– Dan me ha dicho que se trata de un mero tramite.

– No del todo. El caso esta en manos de Ed Exley y sus reglas son diferentes de las nuestras.

– Mi gente y la suya hacen negocios. Exley lo sabe.

– Si, y esta vez esta forzando las normas. Exley es el jefe de Detectives y Parker le deja hacer lo que quiera. Intentare ir con cuidado, pero usted tendra que colaborar.

J.C.: seboso y desagradable. Unos aranazos en la cara, obra de su propia hija.

– ?A que viene esto? ?Esta chiflado, ese Exley?

– No se a que viene, pero es una buena pregunta. Exley quiere que este caso reciba un tratamiento especial, y le aseguro que es un detective condenadamente mejor que yo. Con el no hay trucos que valgan.

J.C. se encogio de hombros:

– Oiga, si es usted listo, puede sacar mas jugo. Usted es abogado y tiene tratos con Mickey Cohen.

– No. Yo arreglo cosas, Exley las dirige. Hablando de listos, Exley es el mejor detective que ha visto nunca el LAPD. Vamos, senor Kafesjian, ayudeme. Usted no quiere a unos policias cualquiera husmeando por aqui, lo comprendo. Pero un chiflado entra a robar en su casa y organiza una carniceria…

– ?Mi casa la limpio yo! ?Tommy y yo encontraremos al tipo!

Ahora, con tranquilidad:

– No. Lo encontraremos nosotros; despues, quiza Dan Wilhite le de el soplo. Sin problemas, limpio y legal.

Kafesjian sacudio la cabeza: no, no.

– Dan ha dicho que me iba a interrogar. Adelante, pues: pregunte, y yo le respondo.

Saque el bloc de notas.

– ?Quien lo hizo? ?Alguna idea?

– No. -J.C, impasible. Inexpresivo.

– Enemigos. Deme algun nombre:

– No tenemos enemigos.

– Vamos, Kafesjian. Usted vende narcoticos…

– ?No pronuncie esa palabra en mi casa!

AHORA, CON TRANQUILIDAD:

– Llamemoslo negocios, entonces. ?Sabe de algun competidor comercial que no le tenga simpatia?

J.C. agito el puno: no, no.

– Las reglas las marcan ustedes; nosotros las acatamos. Llevamos los negocios con orden y limpieza y asi no nos hacemos enemigos.

– Entonces, probemos otra cosa. Usted es lo que denominamos un informador pagado, y los tipos asi se crean enemigos. Piense en ello y deme algun nombre.

– ?«Informador pagado»! Una manera muy fina de decir soplon, delator, chivato…

– Nombres, senor Kafesjian.

– Un tipo que esta en chirona no puede colarse en una bonita y tranquila casa familiar. No tengo ningun nombre que darle.

– Entonces, hablemos de los enemigos de Tommy y de Lucille.

– Mis hijos tampoco tienen enemigos.

– Pienselo bien. El tipo irrumpe en la casa, rompe una coleccion de discos y destroza la ropa de su hija. Los discos eran de Tommy, ?no?

– Si, era la coleccion de mi hijo.

– Ya. Y Tommy es musico, de modo que quizas el ladron tenia alguna cuenta pendiente con el. Quiza queria destruir sus cosas y las de Lucille aunque, por alguna razon, no subio a sus dormitorios. Hableme, pues, de los enemigos de sus hijos: viejos colegas musicos, ex novios de Lucille… Piense.

– No, no se me ocurre…

J.C. no termino la frase. Como si acabara de encenderse una luz en su cerebro.

Cambio de tema:

– Tengo que tomar las huellas digitales de toda la familia. Las necesitamos para compararlas con las que pueda haber dejado el ladron.

Kafesjian saco un fajo de billetes:

– No. De eso, nada. Mi casa la limpio…

Le estruje la mano con la mia.

– Haga lo que le parezca, pero recuerde que esto es cosa de Exley y que estoy mas obligado con el que con Wilhite.

J.C. se desasio y agito en la mano unos billetes de cien.

– A la mierda -solte-. A la mierda toda su sebosa familia.

Un rapido movimiento, un crujido: Kafesjian agitaba mas billetes; un par de miles, en total.

Me di la vuelta antes de que la cosa empeorase.

7

Tiempo de trabajo fastidioso.

Pinker llevo los perros al laboratorio. Los chicos de huellas encontraron rastros, impresiones parciales. La multitud de mirones se redujo; los agentes de uniforme interrogaron a la gente del barrio. Junior recopilo los informes: nada de especial esa noche; una velada tipica de los Kafesjian.

Es decir: epicas disputas familiares y ruido de saxo toda la noche. J.C. rego el cesped luciendo un suspensorio. Tommy echo una meada por la ventana de su dormitorio. Madge y Lucille estuvieron enfrascadas en una aspera discusion a gritos. Cardenales, ojos a la funerala: lo de costumbre.

Horas de espera; deje que transcurrieran lentamente.

Lucille y Madge se marcharon; adios en un Ford Vicky rosa. Tommy practico escalas: los hombres del laboratorio se pusieron tapones en los oidos. Latas de cerveza por las ventanas: Almuerzo de Campeones.

Junior fue a por el Herald. Un anuncio de Morton Diskant: conferencia de prensa a las seis de la tarde.

Mucho tiempo que matar: subi a la furgoneta del laboratorio y observe el trabajo de los tecnicos.

Diseccion de tejidos, extraccion: nuestro tipo habia metido los ojos de los perros en sus respectivas gargantas.

Volvi al coche dispuesto a echar una cabezada; dos noches seguidas sin apenas pegar ojo me habian dejado para el arrastre.

– Dave, despierta y despejate -Ray Pinker; demasiado pronto, maldita sea. Yo, con un bostezo:

– ?Resultados?

– Si, e interesantes. No soy medico y lo que he hecho no era una autopsia, pero creo que puedo sacar algunas cosas importantes en limpio.

– Adelante. Cuentame ahora y luego enviame un informe resumido.

– Bien, los perros fueron envenenados con hamburguesa rociada de trictocina de sodio, conocida comunmente como veneno de hormigas. He encontrado fragmentos de guante de piel en los dientes y las encias, lo cual me lleva a pensar que el ladron les echo la comida pero no espero a que murieran para mutilarlos. Me dijiste que habias olido a cloroformo, ?recuerdas?

– Si. Imagine que eran los trapos que tenian metidos en la boca.

– Hasta ahi tienes razon. Pero no era cloroformo, sino clorestelfactiznida, un producto quimico para la limpieza en seco. Pues bien, J.C. Kafesjian es dueno de una cadena de tiendas de lavado en seco. Interesante, ?no?

El tipo habia entrado, robado y destruido. Un psicopata, pero preciso: nada de desorden. Atrevido y parsimonioso. Un psicologo, mierda; y limpio, preciso.

– ?Estas diciendo que quiza conoce a la familia, que quiza trabaja en una de las tiendas?

– Exacto.

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