se estan poniendo muy pelmazos. J.C. ha llamado a mi esposa y ella se ha encargado de localizarme. Dave…

– Voy para alla.

– Bien. Trae a alguien contigo y apuntate una en la cuenta.

Colgue e hice unas llamadas para encontrar quien me acompanara. Riegle, Jensen: no respondian. Mierda de suerte. Junior Stemmons:

– ?Hola?

– Soy yo. Te necesito para un recado.

– ?Asunto particular?

– No, es un trabajo para Dan Wilhite. Se trata de tranquilizar a J.C. Kafesjian.

Junior solto un silbido.

– He oido que su chico es un autentico psicopata.

– South Tremaine, 1684. Esperame fuera y te pondre al corriente.

– Alli estare. Oye, ?has visto las ultimas noticias? Bob Gallaudet nos ha llamado «policias ejemplares», pero Welles Noonan ha dicho que eramos «parasitos incompetentes». Ha dicho que pedir licores para nuestros testigos al servicio de habitaciones contribuyo al suicidio de Johnson y que…

– Ponte en marcha.

Codigo 3, respaldar a Wilhite: ayudar al traficante protegido por el LAPD. Narcoticos/J.C. Kafesjian: veinte anos de relaciones. Lo introdujo el viejo jefe Davis. Hierba, pildoras, H.: la escoria de Darktown por clientela. A cambio de soplos, J.C. consiguio la franquicia de la droga. Wilhite actuo de perro guardian; J.C. Kafesjian delataba a los traficantes rivales, siguiendo nuestra politica: mantener los estupefacientes aislados al sur de Slauson. Su trabajo legal: una cadena de lavado en seco. El de su hijo: rey de los matones.

Cruce la ciudad hasta la casa: un edificio moruno, todas las luces encendidas. Frente a ella, varios coches: el Ford de Junior, un coche patrulla.

Focos de linterna y voces en el camino particular. Junior Stemmons:

– ?Vaya mierda! ?Vaya mierda!

Aparque y me acerque. La luz directa a los ojos. Junior: «Es el teniente.» Un olor desagradable: a sangre descompuesta, quiza.

Junior, dos agentes de paisano.

– Dave, el agente Nash y el sargento Miller.

– Senores, Narcoticos se encarga de esto. Vuelvan a la comisaria. El sargento Stemmons y yo haremos los informes, si llega el caso.

– ?Si llega el caso? ?No huele eso, teniente?

– ?Un homicidio? -El tono grave, acido.

– No exactamente, senor. -Nash-. Senor, no creeria usted como nos ha tratado ese Tommy… como se llame. ?Si llega el caso…!

– Vuelvan y diganle al jefe de turno que me ha enviado Dan Wilhite. Diganle que es la casa de J.C. Kafesjian, de modo que no es un 459 normal. Si eso no le convence, hagan despertar al jefe Exley.

– Teniente…

Agarro una linterna, sigo el rastro del olor hasta una verja con una cadena cortada. Mierda. Dos doberman: sin ojos, el cuello rebanado, los dientes aferrados a unos trapos empapados en alguna sustancia. Destripados: entranas, sangre. Un rastro de sangre en direccion a una puerta trasera forzada.

Dentro, gritos: dos hombres, dos mujeres. Junior:

– Ya he echado a los tipos de la comisaria. De modo que un 459, ?eh?

– Explicame el asunto. No quiero interrogar a la familia.

– Bueno, estaban todos en una fiesta. A la mujer le dolia la cabeza, de modo que volvio antes en un taxi. Salio a buscar a los perros para encerrarlos y los encontro asi. Llamo a Wilshire y Nash y Miller recibieron la denuncia. J.C, Tommy y la hija (los dos chicos viven aqui, tambien) llegaron a casa y montaron un escandalo al encontrarse unos policias en la sala de estar.

– ?Has hablado con ellos?

– Madge, la mujer, me ha ensenado los danos ocasionados; despues, J.C. la ha encerrado arriba. Han robado una vajilla de plata, la tipica «herencia familiar de gran valor sentimental». Y los danos son una cosa muy rara. ?Tu concibes algo asi? En mi vida habia visto un robo con escalo como este.

Gritos, toques de claxon.

– No es ningun robo. ?Y que significa «una cosa muy rara»?

– Nash y Miller han dejado etiquetas de identificacion. Ya las veras.

Barri el patio con la linterna: pedazos de carne espumajosos. Veneno para los perros, sin duda. Junior:

– El tipo les dio esa carne, despues los mutilo. Se mancho de sangre y luego entro con ella en la casa.

Sigo el rastro:

Marcas de palanca en la puerta trasera. En el porche, un lavadero; en el suelo, unas toallas ensangrentadas: el intruso se habia limpiado con ellas.

La puerta de la cocina, intacta: el tipo habia abierto el pestillo. No mas sangre. Etiqueta en la prueba del fregadero: «Botellas de whisky rotas.» Etiqueta con anotacion de lo robado de los cajones de la comoda: «Vajilla de plata antigua.»

Ellos:

– ?Tu, puta, dejar entrar en nuestra casa a unos policias desconocidos!

– ?Papa, por favor, no!

– ?Cuando necesitamos algo, siempre llamamos a Dan!

Una mesa de comedor; sobre ella, un monton de fotografias hechas pedazos: «Fotos familiares.» Lamentos de saxo en el piso de arriba.

Recorri la casa.

Alfombras demasiado gruesas, sofas de terciopelo, papel pintado velludo. Ventiladores en las ventanas; imagenes de Jesucristo colocadas junto a ellos. Una alfombra con otra nota: «Discos rotos/cubiertas de discos.» El legendario Champ Dineen: Muuy calmoso; Una vida convencional: The Art Pepper Quartet; El Champ interpreta al Duke.

Elepes junto a un alta fidelidad; apilados en orden. Junior entro en la sala.

– Lo que te decia, ?no? Algunos danos.

– ?Quien hace ese ruido?

– ?El saxo? Es Tommy Kafesjian.

– Ve arriba y se agradable. Pide excusas por la intromision y ofrecete a llamar al servicio de Control de Animales para que se encarguen de los perros. Pregunta a Kafesjian si quiere una investigacion. Se amable, ?entiendes?

– Dave, ese tipo es un criminal.

– No te preocupes, yo estare lamiendole las suelas a su padre.

Del otro lado de las puertas cerradas, gritos:

– ?PAPA, NO!

– ?J.C., DEJA EN PAZ A LA CHICA!

Inquietantes. Junior fue arriba corriendo.

– ?ESO ES, VETE!

Un portazo. «Papa» ante mis narices.

Primer plano de J.C.: un gordo seboso que se hace viejo. Corpulento, marcado de viruelas, aranazos sangrantes en la cara.

– Soy Dave Klein. Dan Wilhite me ha enviado para arreglar las cosas.

J.C., cenudo:

– ?Que es tan importante como para impedirle venir en persona?

– Podemos hacer esto como usted quiera, senor Kafesjian. Si quiere una investigacion, la haremos. Si quiere que busquemos huellas digitales, tal vez encontrar un nombre, lo haremos. Si quiere darle su merecido, Dan le apoyara hasta donde sea razonable, no se si me entiende…

– Entiendo lo que me dice, y mi casa la limpio yo. Yo solo trato con el capitan Dan; ni quiero desconocidos en

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