– Si, de La Almunia, pero su familia venia de Albacete -informo Marlowe.
– ?Y que tiene que ver eso con tu suegro? -pregunto Mason.
– Es solo una intuicion -dijo Paco-. ?Como aparecio Poe por esta tertulia?
Ninguno de los tres amigos recordaba los detalles. Paco lo hizo.
– Dijo que estudiaba en la academia que esta aqui arriba. Nos dijo tambien que preparaba el acceso a la universidad. ?No es cierto?
Mason y Maigret empezaban a recordar. Marlowe asintio.
– He estado en el Rectorado de la Universidad. Consegui ver el expediente academico de Poe. El ano pasado, cuando mataron a mi suegro, Poe estaba matriculado en la Universidad, en el turno de tarde, pero en tercer curso de Derecho. Lo que quiere decir que el ingreso lo habia hecho dos anos antes. ?Por que mentia en algo tan inocente?
– ?Adonde quieres ir a parar?
– La represion en Albacete, cuando termino la guerra, fue horrible. Murieron cientos de personas. Lo sabe todo el mundo.
– ?Otra vez la guerra civil? -protesto Maigret-. Espera,
Paco. A tu suegro le trasladan de nuevo a Madrid en 1949.
Consulto Maigret la chuleta en la que habia copiado el expediente laboral de don Luis.
– Ademas -anadio Maigret- el padre de Poe debio de morir ya en los anos sesenta.
– En el ano sesenta, exactamente -confirmo Paco Spade-. Poe nacio en el ano sesenta. Tiene ahora veintidos o los cumple este ano.
– ?No estaras insinuando que Poe es sospechoso de algo? No es logico -dijo un Mason a quien la logica volvia a preocupar.
– La logica en estos asuntos de la guerra civil no tiene la menor intervencion. Las cosas que pasaron tampoco tuvieron logica. Habria que saber unicamente si entre el padre de Poe y mi suegro hay un vinculo.
– Imaginemos que lo hubo, que la vida les junto a los dos. De ahi a que el hijo de uno matara al otro es tan inverosimil como una novela de Agatha Christie.
– No te metas con Agatha Christie, Loren -advirtio Mason muy dolido.
– Es una corazonada.
– ?Corazonada?
– La mayor parte de las novelas de Chandler estan hechas con corazonadas. Alli todo el mundo tiene una, y los casos se resuelven porque tienen corazonadas. No se sabe por que los americanos pueden tener corazonadas, y los espanoles, no. Quiero decir -continuo Paco- que Poe era un tipo especial. Introvertido, serio, atento. Y muy inteligente. Jamas se confio a nadie…
– A Marlowe -dijo Maigret-. Y a mi mismo. Hemos estado viendonos hasta que se marcho a Castellon. No era tan introvertido. Conmigo hablaba.
Marlowe miro a Maigret, pero no dijo nada.
– ?Y que te ha contado de su vida? -pregunto Paco-. Para las veces que habeis estado juntos, ?que es lo que sabes tu de el? Ahora es el momento de decirlo, si lo sabes. Si la suya es una pista mala, la abandonamos. Pero no vas a poder decir nada. Porque Poe no hablaba nunca de si mismo. Podia pasar por alguien incluso desenvuelto, sociable. Se sumaba a las conversaciones, intervenia, pero en el fondo nadie conoce nada de el.
– Esa es la verdad -admitio Maigret-. El primer dia me dijo que no habia conocido a su padre porque habia muerto ya cuando el nacio. Y nunca mas me hablo de eso, ni de sus hermanos. Me dijo que los hermanos le sacaban bastantes anos. Pero ahi se pararon sus confidencias.
– Y tu, ?que mas sabes de mi suegro? -pregunto Paco a Maigret.
– Que se vino a Madrid, y que ya no se movio de aqui. Y la fama que tenia ya conoces cual era.
– Eso -dijo Paco- es como no saber nada. Alguien tiene que saber mas cosas de el.
– La vida de un policia -reconocio Maigret- es, por una parte, los casos en los que ha intervenido y, por otro, la relacion con los companeros. Pero olvidan antes que nadie, porque no podrian vivir con todo lo que la vida les echa encima. Ni siquiera a los que tienen mas cerca les cuentan ni una decima parte de lo que sucede en su trabajo. Un policia vive siempre dos vidas, y de una de ellas, precisamente la de policia, lo olvida todo cuando sale de la comisaria. Pero sucede tambien algo curioso. Si un policia tiene que recordar, puede recordar casos incluso que hayan pasado cincuenta anos antes.
