hipotesis, y decir que investigaran a Poe, ?no os parece?
– ?Lo vas a hacer? -pregunto Paco.
– No, ?para que? Estoy de acuerdo con Mason. Cada dia salen de la carcel gentes tanto o mas culpables que el, en el caso de que el lo hubiera hecho. Y otros que siendolo mucho mas, ni siquiera entran, y aqui no pasa nada. Desde luego que no voy a decir ni mu, para mi seria una complicacion. Lo que no acabo de entender es que interes tienes tu, Paco, en que se sepa la verdad. Si llegara a conocimiento de tu suegra el nombre del asesino de don Luis, obraria en consecuencia, y por mucho que detestara a su marido, todo lo que ella es, catolica, una persona de orden, con una conciencia chapada a la antigua, etcetera, etcetera, le llevaria tambien a detestar a su asesino, y seria la primera en pedir justicia. Dora, por lo que cuentas, quiza tampoco te lo perdonara.
– Quien no me lo perdonaria seria mi cunada, si se llegase a enterar de que yo sabia quien era el asesino de su padre, y no lo denunciaba -admitio Paco.
– ?Y desde cuando te importa tu cunada?
Paco guardo silencio.
– Vamos a dejarlo estar -anadio un Mason conciliador-. Aparte de que en absoluto me creo que Poe tenga nada que ver en todo eso, la experiencia me dice que algo va a salir mal como sigamos por ese camino.
Paco Cortes prometio olvidarse del caso, pero en cuanto dejo a Maigret y a Mason, fue a buscar a Marlowe.
El unico que seguia realmente en relacion con Poe era Marlowe. Paco y Dora habian hablado dos o tres veces con Poe, pero ni siquiera tenian su direccion. Paco hablo con el joven relojero.
A este la vida le sonreia. Su padre, ya jubilado, se habia marchado a Alicante buscando temperos mas dulces para sus huesos viejos, y le puso a el al frente del negocio relojero. Sus ansias de independencia y de pendencia habian llegado a su fin. Preparaba su boda para el ano siguiente. ?De Poe? Desde luego que seguian en contacto.
– Viene de vez en cuando a Madrid. Cuando lo hace se queda a dormir en mi casa.
Era la primera vez que tenia noticia de que Poe viniese a Madrid. ?Por que, entonces, nunca habia querido visitarlos? Le constaba que por su hija Violeta sentia verdadero carino. Le dolio enterarse asi de la intrascendente doblez, pero no le dijo nada a Marlowe. Fue directamente al grano. Quiso saber si su padre conservaba su coleccion de pistolas.
– Si.
_? Nunca ha echado de menos alguna vez alguna de ellas, tanto de las de coleccion como de las que usabais en los ejercicios de tiro?
– Nunca.
Le pregunto igualmente Paco Cortes si conocia bien a Poe.
Marlowe, que en principio no recelaba nada de este interrogatorio, se mostro un buen colaborador con su amigo, y ni siquiera quiso saber a que venian todas esas preguntas. Y quiza fuese esa naturalidad tan bien fingida lo primero que desconcerto a Paco. Se encontraban en una cafeteria de la Puerta del Sol, Vanessa, que acababan de abrir. Pese a que se habian refugiado en una especie de gallinero al que se accedia por una escalera, el estrepito de los autobuses, que congestionaban y obturaban la calle de Alcala, se colaba dentro y estorbaba las confidencias.
Quiza el propio Marlowe, buen lector de novelas policiacas, comprendio que no podia no mostrarse perplejo, y acabo preguntando a su vez; pero ya era tarde.
– ?Por que quieres saber todas esas cosas de Poe, Sam?
– Ya soy Paco, Isidro. Y eso no es un juego. Quiero unicamente que me digas si te hablo alguna vez de su padre.
Mas que las respuestas, son importantes, para segun que preguntas, como se impresionan las palabras en el rostro del interlocutor, los gestos que hace, por minimos que sean, un parpadeo, esa fraccion de segundo en la que los ojos miran a otra parte y se corrigen de nuevo, la mano que busca un cigarrillo, o a veces la mas ostentosa interrupcion, como llamar a un camarero, mirar a uno y otro lado para cruzar una calle o levantarse para ir al cuarto de bano, todo con tal de ganar tiempo y pensar una respuesta adecuada.
– No querria ser indiscreto con Poe, Sam, Paco. Entiendelo. Dime para que quieres saber todas esas cosas.
– ?Te pidio alguna vez Poe que no contaras a nadie lo que te conto a ti de su padre?
