Eloy era el que mas cerca estaba de el, pero pese a todo, la distancia no disminuia, y cuanto mas ansiaba cogerle, mas sentia el peso de todas sus emociones lastrandole.

Era un buen corredor, y sin embargo…

El camello alcanzo la zona del aparcamiento. Empezo a poner obstaculos entre el y ellos.

– ?Vamos, Eloy, vamos! -oyo la voz de Maximo a su lado.

85

(Negras: Rey d5)

Maximo veia correr al camello delante de el, pero tambien le oia.

Su voz, la pasada noche.

– Toma, chico: con esto, Disneylandia.

– Prefiero algo un poco mas emocionante.

– Lo que tu quieras, hombre. Todo esta en tu mente. Disfruta.

– ?Por dos mil pelas?

– La llave del Paraiso no siempre tiene por que costar demasiado.

La llave del Paraiso.

Cuando Eloy hubiera conseguido aquella pastilla, ?con que gusto le romperia el alma a aquel hijo de mala madre!

Si lo cogian.

El camello daba la impresion de volar por entre los coches.

86

(Blancas: Torre d7 +)

A Santi le dolia el brazo, contusionado por la caida, pero trataba de no perder la estela de la persecucion. Habia sido un idiota. Dejarse sorprender de aquella forma…

Miro hacia atras. Cinta era la ultima, pero no podia esperarla.

– ?Corre! ?Corre! -le dijo ella.

Corrio.

Estaban solos en el mundo.

Muy solos.

87

(Negras: Rey c6)

Cinta sabia que no tenia la menor posibilidad. Nunca habia sido buena en eso de moverse rapido. Pero confiaba en ellos, en los tres, sobre todo en la rabia de Eloy.

A los veinte metros se habria rendido, de no ser por Luciana.

Era por ella.

La ultima oportunidad.

Por ella y para liberarse a si mismos.

88

(Blancas: Torre a7)

Mariano Zapata colgo el telefono y se quedo unos segundos en suspenso.

Penso en aquella pobre chica.

?Habria preferido que le dijeran que estaba bien, que habia salido del coma?

?Corazon de oro?

Bien, ya no importaba. Tenia su gran exclusiva, y su portada.

Si las cosas eran asi, asi es como eran. Y punto.

– ?Adelante! -ordeno-. ?Todo sigue igual!

Despues concluyo su trabajo echandose para atras en su silla, con los brazos debajo de la nuca, y cerro los ojos mucho mas tranquilo.

89

(Negras: Rey d5)

Los ojos.

Quiero abrirlos.

Y no puedo.

Siento una voz, en alguna parte, pero no la distingo, ni se lo que me esta diciendo. Es como la suma de muchas voces, de muchos sentimientos. Me llaman, me llaman.

Sigo intentandolo.

A un paso de la rendicion, de decir adios, pero sigo, sigo intentandolo.

Necesito tan solo hacer el ultimo movimiento.

Parece tan facil…

90

(Blancas: c4 +)

Eloy se sorprendio al ver como el camello, de pronto, parecia detenerse en una fraccion de segundo, justo para cambiar el rumbo, casi de forma fulminante, saliendo de estampida hacia la izquierda.

A su derecha vio a dos hombres, tambien corriendo hacia el fugitivo.

– ?Alto, Mosca! -grito uno de ellos.

– ?Quieto! -ordeno el otro.

No tenia ni idea de quienes eran, pero desde luego iban tras su perseguido igualmente. No perdio tiempo en dudas o vacilaciones. La ventaja se decantaba de su lado.

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