– Tiene que haber un modo de llegar al centro de toda la historia de mi suegro. Toda historia tiene un centro, y no hay una sola a la que no se pueda llegar. Acordaros del anagrama de los ACP, un laberinto…
– Si, pero ese -recordo Mason- es un laberinto que no llega nunca al centro, lo roza, y te echa otra vez fuera.
Paco comprendio que no habia elegido bien el ejemplo, y rectifico sobre la marcha.
– Pues aqui haremos que llegue al final. Uno de nosotros ha de averiguar algo mas sobre mi suegro, y otro, algo mas sobre Poe.
Las investigaciones de los tres amigos, por llamarlas de alguna manera, se tropezaron con parecidas dificultades que las de la policia.
Transcurrio un ano con la limpieza que pasa en esta misma linea. La vida para todos ellos siguio como hasta entonces.
Por supuesto los ACP no volvieron a reunirse. Algunos lo habrian hecho gustosos, como Nero Wolfe, uno quiza de los que mas anoraba a sus viejos amigos. Empezo incluso nuevos libros de asientos, para poner al dia los asesinatos curiosos del dia, porque aquellos otros libros que le requisaron no se los devolvieron por mas que los solicito, y aparecerian un dia, como tantas cosas, en un contenedor, de donde alguien los rescataria para llevarlos a la Cuesta de Moyano o al Rastro, como de hecho sucedio. Ya nadie se acordaba de don Luis Alvarez, tampoco de Poe, menos aun de Hanna. La vida continuaba con su insignificancia. Incluso de Marlowe perdieron la pista Paco, Mason, Maigret. El joven relojero se habia echado una novia, se iba a casar, al fin llevaba personalmente el negocio de su padre. No era necesario ni siquiera que robara su propio negocio, como en cierta ocasion malicio Dora. Unicamente Maigret, Paco y Mason se veian de vez en cuando, almorzaban y comentaban como les iba en la vida.
Maigret, cada vez mas descreido de su profesion, se limitaba a sacar adelante su trabajo sin mayores alardes; Mason, con la mirada puesta en la jubilacion, llevaba sus casos de rutina, y Paco Spade, tras la muerte de Espeja el viejo, al que se llevo por delante una cirrosis traidora, puesto que era abstemio, y de acuerdo con Espeja hijo, que seguia siendo el dueno del negocio familiar, Paco se hizo cargo de la editorial, y remodelo y activo el negocio con la contratacion de nuevos autores y nuevas traducciones, como demandaban los lectores del genero. En el aspecto sentimental y familiar de los tres amigos, las cosas habian variado ligeramente: Maigret iba igualmente a casarse en breve, Dora estaba embarazada de su segundo hijo y a Mason la hija mayor se le habia metido monja.
– Monja en estos tiempos -se quejaba amargamente el padre.
– Siempre sera mejor que policia -le consolaba su amigo Maigret.
– O que dar cuentas a un Espeja -corroboro Paco.
Cierto dia sucedio algo que vino a cambiar las cosas.
La suegra de este, que parecia haberse remozado en muchos sentidos tras la muerte de su marido, en otros, los mentales, dio muestras de una senilidad cada vez mas preocupante, desarrollando manias enteramente nuevas, y asi dio en temer que los socialistas iban a quitarle la pension, a ella y a todas las viudas de militares y policias que hubiesen servido en tiempos de Franco.
Esa mania encontraba eco, naturalmente, en otras amigas suyas, viudas igualmente de militares y policias, que de forma mas o menos estridente, manifestaron sus temores y organizaron una Sociedad para la vela de sus intereses o, como solia decirse entonces, para defensa de su problematica.
– Me ha llamado la mujer de un companero de tu suegro. Su marido esta preocupado. Hablan de depuraciones en la policia y de recortar las pensiones. Incluso podrian quitarme la mia.
A dona Asuncion, asustada, todo le asfixiaba. Se veia poco menos que mendigando por las calles.
– Tranquila, ?que ha sucedido?
Estaban almorzando un domingo, en casa de Paco y Dora.
– Han publicado un libro en Albacete en el que el marido de esta amiga mia y tu suegro no salen bien