parecia ya inevitable.
No tenian mas que decirse. El tren llego al anden moribundo, entre resuellos chirriantes.
– Me ha gustado mucho eso de tu amigo Ed Donovan, alias Jose Calvario -dijo Poe-. ?Por que no vuelves a escribir novelas, Paco? Es muy dificil mentirle a quien ha sufrido mucho.
– Poe, siempre dije que de todos los ACP tu eras el mas listo y el mas sagaz. ?Por que no te crees ahora lo de Ed Donovan?
– Porque no hay ninguna calle de Margarita Gautier en todo Castellon.
Paco sonrio como un nino al que han sorprendido metiendo el dedo en el tarro de la mermelada.
Se estrecharon la mano. Poe se quedo de pie en el anden, ya vacio. Arranco el tren y Paco Cortes repitio un impreciso gesto de amistad y despedida. Poe le correspondio con otro en el que los adioses se hicieron aun mas difusos.
Paco bajo la ventanilla; no oia lo que decia su amigo.
– ?Que dices, Poe? -grito Paco con el tren en marcha.
– Que por muy inteligente que seas, las deducciones perfectas a veces estan equivocadas.
– ?Que?
Paco no habia oido las ultimas palabras, y cabeceaba mientras hacia pantalla con la mano detras de la oreja.
– Nada -respondio Poe con una triste sonrisa en el rincon de la boca, y anadio como si necesitara oirselo al menos a si mismo-, que esto no es una novela.
Al dia siguiente Paco Cortes volvia a entrevistarse con Marlowe en la cafeteria de la Puerta del Sol. La gestion del negocio le dejaba pocos momentos libres.
– Sabras que ayer he estado con Poe.
– No, no lo sabia -mintio Marlowe.
– ?No te ha llamado Poe?
– No.
– No me lo creo. Conseguisteis que mi suegro os acompanara hasta la Fuenclara, y alli uno de los dos lo liquido.
– ?Lo sabes o lo preguntas?
– Has hablado con Poe.
– De momento eso no es un delito. Y ademas, ?que harias tu si alguien acusa a un buen amigo tuyo de un asesinato? En efecto. Pudo ser Poe. Yo te dije que me extranaba que fuese el, porque no se llevaba bien con las armas. Ahora dices que pude ser yo. Pude, en efecto, ser yo, aunque no tenia movil. Pudimos ser los dos, el puso el movil y yo puse el arma. Pero pudo ser otro cualquiera. Y eso es lo que hace de este crimen un crimen perfecto: tenemos cadaver, tenemos moviles, tenemos sospechoso o sospechosos, pero no tenemos al asesino. Por si fuese poco, esa muerte ha beneficiado a todo el mundo: a su familia en primer lugar, a sus companeros de trabajo, a las que fueron sus victimas y a la sociedad, que cuenta ya con un bicho menos. ?Que mas se puede pedir? Y si estas esperando que uno de nosotros dos dijera: he sido yo, o ha sido el otro, o hemos sido los dos, vas listo. Y a estas alturas, ?donde encontrariais testigos que desbarataran una coartada? No una coartada de Poe o mia, de cualquiera. Encontrad a un sospechoso que diga: a esa hora yo me encontraba almorzando en tal lugar. Han pasado dieciocho meses. La policia tampoco tiene el arma ni esta esperando en algun rincon de un armario un traje con manchas de sangre de tu suegro o unos zapatos con barro de la Fuenclara. Te lo dijo Poe y te lo repito yo. Por suerte para los crimenes perfectos, esto no es una novela. Y que conste que no tengo nada contra ti, por querer saber la verdad. Era tu suegro. Si hubiese sido el mio, seguramente me habria tocado hacer lo mismo. Pero olvidate de encontrar al asesino, porque no lo hay.
– Pero estuvieron a punto de endosarmelo a mi. Te recuerdo que durante unos dias hubo quien penso que me lo habia cargado yo, incluso que habia sido un complot de los ACP. Hubierais permitido que me lo echaran encima.
– No presumas, Paco -dijo el relojero.
Paco Cortes y Marlowe se despidieron como buenos amigos. Nunca habria pensado Paco que Marlowe hubiese sido capaz no ya de cometer un asesinato, sino de blindarse tan oportunamente de razonamientos, el, que parecia un tipo caprichoso y extravagante.
