ciertas renovaciones en la cabana y se lo mencione a Kim.
—Pide a Reuben que vaya contigo y te de un presupuesto. Lo hara con gusto.
Volvi en busca de Reuben.
—Quiero que se hagan algunas reparaciones en la cabana, Reuben —le dije.
—?Oh, si! —repuso. Siguio cepillando, pero me di cuenta de que estaba complacido.
—?Podrias venir a echar una ojeada?
—Oh, si —repitio.
—Pienso agregar dependencias a la cabana para convertirla en una casita. Los cimientos son buenos — continue—. ?Crees que eso seria posible?
—Me parece que si. Tendria que verla bien, pues.
—Bueno, ?quieres venir en algun momento?
Interrumpio su labor, rascandose la cabeza.
—?Cuando quisieras que lo haga, senora? ?Manana, despues de terminar mi trabajo aqui?
—Eso seria excelente.
—Pues bien… como a las seis.
—Ya estara oscureciendo. Querras verla a la luz del dia. Volvio a rascarse la cabeza.
—Me parece que podria estar alli a las cinco. Eso nos daria una hora de luz diurna, ?eh?
—Entonces muy bien, Reuben, manana a las cinco… en la cabana. Alli estare.
—Muy bien, senora.
Reanudo su tarea, mientras la mandibula se le sacudia de regocijo secreto. Eso me indico que no estaba irritado, lo cual me alegro. Reuben era ingenuo, y Hetty habia estado mucho tiempo ausente; probablemente el habia olvidado como era. Volvi junto a Kim.
—Y bien, ?ya se citaron? —pregunto este.
—Si, Reuben se mostro complacido al respecto.
—Nunca es mas feliz que cuando trabaja —repuso Kim mientras consultaba su reloj—. Volvamos a la biblioteca. Mellyora y Carlyon llegaran en unos minutos.
* * *
Mientras iba hacia la cabana, recorde la ultima ocasion en que la habia visitado y me senti de nuevo inquieta. Al internarme en el bosquecillo, miraba sin cesar por sobre el hombro, imaginando que tal vez me siguieran. Iba con tiempo; llegaria exactamente a las cinco. Tenia la esperanza de que Reuben fuese puntual; cuando el llegara se desvanecerian mis fantasias.
Antes nunca habia lamentado el aislamiento de nuestra cabana, sino que me habia agradado. Pero cuando abuelita estaba alli, todo habia parecido tan seguro. Por un momento me abrumo la tristeza, y el saber que el mundo ya no seria el mismo para mi, ahora que abuelita no estaba en el.
La cabana parecia distinta. Antes habia sido refugio y hogar; ahora era cuatro paredes de arcilla y paja, aislada de las demas cabanas; un lugar donde el picaporte podia levantarse de manera alarmante, donde una sombra podia aparecer en la ventana.
Llegue a la puerta y abriendola, entre mientras miraba ansiosamente a mi alrededor. La cabana siempre habia sido oscura porque la ventana era pequena. Desee haber esperado una manana luminosa para pedir a Reuben que fuese alli. Sin embargo, suponia que podria indicarle lo que deseaba que se hiciese, y eso era todo lo necesario por el momento.
Mire de prisa en derredor y fui al deposito para comprobar que nadie se ocultaba alli. Aunque riendome de mi misma, de todos modos cerre la puerta con pasador.
Me habia convencido de que en la ocasion anterior, probablemente fuese algun gitano o vagabundo el que habia probado la puerta y mirado por la ventana, quiza buscando algun sitio donde volver de noche, para usarlo como refugio. Al encontrar la puerta cerrada y ver alguien alli, el intruso se habia marchado rapidamente.
Examine el cielo raso del deposito. Sin duda alguna, necesitaba atencion. Si hacia» construir mas habitaciones encima de el —quiza conservando la habitacion principal con su talfat— tendria un lugar bastante interesante.
El corazon me dio un vuelco de terror. Era igual que la vez anterior. Alguien estaba levantando el picaporte.
Corri a la puerta, y cuando me apoyaba en ella, vi la sombra en la ventana.
La mire con fijeza; entonces me eche a reir.
—?Reuben! —exclame—. Asi que eres tu… Aguarda un momento, te dejare entrar.
Reia de alivio cuando el entro en la cabana… el simpatico, el conocido Reuben, no un siniestro desconocido.
—Bueno —dije con vivacidad—, no es el mejor momento del dia para nuestro negocio.
—Oh, sera un momento bastante bueno, senora.
—Bien, quiza para nuestros fines. Tendras que venir otra vez una manana. Ya ves, hacen falta muchas reparaciones… pero pienso construir encima. Tendremos un plan. Pero hay algo que si quiero… este cuarto debe quedar tal como esta. Siempre quise que quedase asi… con el antiguo talfat a lo largo de toda la pared. ?Ves, Reuben?
Mientras yo hablaba, el me miraba, pero respondio:
—Oh, si que veo, senora.
—Construiremos arriba y a los lados. Bien podemos tener una linda casita aqui. Habra que derribar algunos arboles; es una lastima, pero necesitaremos terreno adicional.
—Oh, si, senora —replico el. No se movio, sino que se quedo mirandome.
—Bueno —continue—, ?quieres que echemos una ojeada mientras aun hay un poco de luz diurna? Temo que no quede mucha.
—Para nuestra Hetty no queda nada —dijo el.
Me volvi y le lance una mirada penetrante. Tenia la cara fruncida, como si estuviese a punto de llorar.
—Hace mucho que ella vio por ultima vez la luz del dia —prosiguio.
—Lo lamento —dije con suavidad—.Fue terrible. No se decirte cuanto lo lamento.
—Yo te dire cuanto lo lamento, senora.
—Debemos aprovechar todo lo posible la luz. Pronto oscurecera.
—Si, pronto oscurecera para ti, como' para nuestra Hetty.
Algo en su voz, algo en el modo en que no cesaba de mirarme, comenzo a alarmarme. Recorde que Reuben eran un desequilibrado; recorde aquella ocasion en que lo habia visto cambiar una mirada con Hetty en la cocina de los Pengaster, despues de matar el un gato. Recorde tambien que la cabana era solitaria, que nadie sabia de mi presencia alli; y recorde esa otra ocasion en que habia estado sola y asustada en la cabana, y me pregunte si habia sido Reuben quien me siguiera entonces hasta alli.
—?Ahora, el techo? —dije con vivacidad—. ?Que opinas del techo?
Por un instante miro hacia arriba.
—Me parece que algo habra que hacer con el techo.
—Escucha, Reuben —dije—. Fue un error venir a esta hora. Ni siquiera es un dia luminoso, lo cual habria ayudado. Lo que hare es darte la llave de la cabana, y quiero que vengas una manana y efectues un minucioso examen del lugar. Cuando lo hayas hecho podras hacerme un informe y yo decidire que podemos hacer. ?De acuerdo?
Reuben asintio con la cabeza. Yo continue:
—Temo que ahora no podamos hacer nada, esta demasiado oscuro. Nunca hubo mucha luz aqui, ni en los dias mas soleados. Pero a la manana sera mejor.
—Oh, no —contesto el—. Lo mejor es ahora. La hora ha sonado. Este es el momento.
Procurando no hacer caso de eso, me acerque a la puerta.
—?Y bien, Reuben? —murmure.
Pero el estaba delante de mi, cerrandome el paso.
—Quiero decirte algo —empezo.
—Si, Reuben.
—Quiero hablarte de nuestra Hetty…