aquella otra ocasion; alli estaba el hueco.

Reuben me habia sacado a rastras de la carretilla en la cual me habia traido desde la cabana; pude oir su pesada respiracion cuando me empujo dentro del hueco.

—?Reuben…! —exhale—. No… por amor de Dios, Reuben…

—Temi que estuvieses muerta —dijo el—. No habria sido correcto. Me alegro muchisimo de que aun estes viva.

Trate de hablar, de suplicarle. Trate de llamar. La garganta magullada se me oprimio, y aunque ejerci toda mi voluntad, no logre emitir ni un sonido.

Alli estaba yo… de pie en ese lugar, tal como aquel dia. Reuben no era mas que una oscura sombra, y como desde lejos le oi reir. Vi el ladrillo en su mano y supe lo que iba a hacer.

Al desmayarme pense de pronto: 'Todo lo que he hecho me trajo hasta esto, tal como todo lo que ella hizo la trajo a este mismo lugar.' Habiamos recorrido una senda similar, pero yo no lo habia sabido. Yo habia creido que podia encauzar la vida hacia donde queria… pero quizas ella tambien.

A traves de una bruma de dolor y duda, oi una voz, una voz muy querida.

—?Dios santo! —decia, y luego—: Kerensa. ?Kerensa!

Me senti levantada en dos brazos, tierna, compasivamente.

—Mi pobre, pobre Kerensa…

Era Kim quien habia venido en mi busca, Kim quien me habia salvado; Kim quien me llevaba en sus brazos desde la oscuridad de la muerte, al Abbas.

* * *

Estuve enferma varias semanas. Me hicieron quedar en el Abbas, y alli estaba Mellyora para cuidarme.

Habia sido una prueba terrible, mucho peor de lo que pense al principio; cada noche despertaba banada en sudor, sonando que estaba de pie dentro de la pared hueca, mientras unos demonios se esforzaban febrilmente por encerrarme en ella.

Mellyora venia a cuidarme y estuvo conmigo noche tras noche. Una de ellas desperte sollozando en sus brazos.

—Mellyora, yo merecia morir, pues he pecado —dije.

—Calla —trato de calmarme ella—. No debes pensar tales cosas.

—Pero lo hice… tan profundamente como ella. Mas aun. Ella quebro su juramento, yo quebre el mio. Quebre el juramento de amistad, Mellyora.

—Has tenido malos suenos.

—Malos suenos de una mala vida.

—Has tenido una terrible experiencia. No hay por que temer.

—A veces creo que Reuben esta en el cuarto, que grito y nadie me oye…

—Se lo llevaron a Bodmin. Hacia mucho que estaba enfermo. Empeoraba gradualmente…

—?Desde que se fue Hetty?

—Si.

—?Como fue que Kim llego a tiempo para salvarme?

—Porque vio que alguien habia removido la pared.

Cuando hablo con Reuben al respecto, este le dijo que la pared habia vuelto a derrumbarse. Dijo que al dia siguiente la repararia. Pero Kim no lograba entender como podia haberse derrumbado, cuando se la habia reconstruido no mucho tiempo atras… oh, tu recuerdas cuando… eramos ninos.

—Lo recuerdo bien —le conteste—. Estuvimos todos juntos alli…

—Todos lo recordamos —respondio Mellyora—. Entonces tu no llegaste a casa y yo fui en busca de Kim… naturalmente.

—Si —repuse con dulzura—, naturalmente fuiste en busca de Kim.

—Como yo sabia que habias ido a la cabana, fuimos primero alli. La puerta estaba abierta de par en par… Entonces Kim se asusto. Echo a correr… porque Reuben le habia dicho algo extrano acerca de Hetty… y debe de habersele ocurrido la idea…

—?Conjeturo lo que iba a hacer Reuben?

—Conjeturo que algo extrano estaba pasando, y que tal vez lo averiguasemos al llegar a la pared. Gracias a Dios, Kerensa.

—Y a Kim —murmure.

Luego me puse a pensar en todo lo que debia a Kim. Probablemente la vida de Joe y su felicidad actual; mi vida, mi futura felicidad.

'Kim', pense, 'pronto estaremos juntos y todo lo que antes ocurrio sera olvidado. Solo habra futuro para nosotros… para mi y para ti, mi Kim.'

Desperte por la noche, sollozando. Habia tenido una pesadilla. Estaba de pie en la escalera, con Mellyora, y ella me mostraba el elefante de juguete. Yo le decia: 'Esto es lo que la mato. Ahora estas libre, Mellyora… libre.'

Al despertar vi a Mellyora de pie junto a mi, con la rubia cabellera peinada en dos trenzas que, gruesas y relucientes, parecian sogas doradas.

—Mellyora —dije.

—Tranquilizate. No fue mas que una pesadilla.

—Estos suenos… ?acaso no hay modo de escapar de ellos?

—Pasaran cuando recuerdes que son tan solo suenos.

—Es que son parte del pasado, Mellyora, Oh, tu no sabes. Me temo que he sido malvada.

—Vamos, Kerensa, deja de decir tales cosas.

—Dicen que la confesion hace bien al alma. Mellyora, quiero confesar…

—?Ante mi?

—Es a ti a quien perjudique.

—Te dare un sedante, debes tratar de dormir.

—Dormire mejor con la conciencia liviana. Debo decirtelo, Mellyora. Debo hablarte del dia en que Judith murio. No fue como todos creyeron. Se como murio.

—Has tenido malos suenos, Kerensa.

—Si, por eso debo decirtelo. No me perdonaras… no en el fondo de tu corazon, aunque diras que si. Guarde silencio cuando debi haber hablado. Arruine tu vida, Mellyora.

—?Que estas diciendo? No debes alterarte. Vamos, toma esto y procura dormir.

—Escuchame. Judith tropezo. ?Recuerdas a Nelly… el elefante de juguete de Carlyon?

Se mostro alarmada; evidentemente creia que yo desvariaba. Insisti:

—?Lo recuerdas?

—Pero, por supuesto. Todavia esta por alli, en alguna parte.

—Judith tropezo en el. La cicatriz… El desgarron; tu lo remendaste. Lo hizo el tacon de Judith. Estaba caido en la escalera y ella tropezo con el. Escondi el elefante, primero porque no queria que culparan a Carlyon y despues… despues porque pense que, si se demostraba que era un accidente, Justin no se marcharia; se habria casado contigo; habrian tenido un hijo que tendria todo… todo lo que yo queria para Carlyon.

El silencio reinaba en la habitacion. Solo se oia el tic-tac del reloj sobre la repisa de la chimenea. El silencio mortal del Abbas por la noche. En alguna parte de esta casa dormia Kim; tambien Carlyon.

—?Me oiste, Mellyora? —insisti.

—Si —respondio ella con voz queda.

—?Y me odias… por dar forma a tu vida… por arruinarla?

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