correspondia trazar una politica industrial del estrenimiento. Una planificacion racional. Para complacer a su padre improvisaba toda clase de estupideces al respecto. Decia que los capataces de las maquinas apisonadoras se resentian de mas estrenimiento que los simples obreros de las apisonadoras porque no conducian las apisonadoras mientras que los obreros si que las conducian. La constante trepidacion de las maquinas facilitaba la necesaria trepidacion de los intestinos y actuaba como inductora de la defecacion. Anadia que por esta razon los asientos de las apisonadoras habian sido oportunamente equipados con un recipiente para defecar sin necesidad de que el obrero interrumpiera el trabajo de apisonamiento. Anadia que los resultados estadisticos de los ultimos cuatro anos habian sido enviados a las autoridades sanitarias federales y estatales para su estudio y analisis. El segundo hijo de Joe y Mom llamado Patrick enfocaba el asunto desde una vertiente teologica puesto que su campo era la teologia. Argumentaba que el estrenimiento estaba intimamente relacionado con los designios del Todopoderoso que habia elegido a sus mas queridas criaturas para que lo sufrieran y de este modo acumularan meritos para la salvacion de sus almas. La hermana menor de Pansy que se llamaba Susi debia cerrar las intervenciones anteriores anadiendo una nota de alegria familiar y en fecha tan senalada agradecia a los peregrinos llegados a este gran pais aquejados de almorranas sus sacrificios y su impagable generosidad. Por ultimo Pansy entonaba una cancion absolutamente diarreica acompanada de ruidos de gases y expulsiones fecales que Joe grababa en dos magnetofonos al mismo tiempo. Mas tarde salian todos al porche donde Mom servia te arabe y datiles frescos que le enviaban sus parientes del Libano. Llegado un momento el hijo mayor Peter se acercaba por detras a su madre Mom y sin mediar palabra la derribaba al suelo y la dejaba pataleando alli sin poder levantarse hasta que su otro hijo el teologo Patrick la ayudaba a levantarse. Este espectacular derrumbamiento anual de la madre arabe de Pansy era lo que mas regocijaba al padre de familia quien entonces ponia musica de Wagner a todo volumen invocando a Ala.
De todas formas Juan preferia la atmosfera desquiciada de Truth or Consequences a la atmosfera oprimente de su casa familiar donde nadie tenia que molestarse en derribar al suelo a su madre porque ella sola vaciando botellas de Tio Pepe caia como una breva madura.
Uno dos. Uno dos.
Grabando.
Grabando que pocas veces iban a comer a un restoran para celebrar algun acontecimiento. La madre de Juan aseguraba que nunca tenia nada que celebrar. Repetia que en la vida no valia la pena celebrar mas que no haber nacido y eso era imposible. La ultima vez que salieron a celebrar algo la recordaba Juan con todo detalle.
Su madre se resistia a salir entre otras razones porque estaba gordisima y no le cabia la ropa. Pasaba el dia comiendo pasteles de boniato y empanadillas de calabaza. Tenia que ponerse el abrigo para ir a la calle aunque fuera en pleno verano. Por casa iba siempre en camison.
Pero aquel dia era uno de los pocos dias buenos que recordaba Juan. Habia empezado de un modo prometedor. Cuando su padre aparecio a la hora de comer ella le hizo un gesto a Juan indicando que tocara la Marcha Real.
?Marcha Real! ?Marcha Real! ?Rapido!
Con una mano en la boca haciendo bocinilla Juan interpreto el himno como si fuera el corneta de un regimiento mientras su padre avanzaba por el pasillo. El mismo pasillo por el que dias antes habia rodado la dentadura postiza de su madre. La misma dentadura que surco el pasillo como un obus contra el craneo del repugnante esposo que se la metia por detras. Pero ahora la Marcha Real sonaba en honor al rey de la casa quien inmediatamente propuso celebrar el acontecimiento en un buen restoran.
?Vamonos a comer a un buen restoran! ?Hoy es un dia grande!
Entonces su padre pedia un taxi.
Su madre se ponia el abrigo encima del camison.
El portero avisaba por el telefonillo interior que el taxi ya habia llegado.
Y bajaron los tres a la calle.
