– ?Eso es todo?

– ?No tiene suficiente?

– ?Que hay de Lucille, la hermana de Tommy? Es una tia rara: se exhibe desnuda en su casa.

– ?Vaya! Bueno, ?y que? Lastima que Wardell este muerto; seguro que querria tirarsela. A lo mejor a ella le gustan los negros, como a su hermano. Me la tiraria yo mismo si no fuera porque la ultima vez que probe carne blanca me rebanaron el cuello. Usted deberia saberlo: estaba alli.

Trinos en la maquina de discos. El propio Lester. Alguien habia enchufado otra vez.

– ?Te dejan poner tus propias canciones?

– Es cosa de Chick y Touch Vecchio. Son mas sentimentales sobre el viejo incidente del cuello rajado que Dave Klein, el casero de barrio pobre. Mientras ellos se encarguen de las maquinas expendedoras y tragaperras del Southside para el senor Cohen, la version de Harbor Lights de Lester Lake seguira en esa maquina tocadiscos. Lo cual no me da mucha tranquilidad, porque el ultimo par de semanas o asi esos tipos nuevos con aspecto de recien llegados a la ciudad han estado trabajando la maquinaria, y eso puede pintar mal para el viejo Lester.

«Those haaarbor lights…»: pura sensibleria.

– Mickey deberia andarse con cuidado, los federales podrian venir a investigar las maquinas de la zona. ?Y no te han dicho nunca que cantas como un marica? ?Como un Johnnie Ray sin trabajo?

Lester, con un aullido:

– Si. Mis amigas. Hago que piensen que tengo tendencias afeminadas y asi se esfuerzan mucho mas para enderezarme. Touch V. suele venir con sus amigos mariquitas y yo estudio sus poses. Cuando me presento a ese figurin rubio, fue como hacer toda una carrera universitaria en mariconeria.

Bostece. Las franjas atigradas empezaron a girar vertiginosamente.

– Duerma un poco, senor Klein. Parece agotado.

A la mierda el sueno: aquel iman seguia atrayendome.

Recorri en zigzag el este y el sur. Ningun Plymouth gris pegado al culo. Western Avenue: terreno de mirones, moteles de putas, ninguna direccion con la que empezar a trabajar. Western y Adams, paraiso de las putas: chicas esperando junto a Cooper's Donuts. Negras, mexicanas, unas cuantas blancas: vestidos con aberturas laterales hasta los muslos, pantalones ajustados.

Vuelco del corazon: la ropa de Lucille, rasgada y salpicada.

Vuelco del cerebro: Western y Adams, zona de University. Antivicio de University, alli estaba el archivo de prostitucion: archivos de alias, listas de clientes, informes de arrestos. La sonrisa de buscona de Lucille, la sangre de papa en las zarpas: ?Y si la chica hacia la calle por gusto?

Mucho imaginar. Las posibilidades eran muy remotas.

Decidi probar de todos modos.

Comisaria de Uny, convencer al responsable; el material sobre las putas, un revoltijo.

Fotos de fichas despegadas, copias de informes. Nombres: putas, apodos de las putas, hombres detenidos/fichados con las putas. Tres armarios de papeles sin ningun orden reconocible.

Hojeo entre ellos:

Ningun «Kafesjian», ningun nombre armenio. Una hora perdida; no era de extranar: la mayoria de chicas utilizaba un apodo para salir bajo fianza. Una reflexion: si Lucille hacia la calle, y si la habian encerrado, probablemente habria llamado a Dan Wilhite para enfriar el asunto. 114 informes de detenciones, 18 chicas blancas: ninguna de las descripciones se ajustaba a Lucille. Una tarea inutil: la mayoria de los policias descuidaba los informes sobre prostitutas; las chicas se repetian siempre. Listas de apodos. Ninguna chica blanca que se hiciera llamar Luce, Lucille o Lucy; ningun apellido armenio.

Mas fotos: algunas con cartel de datos colgado al cuello y anotaciones: nombres reales, alias, fechas. Chicas negras, mexicanas, blancas: 99,9 por ciento inutil. Piel de gallina: Lucille -de frente, de perfil-, sin cartel, sin anotaciones.