– No, nunca, pero creo que eran cosas muy personales suyas, e intimas. Yo no creo que tenga derecho a contarlas ahora.
Fue entonces el propio Paco Cortes quien lo hizo, quien le relato la historia de Domiciano Hervas, su militancia en la UGT antes de la guerra, los diversos destinos durante la guerra, en diferentes frentes y en los distintos cometidos, su apresamiento y posterior internamiento en el campo de Albatera, su liberacion posterior, sin cargos, el desafortunado viaje a Madrid y su detencion.
– ?Te hablo Poe de mi suegro? -insistio Cortes.
Marlowe no podia negarse a contestar. Le bastaba estar alli con el, para sospechar que su amigo lo sabia ya todo. Los dos sabian que lo sabian. Para Paco solo era cuestion de esperar un poco de tiempo, el que quiza Marlowe ya no tenia, por eso cambio la mirada y busco con los ojos al camarero. De haber podido le hubiese pedido, mas que una nueva consumicion, claridad para sus ideas. Paco le observaba en silencio. Ahora sabia que todo era labor de la paciencia.
– Si, sabia que habia sido el policia que detuvo a su padre -admitio al fin Marlowe-, o al menos el que lo interrogo cuando lo detuvieron, el que dirigio los interrogatorios y el que le devolvio a casa.
– La primera vez o la segunda.
La expresion de Marlowe fue de sorpresa. A el solo le constaba una vez, poco antes de que muriese. Paco le puso al corriente de la primera detencion y la fama de don Luis en Albacete en 1939.
– ?Te conto que el le torturo? -pregunto despues Paco.
– De eso no dijo nada. No se si lo sabria o si no quiso hablar de ello. Supongo que se imaginaria que si lo hizo. ?Piensas que fue Poe quien lo mato? Yo no lo creo.
Ahora era Marlowe el que contratacaba.
– Es incapaz de matar a nadie -continuo diciendo-. Yo estaba delante cuando cogio una pistola por primera vez. Fue precisamente el 23 F, en la galeria de tiro. Y viendole coger a alguien una pistola, se sabe si puede ser o no un asesino, como cuando le ves coger a alguien una paleta sabes si es o no un albanil. Eso se nota a la legua. Y Poe seria incapaz de matar a una mosca, como suele decirse.
– Tu dijiste que Poe era zurdo. ?Te acuerdas?
– Me acuerdo. Era una broma. ?Como iba a pensar que hubiera podido el solo haber matado a un hombre tan experimentado como tu suegro?
– ?Y por que sabes que quien mato a mi suegro lo hizo solo? Dejemos eso ahora. ?Nunca echaste en falta ninguna de tus pistolas?
– Nunca. Desenganate, Poe no ha sido. La mayor parte de los crimenes perfectos no pueden resolverse nunca por una serie ilimitada de coincidencias. En unos casos las coincidencias desbaratan lo que era perfecto, y en otras, la casualidad convierte en perfecto un crimen que no era mas que una chapuza. Ademas, ?como logro llevar a tu suegro hasta alli? ?Que le dijo para que el otro tragara el anzuelo? Tres disparos… Pobre Poe. Se hubiese muerto de miedo al primero. Esa pista no te llevara a ninguna parte.
Paco Cortes fue a la comisaria esa misma manana a ver a Maigret, en cuanto se despidio de Marlowe.
Queria el informe de la policia. Siempre, en todo momento, se habia hablado de dos disparos, uno en la pierna y otro en la cabeza. Marlowe menciono tres. No era precisamente un detalle que careciese de importancia. Y lo cierto, como le confirmo el propio Maigret, es que habia habido un tercero, descubierto un dia despues, en los talleres de las dependencias policiales, en el curso de una revision mas minuciosa del coche. Habia en efecto un orificio de bala que atravesaba el suelo de la parte derecha, correspondiente al asiento del acompanante. El mal estado de la alfombrilla disimulaba el agujero. Como para entonces la nota policial hablaba de dos disparos, este tercero ni siquiera logro el protagonismo que merecia, pese a que podria ser el que pusiera en la pista a Paco para el esclarecimiento de la muerte de su suegro. De hecho, al volver a casa comprobaria lo cierto de ese tercer disparo, inspeccionando el coche de su suegro, que Dora y el usaban, en realidad que el usaba, porque para Dora, sabiendo que alli habian asesinado a su padre, era superior a sus fuerzas meterse en el.
Maigret fue de la misma opinion que Paco.