espectaculo y que hay que hacer para atenerse a un presupuesto. Se me da bien esa clase de trabajo. Y aprendo rapido. Te aseguro, Rusty, que jamas has conocido a nadie que haya estado en el mundo del espectaculo tanto tiempo como yo.

Por entonces pasabamos ratos muy agradables y no me costo mucho convencerlo. Afortunadamente, creyo cuanto le habia contado sobre mis anteriores trabajos y no me pidio referencias ni numeros de telefono para contactar con personas que hubieran colaborado conmigo en el pasado (menos mal, pues todas estaban muertas y enterradas hacia mucho tiempo). Me llevo a la sede de la NBC y recorrimos todo el edificio. Me quede impresionado. En ese momento habia varios programas en produccion; en cada uno de los platos insonorizados, un publico variopinto dirigia la mirada al chico del letrero para saber cuando tenia que reir, cuando aplaudir y cuando patalear para manifestar entusiasmo. Visitamos las salas de edicion y me presento a un par de directores que apenas me miraron a la cara. Eran hombres calvos de mediana edad que sudaban copiosamente, sostenian un cigarrillo encendido entre los labios y llevaban gafas de montura de concha. Observe que en las paredes habia muchas mas fotos de estrellas cinematograficas -Joan Crawford, James Stewart, Ronald Colman- que de sus equivalentes televisivos, y pregunte la razon.

– Asi nos sentimos mas en Hollywood y los actores tienen con que sonar -explico Rusty-. Mira, existen dos tipos de estrellas televisivas: las que pretenden dar el salto al cine y las que ya no consiguen ningun papel en el cine. O vas hacia arriba o vas hacia abajo. No es una profesion muy envidiable, la verdad.

Acabamos la visita en el suntuoso despacho de Rusty, que dominaba el solar de la NBC, donde los actores, tecnicos, secretarias y aspirantes a estrellas estaban inmersos en una actividad frenetica. Nos sentamos en un par de flamantes sofas alrededor de una mesa de vidrio cercana a una chimenea, a unos seis metros de su escritorio de caoba, y me parecio que Rusty se sentia muy orgulloso de todo ese despliegue de riqueza y poder.

– Hace un par de dias me encontraba sentado exactamente donde estoy ahora -recordo-, ?y a que no te imaginas a quien tenia enfrente, ocupando el sofa donde estas ahora y suplicandome que le diera un programa de television?

– ?A quien?

– Gladys George -contesto en tono triunfal.

– ?Quien? -Ese nombre no me decia nada.

– ?Gladys George! ?Gladys George! -vocifero, como si pretendiera refrescarme la memoria a fuerza de gritos.

– Lo siento, pero no se quien es. Jamas he oido…

– Gladys George era una estrella de cine hace unos anos. Fue candidata a un Oscar a mediados de los anos treinta por Carrie la valiente.

– Ni idea. No la he visto. Ya no voy mucho al cine.

– Los Tres Chiflados hicieron una parodia sobre esa pelicula un par de anos despues. Seguro que la has visto. Curlie el violento. ?Era tronchante!

Solte una risita de cumplido.

– ?Ah, si, ya me acuerdo! -menti con desfachatez. Si queria trabajar en el mundo de la television y el cine seria mejor que no mostrara mi ignorancia sobre el-. ?Muy buena! Curlie el… ejem…

– Gladys George estaba a punto de convertirse en una gran estrella -me interrumpio-, pero cayo en desgracia cuando se puso a contar a todo el que quisiera escucharla (un verdadero batallon, como imaginaras) que el gran Louis B. Mayer tenia un lio con Luise Rainer a espaldas del marido de esta. Era sabido que Mayer y Clifford Odets no podian verse (unos anos antes lo habia llamado miserable comunista), pero el rumor no era cierto. Gladys estaba dolida porque Mayer siempre daba los mejores papeles a Luise, a Norma Shearer, a Carole Lombard o a la putilla a la que intentara ligarse. Bueno, el caso es que cuando Mayer se entero de lo que Gladys chismorreaba sobre el, para desquitarse dejo de darle trabajo, pero no le rescindio el contrato. Y ahora que acaba de recuperar su libertad, ningun estudio la quiere. Por eso acudio a mi.

– Entiendo -dije, esforzandome por seguir el hilo de su relato. Desde luego, mucho tendria que aprender sobre Hollywood si queria trabajar alli, y me admire de como la ciudad se nutria de esa clase de cotilleos, los cuales podian arruinar o lanzar al estrellato a una actriz-. ?La contrataste?

