tener una dimension. El terremoto envolvia el interior y el exterior.
Y ellos estaban a muchos metros bajo tierra.
Perdidos.
– ?Hacia alli! -David tiro de ellas.
Lo intentaron, pero ya no habia un lugar seguro. Los miles de murcielagos tardaron mucho en desaparecer, llevandose sus chillidos y su vuelo enloquecido. A su espalda el lamento de la tierra herida se convirtio en un alarido prolongado cuando todo se hundio hacia el abismo. Vieron boquiabiertos como la plataforma, la puerta con la que habian llegado hasta Orion, se convertia en una masa incandescente, rojiza, que se colapso a si misma. Antes de ser devorada por las profundidades ya no existia.
Joa sintio dolor. Porque era como si perdiera un poco mas a sus padres.
– ?Oh, no! -grito David.
Joa y Amina siguieron la direccion de su mirada. Una pared entera se les venia encima, sin posibilidad de escape.
– ?Joa, coge a David!
Amina rodeo al chico por un lado. Sin saber a ciencia cierta por que, Joa hizo lo mismo por el otro. Quedaron los tres unidos estrechamente, como si quisieran morir asi, juntos. Pero lo que brillaba en la mirada de la adolescente no era precisamente la sensacion de una despedida.
La fijo en la que ahora era su hermana mayor.
– Podemos -le dijo.
Joa lo entendio.
No era un monstruo. Su padre acababa de decirselo. Tenia un don. Y un poder.
Siguieron mirandose, una a otra, extrayendo energia de ambas, formando un bloque unico, una sola fuerza, una voluntad comun.
Rabia y rebeldia ante la adversidad.
La pared llego hasta ellas.
Y se rompio igual que si sobre los tres hubiera aparecido una invisible campana protectora.
David miro hacia arriba. Despues a una y otra.
Las dos sonreian.
?Sonreian!
Se le doblaron las rodillas pero el abrazo de las dos muchachas era tambien muy solido. Y de pronto ya no sintio los pies en el suelo.
Flotaban.
Flotaban en direccion a la superficie de la tierra, sorteando todas las piedras en su ascenso.
Ninguno de los tres midio el tiempo, aunque se les hizo eterno, hasta darse cuenta de que al llegar arriba el sol les banaba de lleno con su ultimo calor de la tarde.
Cuando alcanzaron la firmeza del suelo del desierto y deshicieron su abrazo, agotadas ellas, temblando todavia el, miraron hacia atras al unisono.
Un enorme boquete de medio kilometro de diametro cubria su horizonte inmediato. Todo lo que Joa habia visto en su vuelo mental antes de escapar de los Defensores de los Dioses ya no existia.
Tampoco tuvieron mucho tiempo para reponerse.
El siseo de las aspas de un helicoptero reclamo su atencion por encima de sus cabezas mientras por detras un alud de sirenas de policia se dirigia a su encuentro.
60
No le sorprendio que el primero que llegase hasta ellos fuera Kafir Sharif. Serio, una mascara, tan inalterable como lo habia estado siempre.
– Senorita Georgina Mir… -movio la cabeza de lado a lado como si la reganara.
– ?Que esta haciendo aqui?
– Puse sustancia detectable en te que usted tomo en comisaria.
– ?Que?
– Comisaria vieja, yo quiza policia de ayer, pero metodos del siglo XXI. Usted bebe y horas despues seguimiento via satelite.
– Digame una cosa -se lo pregunto sin ambages habida cuenta de que estaban rodeados de policias-. ?Es usted uno de ellos?
– ?Ellos?
– Los Defensores de los Dioses.
Kafir Sharif esbozo una sonrisa ironica alzando la comisura izquierda de sus labios y fruncio el ceno con estupor.
– No -dijo tan escueta como certeramente.
– Siempre crei que si -confeso ella.
– ?Por esa razon no confia en mi?
– Yo no sabia nada.
– Usted sabe todo -el inspector miro el agujero en la tierra-, pero ya no dice nada, ?verdad?
– Escuche -hizo un gesto de cansancio-, los Defensores de los Dioses se asentaban aqui, en Al-Eriat Khunash. El hombre que asesino a Gonzalo Nieto, o al menos dio la orden de hacerlo, se llamaba Bir El Sa'if. Era uno de los arqueologos que trabajaban con el en la tumba TT47 del Valle de los Reyes. Vi sus tres tatuajes.
– Sospechabamos, pero no teniamos pruebas.
– Y usted necesita pruebas para todo, ?no?
– Es ley.
– De acuerdo, ahora tiene una: me lo confeso antes de querer enterrarnos vivos, asi que tambien cuenta su intento de matarnos a los tres.
– ?Por que senor Bir El Sa'if quiere matar profesor espanol y ahora ustedes?
– El profesor Nieto encontro algo que no gusto a su secta. Le mataron para que no me lo contara. Y como yo he dado con ellos, tampoco les ha gustado. Tiene todo el sentido del mundo.
– Volvemos a vieja pregunta. ?Que encontro arqueologo espanol?
– Puede que este lugar que ellos han protegido durante anos.
Kafir Sharif miro a David y a Amina. Luego de nuevo el boquete abierto a sus espaldas.
– ?Que habia en suelo?
– Custodiaban una cueva enorme, sagrada para ellos, con un camino lleno de trampas.
– ?Mas misterios?
– No -Joa sostuvo su mirada.
– No le gustara carcel egipcia.
– ?Que tiene contra mi?
– Obstruccion justicia, destruccion patrimonio nacional…
– En primer lugar, nada de obstruccion a la justicia. Le he ayudado resolviendo el caso -le corto ella-. En segundo lugar, yo no he destruido ningun patrimonio. ?O cree que soy responsable de esto? -senalo el agujero.
– Si.
– Pero usted es un buen policia. Sin pruebas no va a detener a nadie -remarco sus siguientes palabras-. Es la ley, acaba de decirlo. ?Quien creera que una chica ha provocado el hundimiento de una cueva?
Kafir Sharif miro el agujero de la tierra y volvio a mirar a David y a Amina.
– ?Ustedes confirman version?
Los dos asintieron con la cabeza.
– Necesito declaracion -parecio rendirse el egipcio.
– ?Otra vez a la comisaria? -suspiro Joa.
– Senorita Georgina Mir…