La Verne llego hasta su puerta contoneandose. Pete le mando unos toques amorosos con la sirena.

La luz del vestibulo se encendio y se apago. Se ilumino una ventana en el apartamento inferior izquierdo. Ruido de fiesta: el apartamento contiguo al de La Verne.

Pete se desperezo.

– ?Crees que Diskant habra sido lo bastante listo para darse cuenta de la trampa?

La Verne abrio las cortinas, en salto de cama y luciendo ligas.

– No, nuestro amigo solo tiene una idea en la cabeza.

– Tienes razon, el tipo es un cerdo. Yo digo una hora, o menos.

– Van veinte a que no mas de un cuarto de hora.

– Acepto.

Esperamos, con la vista en la ventana. Silencio en el coche, ruido de fiesta: canciones, voces. Un Ford marron claro: ?Bingo!

– Cuarenta y un minutos -dijo Pete. Le di sus veinte. Diskant anduvo hasta la puerta, llamo con los nudillos, luego pulso el timbre. La Verne, enmarcada en la ventana: buenas curvas y un contoneo.

Pete silbo por lo bajo.

Diskant entro.

Diez minutos que se hicieron interminables (…) se apagan las luces del nido de amor de La Verne. Aguardo la senal del fotografo: el destello del flash en la ventana.

Quince minutos… veinte… veinticinco. Un coche patrulla de la policia local aparca en doble fila. Pete me dio un codazo.

– Mierda. Esa fiesta. 116.84 del Codigo Penal de California: Reunion tumultuaria. Mierda.

Dos agentes caminan hasta la casa. Llaman con las porras a la ventana del apartamento de la fiesta. No hay ninguna respuesta.

– Klein, esto no tiene buena cara.

Tac, tac, tac. La ventana de la sala de estar de La Verne. El destello del flash en la ventana del dormitorio; improvisacion: a grandes males, grandes remedios.

Gritos: nuestra cazacomunistas.

Los agentes del sheriff derribaron a patadas la puerta del vestibulo. Eche a correr tras los entrometidos, mientras sacaba la chapa…

Cruce el patio delantero y subi los peldanos hasta la puerta. Una imagen breve y confusa: el fotografo saltando por una ventana sin la camara; al otro lado del vestibulo, un revuelo de asistentes a la fiesta. La puerta de La Verne, abierta de par en par. Me abri paso a empujones entre el grupo, derramando bebidas en mi avance.

– ?Policia! ?Agente de policia!

Cruce el umbral de un salto, rezumando whisky. Uno de los agentes locales me retuvo. Le puse agriamente la chapa ante las narices:

– ?Seccion de Inteligencia! ?LAPD!

El muy imbecil se limito a mirarme con cara de tonto. Chillidos en el dormitorio…

Irrumpi por sorpresa…

Diskant y La Verne rodando por el suelo: desnudos, agarrados, agitando brazos y piernas. Sobre el colchon, una camara. Un grito estupido:

– ?Eh, ustedes dos, ya basta! ?Policia!

Pete llego a la carrera. Una sonrisa en la cara de tonto: el agente habia reconocido al viejo companero. Pete, rapido, echo enseguida de alli a aquel payaso. La Verne contra el rojillo: patadas, debiles punetazos.

La camara sobre la cama: la cojo, saco el carrete, vuelvo a cerrarla. Pulso el disparador: destello de flash en los ojos de Diskant.

Un comunista ciego. La Verne se desembarazo de el. Lance una patada contra el caido, luego un punetazo; el tipo solto un gemido, parpadeo y fijo la mirada: EN EL CARRETE.

Chantaje:

– Esto tenia que ser mas sencillo, pero esos tipos de la patrulla lo han estropeado. La prensa iba a montar un buen escandalo, algo asi como «Politico rojo bla, bla, bla». Portate bien y te lo evitaras, porque no me gustaria nada tener que ensenarle este carrete a tu mujer. Y ahora, ?estas seguro de que quieres ser concejal?

Sollozos. Cerro la mano con el puno americano en los nudillos:

– ?Estas seguro?

Mas sollozos. Golpes a los rinones. Mis punos machacaron la carne flaccida.

– ?Estas seguro?

Una exclamacion, rojo como la remolacha:

– ?No me pegue, por favor!

Dos golpes mas. Diskant echo espuma por la boca.

– Manana, retira la candidatura. Ahora, dime que lo haras, porque no me gustaria tener que seguir con esto.

– Si, si, por fa…

Mierda de trabajo. Sali al salon reprimiendo un estremecimiento. No vi a los policias locales. La Verne estaba envuelta en una sabana.

Pete, mientras recuperaba los microfonos ocultos:

– Me he ocupado de los patrulleros y Van Meter ha llamado por la radio. Tienes que reunirte con Exley en su despacho, enseguida.

El despacho. Exley, tras su escritorio.

Acerque una silla y le entregue el carrete.

– El tipo se retira de la eleccion, de modo que no tendremos que acudir a la Hush- Hush.

– ?Le ha gustado el trabajo?

– ?Le gusto a usted disparar contra aquellos negros?

– El publico no tiene idea de lo que cuesta la justicia a los hombres que la hacen cumplir.

– ?Que significa eso?

– Significa que se lo agradezco.

– Y eso significa que me debe un favor.

– Ya le he hecho uno hoy, teniente, pero pida de todos modos.

– El robo de pieles. Puede que sea una estafa a la compania de seguros, puede que no. En cualquier caso, quiero llevar la investigacion.

– No. Ya le dije que se ocupa Dudley Smith.

– Si, claro; usted y Dud son buenos amigos, ?eh? ?Y cual es ese favor que «ya» me ha hecho hoy?

– ?Ademas de evitarle reprimendas o acusaciones interdepartamentales en el asunto de Sanderline Johnson?

– ?Vamos, jefe!

– He destruido el informe de la autopsia sobre Johnson. El forense descubrio una magulladura extrana, con fragmentos de pintura incrustados en la frente, como si se hubiera golpeado la cabeza contra un alfeizar antes de saltar. No estoy diciendo que sea culpable, teniente, pero es probable que otras personas, sobre todo Welles Noonan, pudieran insinuarlo. He hecho destruir el expediente. Y tengo un caso para usted. Ahora mismo voy a retirarle de Subdireccion para que ponga manos a la obra.

– ?De que se trata? -Las rodillas me flaquean.

– El robo en casa de los Kafesjian. He leido el informe del incidente de la patrulla de Wilshire y he decidido que quiero una investigacion a fondo. Conozco perfectamente la historia de la familia y el LAPD y no me importa lo que diga el capitan Wilhite. Usted y el sargento Stemmons estan asignados al caso desde ahora. Interrogue a la familia y a sus socios conocidos. Kafesjian tiene un corredor llamado Abe Voldrich; hable con el. Quiero un analisis forense completo. Y busque en los archivos otros robos con escalo parecidos. Empiece manana… con una demostracion de fuerza.

Me puse en pie.

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