muerte.
—?Y hasta entonces? —musito Hernando.
Efrain nego con la cabeza.
—Ella nunca pondra en riesgo vuestra vida. —Hernando hizo ademan de replicar, pero el judio se lo impidio con un gesto de la mano—: No pongais en riesgo vos la suya.
El silencio se hizo entre los dos hombres.
—Tenia preparada una carta para ella —dijo por fin Hernando—, que intente hacerle llegar sin exito.
—Lo siento —rechazo Efrain—, no puedo llevarla... ni vuestra esposa tenerla. He excusado mi viaje en tratos comerciales. Si vuestro hijo o Shamir, o los vigilantes nubios descubrieran a cualquiera de nosotros con una carta...
—?Pero necesito explicarle! —exclamo Hernando, casi implorante—. Tengo tantas cosas que decirle...
—Y asi sera: a traves de mi. Conoceis a la senora Fatima. —El judio nego con la cabeza, corrigiendose—. ?Como no vais a conocerla? Mejor que yo. Ella tenia dudas y yo le procurare la alegria que se que desea; ?acaso creeis que entonces no me hara repetir hasta la ultima palabra de las que me habeis dicho? —Hernando no pudo evitar una triste sonrisa al recordar el fuerte caracter de Fatima; el judio se percato de ello—. ?Mil veces me obligara a hacerlo!
—Y hacedlo, mas de mil si fuese necesario. Decidle..., decidle tambien que la sigo queriendo, que nunca he dejado de hacerlo. Pero la vida... El destino fue cruel con ambos. He pasado media vida llorando su muerte. Pedidle perdon en mi nombre.
—?Por que deberia hacerlo?
—Me he vuelto a casar... Tengo otros hijos.
El judio asintio.
—Ella lo sabe y lo comprende. La vida no ha sido facil para ninguno de los dos. Recordad: Muerte es esperanza larga. Eso es lo primero que me ha pedido que os dijera.
Esa noche, Efrain fue agasajado en casa de Hernando, donde pernocto antes de partir de vuelta a Tetuan. Advertido por su anfitrion de que Rafaela no debia saber en ningun momento el motivo que le habia traido a aquella casa, el judio se mostro sumamente discreto e hizo gala de unos modales exquisitos, pero tras su cortesia se escondia el interes por poder proporcionar a su senora la informacion que esta le habia solicitado sobre la esposa cristiana. ?Como es la mujer con la que se ha casado? ?La quiere?
Durante la noche, Hernando, absorto en el recuerdo de Fatima, se mostro extremadamente frio y distante con Rafaela.
Poco tiempo despues, con Hernando entregado a la escritura del Coran y a la oracion en la mezquita, creyendo encontrar en ello la comunion en la distancia que Fatima le habia rogado, Rafaela dio a luz a su tercer hijo. Lazaro, como bautizaron al nino en presencia de unos padrinos cristianos elegidos por el parroco y a los que no conocian, rompio con la tradicion y nacio con inmensos y claros ojos azules. ?En aquel recien nacido resurgia el estigma con el que un sacerdote cristiano emponzono a una inocente nina morisca!, determino Hernando en cuanto los vio. No podia ser mas que una senal divina.
—Su nombre sera Muqla, en honor del gran caligrafo —anuncio el mismo dia del bautizo ante Rafaela y Miguel, despues de limpiar con agua caliente los oleos ungidos sobre el nino—. En esta casa debereis llamarle asi.
Rafaela bajo la vista y asintio con un murmullo