– Los dos son inteligentes -les dijo dos dias despues a Maigret y a Mason, frente a unos whiskies, en el Trafalgar Pub de Fuencarral-. Quien iba a decirlo. Los alevines de los ACP dandonos lecciones a los veteranos. El unico fallo lo cometio Marlowe con lo de las tres balas, pero fue lo bastante habil y tuvo la suficiente sangre fria para negarlo. Poe le hablo de su padre y de lo que mi suegro le habia hecho, quiza le convenciera de llevar a cabo un crimen perfecto, y Marlowe, con ese espiritu deportivo que tiene siempre, se presto a ello. Solo hay algo que no cuadra. No pudieron hacerlo solos. El lugar en el que aparecio el cadaver es un descampado. La boca de metro mas proxima esta a una hora andando, y la parada mas cercana de autobus, a media. Llevarian el arma homicida encima.
No creo que se expusiesen a andar por aquellos lugares y permitir que alguien les viese y les pudiese identificar. Ni Poe ni Marlowe tenian entonces coche ni creo que supiesen conducir. De modo que hay que pensar que alguien les estaria esperando. Y ?donde buscar mejor que entre los ACP?
Maigret y Mason lo miraron asombrados. Aquel era el Sam Spade de siempre, implacable, analitico, sin dejar resquicios de ojos oscuros y frios que se abrian paso entre los hechos con el sigilo infalible del lince.
– Si quereis podemos repasar quien pudo ayudarles -insinuo Paco.
– Te olvidas que su novia, la danesa, todavia no habia muerto, y ella si tenia coche.
– Es verdad -admitio el ex novelista-. Y podia haber accedido por dos razones: dinero o amor. Poe me dijo que de haberlo hecho el, lo habria hecho por amor. O, puesto que para entonces estaba ya metida de nuevo en la droga necesitaba dinero. Pero cualquiera que sepa de crimenes perfectos sabe que no se debe confiar en nadie por dinero para cometer un crimen. Ese es el eslabon por donde antes se rompe esa cadena. Por amor pudo hacerlo, pero no es probable. Por entonces estaba ya regularmente con su marido y ademas no tenia la menor experiencia criminal, ni antecedentes. Los criminales no se improvisan. Sigamos. Descartemos al padre Brown…
– No es logico -dijo decepcionado Mason.
– Un cura puede recoger y encubrir, de momento, a un criminal, pero no creo que este dispuesto el mismo a cometer un crimen.
– La pobre Miss Marple… Por cierto, me llamo hace un mes. Me preguntaba si ya no ibamos nunca mas a volver a nuestras reuniones. Le dije que le avisaria en el caso de que volvieramos a vernos. Si llegase a saber que estamos barajando su nombre como encubridora de un asesinato real, huiria despavorida y no volveria a vernos en lo que le queda de vida. Pobre Miss Marple… Sherlock habria sido capaz de eso y de mucho mas. Es un hombre calculador, pero interesado, tanto, que le habria delatado el movil. En este caso, no tenia ninguno para matar a alguien que no conocia. Hemos de descartar tambien a los ACP que ni Poe ni Marlowe conocian, porque los trataban poco…
– Milagros tambien tiene coche -recordo Maigret.
– Y Milagros hubiera sido capaz no solo de ayudarles a cometer ese crimen, sino a cometerlo ella personalmente. Por novelera. Pero ni Poe ni Marlowe tenian ninguna relacion con ella, aparte de la que mantenian cuando se veian aqui, que era ninguna, porque sabeis de sobra que Milagros y la Esfinge son hermanas. Dejemos aparte a Nero y a los demas. Solo quedamos nosotros tres. Tu, Mason, no te lo tomes a mal, eres un inutil para el negocio asesino.
– Tampoco es eso -protesto su amigo.
Paco giro los hombros para dirigirse a Maigret, dando a enteder que aquello iba a ser solo una cuestion que dirimirian entre ellos dos.
– Te sigo -dijo el policia muy solicito-. Estoy muerto de curiosidad.
– Pude ser yo -admitio Paco-. De hecho es lo que al principio creyeron en la policia. Pero hubiese sido absurdo que pudiendo haberlo cometido yo solo, quisiese cometerlo con otros, a los que en principio no podia imaginar en que les iba a beneficiar. Para entonces yo no conocia la relacion que existia entre Poe y mi suegro, asi que dificilmente podria haberle propuesto que entrara en la combinacion. Respecto a Marlowe habria sido la ultima persona a la que hubiese confiado un secreto de esa naturaleza. Yo conduzco, es verdad, pero daba la casualidad de que el unico coche del que hubiera podido disponer lo conducia en ese momento mi suegro, al que es dificil