– Nada, en el asiento de atras, escuchando.

– ?Iba armado? -pregunto Mason.

– No lo se, no me lo dijeron. Supongo -anadio Maigret-. Al principio tu suegro nego todo. Segun me contaron, tenia mucho miedo. Le temblaban las piernas. El hombre estaba muy nervioso, no le salia la voz. Empezo diciendo que no se acordaba de nada, luego que el recibia ordenes y que hacia lo que le mandaban, pero juraba y perjuraba que del padre de Poe no se acordaba, porque el estaba con la cabeza todo el tiempo puesta en 1940, hasta que le dijo que no, que era en 1960 cuando lo habia matado, en Madrid, no en Albacete, y como fue, y entonces parece que si se acordo. Tanto que quiso sacar la pistola, pero Poe saco la que le habia dejado Marlowe. El policia trato de quitarsela. Poe me dijo que en ese momento supo que le mataria a el como habia matado a su padre. Forcejearon. Un tiro fue al suelo, otro a la pierna y otro le dio en la cabeza. Y que todo sucedio muy deprisa.

– ?Y tu, siendo policia, te creiste todo ese cuento? -pregunto Paco Cortes.

– Si.

– ?Nadie oyo los tiros, nadie vio el coche?

– No.

– ?Y por que no diste parte? Te jugabas mucho si te descubrian.

– Llegue a un pacto con Poe. Si veia que las investigaciones llegaban cerca de mi, el se entregaria y contaria una version maquillada de los hechos, sin mencionarnos ni a Marlowe ni a mi. Por experiencia se que un diez por ciento de los asesinatos se quedan sin resolver o sin detener al culpable. No se perdia nada esperando unos dias. Y siempre podria negarlo todo. Luego las sospechas apuntaron hacia ti, y nos tranquilizamos.

– ?Y tu te creiste que Poe se entregaria? ?En que parte has visto tu que alguien se entregue a la policia y confiese su crimen?

– En todas partes, a diario. Y Poe lo habria hecho, de eso estoy seguro.

– Me hubierais dejado solo -dijo Paco sin demasiado pesar, tampoco muy convencido.

– Las acusaciones eran insostenibles. Estaba claro que no te hubiese pasado nada.

– No, podrian haberseme complicado las cosas. La vida esta llena de falsos culpables y de falsos inocentes. Y yo siempre he dicho que el crimen perfecto trae aparejado un falso culpable y la condena de un inocente.

– No dramatices. El caso es que cuando pasaron los tres primeros meses -siguio diciendo Maigret-, todo eso fue diluyendose, y en comisaria volvio a cobrar fuerza la teoria del atentado, de los Grapo. Es una suerte que en Espana haya un grupo como ese, porque cuando algo no cuadra, se le atribuye.

– Pero tu supongo que tendras una teoria, por si llega el caso de que tengas que echar mano de ella.

– No. Unas veces pienso que fue un accidente. Poe no es alguien que responda a la tipologia del asesino. Pero al mismo tiempo, fue capaz de organizar ese secuestro, para hablar con don Luis. Yo insisti mucho; podrias haber hablado con el en otra parte, le decia. No, repetia. Queria hacerlo en un sitio del que no pudiese marcharse. Tenia que oirme todo lo que no quiso escuchar de mi padre. Y ademas creerme. Y tambien me dijo Poe que si tu suegro hubiese pedido perdon, no hubiera pasado nada, pero solo se le ocurrio sacar su pistola y luego arrebatarle a Poe la suya. Lo que nunca sabre es por que le pidio a Marlowe que lo acompanara ni por que me lo pidio a mi. Poe es lo bastante inteligente como para haber pensado en otra manera de acabar con tu suegro, si eso es lo que le interesaba, o hacerse oir, si era lo que perseguia. Ni necesitaba a Marlowe ni me necesitaba a mi.

– No lo creo -dijo pensativo Paco-. He hablado con ellos dos, con Poe y con Marlowe, y ahora contigo. Ellos son buenos amigos y sobre todo son muy jovenes; no creen en la justicia, pero si en la justicia poetica. Lo que hicieron, lo hicieron juntos, por justicia poetica. Si lo hicieron. Quiero decir, si se pudiese probar que lo hicieron. Mientras no se les pueda probar, ellos no cometieron ese crimen. Basta con que tu sigas negando que fuiste a recogerlos. Poe me dijo, textualmente: Tu suegro al final murio por su propia estupidez; no me siento responsable de su muerte, pero tampoco me apena que haya muerto.

– A mi -dijo Maigret- llego a decirme mas. Me dijo: En el fondo me habria gustado que aquella pistola no se disparase; que hubiese podido vivir con el miedo que hemos vivido todos, y que hubiese llevado su infierno en este purgatorio.