– Dios mio, no -respondio, negando con vehemencia-. ?Bromeas? Una chica como esa solo significa una cosa para un hombre como yo: problemas.

Permaneci callado mientras pensaba en que habria querido decir.

– Entiendo -repeti por fin, muy sonriente.

Imagine que la gente no cesaba de ir a pedirle trabajo. Que esa semana ya habrian pasado unas cien personas por el sofa en que estaba sentado yo y que mi unica funcion era mantenerlo caliente para el siguiente ocupante. Toda esa puesta en escena, el recorrido por el edificio y los enormes estudios insonorizados, el aspecto regio de los despachos de Rusty, los nombres importantes que dejaba caer como si tal cosa, la clarividencia para decidir quien puede trabajar en Hollywood y quien no, iba dirigida a mi. Me puse de pie y le estreche la mano; en ese momento me parecio que su mensaje era claro: para conseguir un trabajo en su estudio no bastaba con haber jugado al golf un par de veces con el.

– Gracias por ensenarme el estudio.

– Pero ?que haces? -dijo cuando ya me dirigia hacia la puerta-. ?Adonde crees que vas? Aun no he llegado a la mejor parte.

– Oyeme bien, Rusty. -Ya era muy mayor para que jugaran conmigo-. Si no vas a ofrecerme un trabajo, no pasa nada. Solo queria…

– ?Como sabes que no voy a ofrecerte nada? Matthieu, Matthieu -dijo y solto una carcajada al tiempo que daba una palmada en el sofa que yo acababa de abandonar-. Sientate, amigo mio. Creo que he encontrado el puesto ideal para ti. Siempre y cuando seas quien aseguras ser. Te dare una oportunidad, Matthieu, y creo que no me defraudaras.

Esboce una sonrisa y volvi al sofa. A continuacion Rusty me puso al corriente de sus planes para conmigo.

El show de Buddy Rickles constituia un gran negocio. Era una comedia que duraba media hora y se emitia todos los jueves a las ocho de la tarde, hora de maxima audiencia en la NBC. Aunque solo llevaba una temporada en antena, se habia convertido en una de las series mas populares y, por mucho que las otras cadenas se esforzaran en robarle audiencia cambiando una y otra vez su programacion en la misma franja horaria, siempre se llevaba la palma.

Era una comedia familiar. Aunque a excepcion de algunos criticos sagaces nadie lo recordaba, Buddy Rickles habia representado papeles secundarios desde los anos veinte hasta mediados los cuarenta. Nunca habia actuado de protagonista, pero en la pantalla habia sido el mejor amigo de James Cagney, Mickey Rooney y Henry Fonda. Una vez hasta se habia batido en duelo con Clark Gable por conseguir la mano de Olivia de Havilland (y habia perdido). Cuando le ofrecieron trabajar para la NBC apenas salia en ninguna pelicula; Buddy no solo acepto protagonizar la serie sino que consiguio convertirla en un exito.

La idea era muy simple: Buddy Rickles (excepto por dos letras el personaje se llamaba igual que el actor, Buddy Riggles) era un hombre corriente que vivia en una zona residencial de California. Su mujer, Marjorie, era ama de casa, y ambos tenian tres hijos: Elaine, de diecisiete anos, que para consternacion de Buddy empezaba a interesarse por los chicos; Timmy, de quince, que siempre estaba intentando hacer campana, y Jack, de ocho, que confundia el sentido de las palabras de una forma muy graciosa. Cada semana un hijo se metia en un lio que en potencia podia conducirlo a la perdicion, pero Buddy y Marjorie siempre se las arreglaban para solucionarlo todo y obligarlo a reconocer su error justo antes de la cena. No habia nada revolucionario en el planteamiento, pero la gente pasaba un buen rato viendo la serie, lo que en gran medida se debia a sus guionistas.

Lee y Dorothy Jackson eran los creadores de El show de Buddy Rickles y llevaban casi una decada escribiendo programas exitosos para la television. Formaban un matrimonio de cuarentones que gozaba de mucha celebridad y montaban fiestas extravagantes en su casa, para las que cualquiera que se creyera alguien intentaba conseguir una invitacion. Dorothy era conocida por su lengua viperina y Lee por su aficion a la bebida, pero aun asi se los consideraba una de las parejas mas felices del mundo del espectaculo.

– Estoy buscando un nuevo productor para El show de Buddy

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