– ?No!

– ?Un indicio, una palabra…, algo?

– ?No! ?Si escucho el mensaje que le deje sabra que digo la verdad!

Kafir Sharif hundio en ella sus humedos ojos negros. Curvo la comisura derecha de sus labios hacia arriba y chasqueo la lengua. Tras asentir con la cabeza de forma imperceptible, la apoyo sobre las manos. Estaba sentado en su butaca, tras su mesa. Joa ocupaba una silla al otro lado. Hacia calor. Un triste ventilador no eliminaba la sensacion de bochorno.

– ?Por que no ayuda? -suspiro el hombre.

– ?Estoy ayudando! -Ayudando furiosa.

– ?Como quiere que este? Han asesinado a un viejo amigo de mi padre, estoy resentida del cansancio del viaje, no me he duchado, estoy muerta de hambre, ?y llevo dos horas en una comisaria egipcia! No puedo contarle mas de lo que se.

– Haga esfuerzo.

– ?Ya lo hago!

– Gritar es malo.

– ?Yo no grito!

Kafir Sharif esbozo una sonrisa. Hizo de policia bueno.

– Su padre, profesor Julian Mir, gran arqueologo.

– Si.

– Mucha informacion en Internet.

– Lo se.

– Desaparecio.

Joa se llevo una mano a la cabeza y cerro los ojos. No queria irritarse. No queria sentir la rabia. No podia permitirse el lujo de estallar alli. Controlaba sus poderes, pero no tanto como para que a veces, en ocasiones, todavia se le desbocaran.

– ?Puedo preguntarle yo algo?

– Adelante -la invito el inspector.

– Me ha dicho que el profesor Nieto hizo tres llamadas desde su movil en los dias previos a su muerte.

– Si.

– ?A quien hizo las otras dos llamadas?

Creia que no le responderia, o que le saldria con que era informacion confidencial como parte de la investigacion. No fue asi.

– Museo en Espana, y otro numero tambien Espana. Estamos investigando.

Ya sabia a quien mas habia llamado, pero eso no queria decirselo a ella.

– ?Puedo ver el cadaver?

– ?Quiere?

– Si.

– No puede.

Joa solto un bufido cargandose de paciencia. -?A quien han avisado para hacerse cargo del cuerpo?

– Hijo del profesor llego ayer para papeleo y tramites.

– ?Carlos Nieto esta aqui?

– No en comisaria. En El Cairo.

– ?En que hotel?

– Cosmopolitan.

Tenia otra pregunta. Y la hizo. A bocajarro, aprovechando la inercia de los ultimos instantes.

– ?Como le mataron?

Kafir Sharif se lo tomo con calma.

A veces, mas que mirarla, la penetraba con aquellas lanzas liquidas. Lo peor era el bigote negro, largo y estrecho, tan siniestro como el de un falso malo de una pelicula antigua.

– Tres dagas -dijo despacio-. Una corazon, otra garganta, otra cabeza.

– No lo dira en serio.

– Si, digo en serio -se quedo perplejo por la observacion.

– Suena a… un ritual -fruncio el ceno Joa-. ?Sabe que significa?

El silencio fue opresivo.

– ?Y usted? -dijo a su termino el inspector.

– No, por supuesto.

Sus ojos chocaron a mitad de camino de si mismos.

Joa intento meterse en su mente, pero estaba confundida y cansada. Y ademas, no siempre resultaba. Aun asi, supo que su anfitrion mentia.

– ?Le mataron en ese callejon del que me ha hablado?

– No. Le mataron en otra parte. Llevaron cuerpo a callejon.

No podia tratarse de una casualidad. Gonzalo Nieto habia muerto por culpa de su llamada, por haber encontrado algo. Algo importante.

?Y quien habia querido impedir que se lo contara a ella?

?Por que?

No podia entrar en la mente de Kafir Sharif, pero se sintio como si el si pudiera hacerlo con la suya.

– Senorita Georgina Mir -de nuevo la erre pronunciada con excesiva vibracion-, ?alguien pone en contacto con usted?

– Llegue anoche, y esta manana me han arrancado de la cama. ?Como quiere que alguien…?

– Yo pregunto.

– Si habla con la telefonista del hotel, comprobara que no he tenido llamadas.

– He hablado. ?Tuvo visitas?

Quien le hubiera dejado la nota debajo de la puerta lo habia hecho en persona, colandose en el hotel. No se la entrego a un botones. De otra forma el policia lo habria averiguado.

Eso significaba que alguien sabia que ella estaba alli, y que habia actuado discretamente para citarla mediante una clave.

?Una clave para ponerla a prueba?

– Esto es mala publicidad de mi pais -considero el hombre de pronto-. Famoso arqueologo muerto. Leyendas de tumbas faraonicas vuelven. Momias cobran vida, venganzas…, y americanos hacen pelicula barata.

– Los americanos siempre hacen peliculas baratas sin necesidad de excusas.

– ?Conoce leyenda tumba Tutankhamon?

– Todos murieron tras abrirla, si.

El policia hizo un expresivo gesto con las manos y movio la cabeza, a modo de mal actor de comedia ante lo irremediable.

– ?Tiene algo mas que preguntarme, inspector?

– No -reconocio el.

Joa se puso en pie.

– ?Puedo irme entonces?

La mirada de Kafir Sharif fue larga, pesarosa, falsamente rendida.

– Si, puede marchar, senorita Georgina Mir -concedio-. Pero retengo pasaporte, ?si? Seguro que usted comprende.

No quiso discutirselo.

Solo necesitaba salir de alli y respirar el aire de la libertad, aunque fuese en el horno exterior.

6

El hotel Cosmopolitan era mucho mas discreto que el Le Meridien Pyramids. Un tres estrellas. Un edificio

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