Mason habia estado todo el tiempo taciturno. Por fin abrio la boca, y dijo:

– Puesto que son culpables, lo mejor seria decir la verdad. Desde ahora yo tambien soy complice y la verdad nos hace libres. Eso al menos es lo que estudiamos en Derecho.

– No, Mason -dijo Maigret-. A mi, si se supiese la verdad, seguramente me haria menos libre, y a Poe le haria menos justo. Y acuerdate de aquello que decia Sherlock Holmes: muchas veces deteniendo al criminal se causa un perjuicio mucho mayor que el que el causo cometiendo su crimen. Y en este caso es algo palpable.

– Las cosas estan bien como estan ahora. ?No me dijiste una vez, Modesto, que tu estarias dispuesto a encubrir un crimen segun en que circunstancias, y que por ello eras abogado? No vas a tener mejor ocasion de hacerlo que en esta.

Mason rumio estas palabras de su amigo Paco y asintio con la cabeza.

– Miralo como una manera simbolica y poetica de cerrar la guerra -anadio Paco Cortes-. Ya lo decia Poe. Todo esta en el pasado. Si sojuzgase a Poe y a Marlowe, si se probase que fueron ellos quienes mataron a mi suegro, cosa que esta por ver que se pudiera probar, no se habria arreglado nada. Ahora Poe, o Poe y Marlowe, han traido, sin haberlo pretendido, mas justicia a este mundo y mas tranquilidad. Ha sido la propia vida quien se ha cobrado su tributo. Poe y Marlowe no han hecho mas que de recaudadores.

– Pero ese es el cuento de nunca acabar. En el mismo caso de Poe habra lo menos en Espana doscientas mil personas -dijo enfadado Mason, que nunca perdia los estribos-. Y si cada uno de ellos se dedica a quitar de en medio a su particular verdugo, en Espana habria en quince dias otros doscientos mil muertos. Otras doscientas mil injusticias.

– No exageres. Mason -dijo Paco-. Si se pudiese hacer esa justicia tan silenciosamente como se ha hecho por esta vez, seria una maravilla. Si todos los malvados desapareciesen discretamente en unas horas, el mundo mejoraria.

– ?Por Dios, Paco! Lo que acabas de decir es una barbaridad. No somos asesinos. Al mundo lo hacen bueno tambien los malos -arguyo Mason.

– Eran ganas de hablar, Modesto. Como en las novelas.

Se quedaron los tres reflexionando en silencio.

Al cabo de un rato dijo Maigret:

– Poe y Marlowe han actuado en la sombra. Y en el fondo si nadie en la policia quiere volver sobre el caso, es porque todos creen que esa muerte era la que le estaba destinada a tu suegro desde siempre.

– Exactamente, Lorenzo -dijo Paco, dirigiendose a Mason-. Pongamos las cosas a la inversa. Imagina que en la punta de su dedo tu suegra tiene un boton, y que, pulsandolo, le devolvia la vida a su marido. Es una bellisima persona, muy religiosa y no me cabe la menor duda de que fue ademas una buena esposa, hasta donde pudo serlo, y una madre estupenda. ?Creerias que lo apretaria?

Mason, cabizbajo, busco una respuesta, sin hallarla.

– Eso no va a ocurrir nunca. Y lo que no puede ocurrir es de tontos pensarlo, asi que no esta bien ni siquiera que lo plantees. Eso es demagogia policiaca, no un problema moral. ?Le contaras todo esto a Dora? -interrogo a su amigo Cortes.

– Si, mas adelante. Cuando le sirva la verdad para algo mas que para la desesperacion.

Se hacia de noche. Aquella reunion habia durado mas tiempo de lo normal.

– Es curioso -concluyo Paco Cortes-. En las novelas el Crimen Perfecto no es posible. Atentaria contra la norma de las propias novelas policiacas, porque sobrarian en primer lugar los detectives y los policias. Los crimenes perfectos solo pasan en la vida, y es en la vida donde cumplen su funcion. En las novelas de Crimen Perfecto, todo suele empezar por un cadaver que aparece como por casualidad, y hay que averiguar de quien se trata y quien es el asesino. A nosotros nos ha pasado al reves. Nos hemos tropezado con uno al final de los ACP, y ademas era de alguien que todos conociamos. Llevabamos un monton de anos buscando como los alquimistas un crimen verdaderamente perfecto. Y no lo encontrabamos. Y ahora que tenemos uno, no nos sirve de nada, porque ni siquiera podemos participar a los demas nuestro descubrimiento. Ya digo, como los alquimistas: hemos hallado la piedra filosofal, pero no podemos confiar a nadie nuestro secreto.

– ?Quiere decir eso que no va a pasar nada, que nada ha ocurrido? -pregunto Mason.

– Nada ha ocurrido, y ha ocurrido todo. La vida -dijo Paco- no se acaba nunca, y cuando parece que va a hacerlo, se abre para otros. Los mecanismos tienden a la mecanica. Los organismos a la vida, y la vida da vueltas.

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