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– …y Pete me ha hablado de su esplendida actuacion en el asunto Morton Diskant. ?Sabia que Diskant es miembro de cuatro organizaciones que han sido clasificadas como tapaderas comunistas por la Fiscalia General del estado de California?

Howard Hughes: alto, delgado. Una suite de hotel, dos lacayos: Bradley Milteer, abogado; Harold John Miciak, guardaespaldas.

Siete de la manana. Aturdido, maquinando un plan: encerrar a algun chiflado por el trabajo en casa de los Kafesjian.

– No, senor Hughes, no lo sabia.

– Pues deberia. Pete me ha dicho que sus metodos eran rudos y quiero que sepa que los antecedentes de Diskant justificaban el trato que le dio. Entre otras cosas, proyecto establecerme como productor de peliculas independiente. Me propongo producir una serie de peliculas de batallas aereas contra los comunistas, y uno de los argumentos principales de esas peliculas sera que el fin justifica los medios.

Milteer:

– El teniente Klein tambien es abogado. Si acepta lo que usted va a proponerle, seguro que le hara llegar una interpretacion adicional de los terminos del contrato.

– No he practicado mucho como abogado, senor Hughes. Y en estos momentos estoy bastante ocupado.

Miciak carraspeo. Manos tatuadas: la marca de alguna banda.

– Eso no es trabajo para un abogado. Pete Bondurant ya tiene lleno el plato, asi que…

Hughes, interrumpiendole:

– La palabra que mejor resume el asunto es «vigilancia», teniente. Expliqueselo en detalle, Bradley.

Milteer, remilgado:

– El senor Hughes contrato en exclusiva a una joven actriz llamada Glenda Bledsoe, la instalo en una de sus casas de invitados y la estaba preparando para que interpretara papeles importantes en esas peliculas sobre las Fuerzas Aereas. La chica ha violado el contrato al abandonar la casa y faltar a sesiones de ensayo sin pedir permiso. Actualmente, hace de protagonista femenina en una pelicula de miedo de una productora no agremiada que se rueda en Griffith Park. Se titula El ataque del vampiro atomico, asi que ya puede usted imaginar la calidad de la obra.

Hughes, remilgado:

– El contrato de la senorita Bledsoe le permite hacer una pelicula al ano con otro productor que no sea yo, de modo que no puedo romper el contrato por eso. Sin embargo, existe una clausula de moralidad que podemos utilizar. Si demostramos que la chica es alcoholica, delincuente, adicta a los narcoticos, comunista, lesbiana o ninfomana, podemos denunciar el contrato y cerrarle las puertas de la industria del cine basandonos en ello. La unica alternativa a eso es conseguir pruebas de que la senorita Bledsoe ha participado conscientemente en actos publicitarios de otras productoras rivales de Hughes, aparte de su trabajo para esa ridicula pelicula de monstruos. Teniente, su trabajo consistiria en vigilar a la senorita Bledsoe con el objeto de reunir informacion sobre violaciones del contrato. Sus honorarios seran de tres mil dolares.

– ?Le ha explicado la situacion a la chica, senor Milteer?

– Si.

– ?Cual fue su reaccion?

– Sus palabras fueron, «?Que te jodan!». ?Que responde usted, teniente?

El «no» en la punta de la lengua. Lo reprimi. Recorde:

Hush-Hush decia que Mickey C. financiaba aquella pelicula.

«Casa de invitados» significaba «picadero». Que Howard Hughes se ocupara de poner orden en su propio gallinero.

Una idea:

Utilizar a algunos muchachos de la seccion para el trabajo de seguimiento. Echar mano de un fondo especial: el dinero de los detenidos por los soplos de Kafesjian.

REGATEA. SUBE LA CIFRA.

– Cinco mil, senor Hughes. Puedo recomendarle alguien mas barato, pero no puedo desatender mis obligaciones normales por menos de esa cantidad.

Hughes asintio; Milteer saco un fajo de billetes.

– Esta bien, teniente. Aqui tiene dos mil por adelantado, y espero informes cada dos dias, por lo menos. Puede llamarme aqui, al Bel-Air. Y ahora, ?hay algo mas que necesite saber de la senorita Bledsoe?

– No, ya me las arreglare con el equipo de la pelicula.

Hughes se puso en pie. Le tendi la mano gustosamente:

– La atrapare, senor.

Un apreton debil. Unos dedos flaccidos. Hughes se limpio la mano, restregandola a escondidas.

Dinero nuevo: gastarlo con vista. Pensar con vista:

Atrapar a Glenda Bledsoe enseguida. Dejar que Junior llevara parte del asunto Kafesjian, si habia terminado de repasar los archivos que le dije. Aclarar la pista del barrio negro y evitar que volvieran a seguirme.

Instinto: Exley no me delataria en lo de Johnson. Logica: destruyo el informe del forense; yo podria dar el soplo de lo de Diskant. Instinto: su interes por Kafesjian, ASUNTO PERSONAL. Instinto: me utilizaba como cebo; un policia bruto enviado para aumentar la presion.

Conclusiones:

Numero uno: Wilhite y Narcoticos, los mas peligrosos; para ellos era un policia torcido enredando con su fuente de ingresos. Quizas estaba a punto de sonar el blues del gran jurado federal: acusaciones en firme, procesos. Luego, policias corruptos sin trabajo y una cabeza de turco: un abogado-casero con una pension de policia segura. Y para los asesinos sin trabajo, un objetivo: yo.

Numero dos: Encontrar un ladron/pervertido confesante; algun chiflado que cargara con el 459. Untar a los detectives de la comisaria para dar con alguno: mantener a Junior en la investigacion real. ?Que no aparece el autentico ladron?, Mister Pervertido se carga el muerto.

Me acerque a la comisaria de Hollywood. El encargado del archivo no estaba. Eche un vistazo a «459 Resueltos» y «Falsas Confesiones», 1949-1957. Una hoja 187 en el tablon: el Diablo de la Botella. Asunto de pervertidos; estupendo. Cogi una copia.

Conclusion numero tres:

Todavia bastante asustado.

Griffith Park, carretera oeste arriba: riachuelos, pequenas montanas. Curvas empinadas, canadas y matorrales: Peliculandia.

Un aparcamiento improvisado, abarrotado de vehiculos. Anadi el mio. Gritos, carteles de manifestantes moviendose a lo lejos. Salte a un remolque plano y observe el alboroto.

Piquete del sindicato; Chick Vecchio plantandoles cara; el bate de beisbol preparado, en alto. Un claro, camiones y plataformas, el plato: camaras, una nave espacial medio Chevrolet.

– ?Esquiroles! ?Basura de esquiroles!

Suficiente; cargo contra el piquete: «?Oficial de Policia!» Los manifestantes, acogotados: me dejan pasar sin protestas.

Chick me saludo; sonrisas, palmadas en la espalda.

– ?Escoria! ?Connivencia policial!

Nos alejamos hasta los remolques. Silbidos, nada de piedras; llorones. Chick:

– ?Buscas a Mickey? Apuesto a que tiene un bonito sobre para ti.

– ?Te lo ha dicho el?

– No, es lo que mi hermano llamaria una «conclusion inevitable para un buen conocedor». ?Vamos, hombre!

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