Manos a la obra: repasar todo el papeleo. Tres veces: cero, nada, tampoco. Ninguna referencia mas a Lucille.

Solo unas fotos de identificacion.

El resto del expediente, traspapelado. Quizas.

O quiza Dan Wilhite habia sacado los papeles, y se habia descuidado las fotos.

Teoria: ladron = miron = cliente de Lucille K. Escribi una nota a Junior:

«Repasa todas las listas de prostitutas y clientes de la comisaria; busca informacion sobre las costumbres de Lucille». Piel de gallina: aquella condenada familia.

Pase por la oficina y deje la nota en la mesa de Junior. Medianoche: Subdireccion, vacia.

– ?Klein?

Dan Wilhite al otro extremo del pasillo. Le hice pasar. Estabamos en mi terreno.

– ?Y bien?

– Y bien, lamento mucho el lio con los Kafesjian.

– No me interesan las excusas. Volvere a preguntarlo: ?Y bien?

– Y bien, la situacion es apurada y estoy tratando de ser razonable. Yo no pedi este trabajo, ni lo hago con gusto.

– Ya lo se, y tu sargento Stemmons ya se ha disculpado por tu conducta. Tambien me ha pedido una lista de los camellos denunciados por J.C. y su gente. Por supuesto, no se la he dado. Y no volvais a pedirla, porque todas las anotaciones relativas a los Kafesjian han sido destruidas. ?Y bien?

– En fin, asi estan las cosas. Y la pregunta deberia ser, «?Y bien, que es lo que quiere Exley?».

Wilhite, brazos en jarras, a un palmo de mi.

– Dime que piensas tu de ese 459. A mi me parece un aviso de una banda de traficantes. Creo que Narcoticos esta mas preparado para llevar el asunto y creo que deberias decirselo asi al jefe Exley.

– Yo no opino igual. Para mi que el ladron tiene una fijacion por la familia; quiza por Lucille, concretamente. Podria ser un miron que ha estado actuando por el barrio negro en los ultimos tiempos.

– O tal vez sea cosa de un chiflado. Una banda rival que utiliza tacticas de terror.

– Tal vez, pero no lo creo. En realidad no soy un experto en investigaciones, pero…

– Desde luego. Lo que eres es un maton con un titulo de Derecho…

FRIO/TRANQUILO/QUIETO.

– …y lamento haberte dado vela en este entierro. Bien, he oido que la investigacion federal se llevara a cabo, finalmente. Me he enterado de que Welles Noonan tiene auditores comprobando las declaraciones de la renta: la mia y la de algunos de mis hombres. Probablemente, eso significa que conoce lo de Narcoticos y los Kafesjian. Todos hemos recibido dinero, todos hemos comprado cosas caras que no podemos justificar, asi que…

Sudoroso, echandome encima el aliento pestilente a tabaco.

– …asi que cumple tu deber para con el departamento; tienes una lista de veinte nombres; yo, no, y mis hombres, tampoco. Tu puedes hacer de abogado y chupar de Mickey Cohen, y nosotros no. Y estas en deuda con nosotros, porque tu dejaste que Sanderline Johnson saltara. Welles Noonan tiene esa fijacion con el Southside porque tu has comprometido su campana. La presion sobre mis hombres es culpa tuya, de modo que a ti te toca arreglar las cosas. Ahora bien, J.C. y Tommy estan fuera de si. Nunca han tratado con agencias policiales hostiles y, si los federales empiezan a presionarles, seran incapaces de dominarse. Quiero que se tranquilicen. Aparca esa mierda de investigacion, Dave. Dale a Exley lo que sea necesario, pero quitate del camino de esa familia lo mas deprisa que puedas.

A un palmo de su rostro, tambien con los brazos en jarras:

– Lo intentare.

– Hazlo. Imagina que es uno de tus trabajos pagados. Supon que yo estoy convencido de que arrojaste a Johnson por esa ventana.

– ?De veras lo crees?

– Eres lo bastante codicioso, pero no tan estupido.

Acompane a Dan hasta la puerta; al andar, las piernas me temblaban. Sobre la mesa del despacho encontre una nota del escribiente: «Ha llamado P. Bondurant. Dice que llames a H. Hughes al hotel Bel-Air.»

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