Su madre iba totalmente embutida en un abrigo negro con un panuelo de seda que le tapaba el cuello del camison. Tambien llevaba guantes para ocultar sus dedos hechos una autentica llaga de tanto pelarselos con unas tijeritas curvas.
Subio resollando al taxi. Estaba demasiado gorda. Su padre se sento en el asiento delantero. Su madre y el se acomodaron detras. Su madre solto una gran bocanada de aire. Apestaba a alcohol.
Llegaron al restoran. Un camarero les acompano hasta una mesa. Su madre empezo a hacerle malas caras al camarero. Dijo que ese camarero la miraba de una forma que no le gusto nada desde el principio.
Se sentaron. El camarero trajo el menu. Le dio uno a la madre de Juan y otro al padre de Juan. Luego el camarero ofrecio a su madre llevarse el abrigo a guardarropia. Eso hizo saltar a su madre.
Aqui he venido a comer y no a desnudarme. Asi que no me moleste mas.
El camarero pidio disculpas. La madre de Juan le seguia atentamente con la mirada. El camarero se alejo. Estaba observando la mesa a una distancia prudencial y hablaba con otro camarero.
?Se puede saber que hace ese estupido hablandole a la oreja al otro camarero?
El padre de Juan se volvio a mirar a los camareros.
El camarero creyo que le llamaban. Se acerco otra vez a la mesa. Ustedes diran.
El camarero miraba al padre de Juan. Pero le contesto la madre de Juan.
Quien tiene que decir algo es usted.
Disculpe senora pero no la entiendo.
?No me entiende?
No senora.
Me extrana que con lo listo que parece usted no me entienda.
Disculpe senora.
Mire ya esta bien de disculpas.
Senora vengo a tomar nota de lo que quieren comer.
?Comer? ?Comer en esta pocilga?
Perdonen los senores pero esto no es una pocilga.
El padre de Juan quiso intervenir. La madre de Juan no le dejo intervenir.
Tu callate que estas mejor callado.
El camarero dijo que iba a avisar al encargado. El padre de Juan advirtio a la madre de Juan que no hiciera alli una escena desagradable. La madre de Juan miro a Juan. Como otras veces necesitaba un aliado.
Tu eres tan cobarde como tu padre si es que este es tu padre que eso aun no esta claro. Ninguno de los dos sabe pararle los pies a un camarero mequetrefe.
El encargado del restoran se acercaba a la mesa acompanado del camarero.
Vamos a ver que pasa aqui senores.
La madre de Juan miro al encargado del restoran y solto una carcajada. El encargado del restoran repitio a ver si me pueden explicar que es lo que pasa aqui senores. El padre de Juan dijo que habia un pequeno malentendido. La madre de Juan dijo que aqui el unico malentendido era su marido porque no sabemos si es el padre de este chico. Juan bajo la cabeza. El padre de Juan dijo esto no puede ser. O se callaba la madre de Juan o el se marchaba.
La madre de Juan pidio una botella de vino blanco. La madre de Juan pidio canelones. El padre de Juan pidio paella de mariscos. Miraba con asco a la madre de Juan. Miro a Juan con la misma mirada de asco. Juan tambien pidio paella de mariscos.
El encargado se alejo muy serio dando instrucciones al camarero.
El camarero se quedo cerca de la mesa. Parecia obedecer solo las ordenes del encargado. La madre de Juan le dijo no se quede ahi plantado como un pasmarote y traiga el vino. El padre de Juan se puso a canturrear como cuando se cortaba afeitandose en el cuarto de bano. En realidad penso Juan estaban aqui como si estuvieran en el cuarto de bano. No habia gran diferencia. Quiza no habian salido del cuarto de bano. Llevaban siglos encerrados los tres en ese mismo cuarto de bano. Su padre se afeitaba. Su madre merodeaba. Juan cagaba deprisa para irse cuanto antes.
El camarero dejo la botella en la mesa. La madre de Juan dijo que sirviera el vino. El camarero le sirvio el vino. La madre de Juan se bebio la primera copa de un trago. El camarero le volvio a llenar la copa. El padre de Juan carraspeaba. Canturreaba y carraspeaba exactamente igual que en el cuarto de bano.