primer piso de la Presidencial, indagaron de que se trataba un anuncio que no las excluia por las razones acostumbradas. Las que apenas sabian leer y escribir o no sabian del todo, eran conscientes de sus carencias, pero las manejaban con dignidad mostrando interes en aprender puesto que ahora habia al fin un gobierno que se preocupaba por ellas. Encargada de la logistica de la mision, Rebeca llego una y otra vez al despacho de Viviana, con ojos que delataban su emocion, a relatarle la conmocion del desfile interminable. La Presidenta vio por su ventana la linea ordenada de mujeres que se extendia sobre la calle y se perdia en los confines del parque. Lagrimeando tambien abrazo a Rebeca y luego ambas, como ninas, saltaron de alegria.
Segun el nivel de escolaridad, se clasificaron las solicitudes, se entrenaron grupos para llevar a cabo el censo por barrio, se reclutaron profesionales para puestos vacantes y mujeres para la policia, se elaboro un listado extenso de las que preferian trabajar como madres voluntarias. Las dependencias del Estado se llenaron de ropas de colores, los escritorios de adornos y plantas. El descarrilado buque de la nacion se bamboleo conducido por manos inexpertas, pero las nuevas funcionarias se tomaron a pecho el desafio y golpe a golpe, poniendo un pie delante del otro, dedicaron al trabajo lo mejor de si mismas.
Hubo protestas de mujeres. Consideraban que se violaba una disposicion divina al someter a los hombres a los oficios domesticos.
Se nos van a volver maricas, rezaban sus letreros.
– ?Que mas quieren? -gritaba Martina, furiosa-. Hombres con alma femenina.
Cigarras de palma
A veces, como en un acto de magia, los objetos se acercaban a Viviana. Flotaban ingravidos en un aire leve. Entonces se le ocurria que aquel lugar de los Recuerdos Siempre Presentes era una cueva de Ali Baba, un sitio salido de las
Sonrio al retornar a su sitio la libreta de notas. De pronto se vio rodeada de pequenas criaturas: cigarras, mariposas, grillos, hechos de palma.
Los ninos de Faguas, los ninos mendigos, hacian estas figuritas de palma para intercambiar por limosnas. Tejian flores, cruces. Sus preferidas eran las cigarras, imitaciones verdes de los insectos cantores que a ella le hacian recordar viajes a las regiones frescas del pais, avenidas de arboles verdes, tupidos, que, en la tarde, como si las hojas tomaran vida y hablaran, se llenaban de cigarras-sopranos y sonaba una musica insistente casi metalica, de altisimo registro, en medio de las umbrosas lineas de mangos o mameyes.
Viviana no se sorprendio al encontrar tantas figuritas de palma sobre las repisas. Las dejaba por dondequiera porque eran muchos los ninos que las ponian en sus manos. Ellos las hacian para un instante, para proteger su dignidad cuando pedian limosna. A ella, desde la primera vez que una mano infantil le brindo un animalito de esos, el gesto le prendio una llama de calor en el pecho. Asi fue que cuando empezaron el programa de las guarderias y hubo que pensar en un simbolo para los rotulos y la papeleria, le sugirio a la Ifi que usaran un dibujo inspirado en las figuritas aquellas.
La primera vez que un nino le dio una cigarra de palma ella no era Presidenta. Paseaba por las afueras de la Presidencial con una prima que vivia en Los Angeles y habia llegado de visita. Que cosas, penso. ?Quien le iba a decir entonces que algun dia ella cruzaria todas las mananas el enrejado del parqueo de la Presidencial en el coche manejado por Alicia, su chofer? No dejaba de causarle extraneza. Mientras caminaba hacia su despacho, los respetuosos saludos del personal la hacian pensar que quien pasaba era el Papa y no ella.
Juana de Arco estaba frente a la pequena mesa rodante que llevaba y traia para las reuniones. Tenia un escritorio a la entrada de su oficina pero decia que preferia la movilidad. Cuando ella no estaba en el despacho, Juana de Arco se instalaba al lado de una ventana a mirar la laguna verde intenso, el volcan Mitre a los lejos y las bandadas de pajaros planeando perezosos en el aire calido. No sabe los escalofrios que me produce ver el paisaje, le decia. Me recuerda Nueva Zelandia. Fue alli que descubri cuan sensible soy al verdor, a las nubes, cosas en las que nunca me habia fijado.
Martina contaba que Juana de Arco viajo diario en el ano que estuvo con ella en Nueva Zelandia a las clases donde aprendio administracion, ingles y computacion. Se bebia el conocimiento como esponja, los libros. Y tambien vio a una sicologa con la que empezo el exorcismo de su pasado. ?Que te decia la terapista?, le pregunto un dia Viviana. Me decia que uno escoge como se cuenta a si mismo la propia historia, que yo podia escoger contarmela en positivo o negativo, que hasta mi experiencia de puta podia convertirse en un recurso que me dotaba a mi de una sensibilidad especial para ver y comprender a las mujeres; algo que de cierta manera me preparo para esta etapa.
Me ayudo mucho dejar de sentirme victima, dejar de pensar que eso justificaba que me portara como antisocial el resto de mi vida. Fue casi magico lo que paso cuando empece a contarme mi historia de otro modo. Ahora entiendo que hasta las cosas mas terribles pueden convertirse en peldanos para cruzar al lado mas claro de una misma.
Pensando en eso, Viviana llamo a Juana de Arco por el intercomunicador:
– Buenos dias, Jefa.
– Veni -le dijo-. Traigo la cabeza hecha un nudo.
Entro sonriendo. Tomese un cafe, le dijo y se lo puso sobre la mesa.
– Creo que tenemos que crear un ministerio para que atienda las guarderias.
– ?Otro ministerio? Ya creo dos nuevos.
– Si, pero este es crucial. Pasame los periodicos.
Viviana leyo el titular, 'Gobierno crea Ministerio de las Libertades Irrestrictas'.
– Lo que mas me esta costando, parece mentira -le dijo-, es darle contenido de politica de Estado al erotismo. Veni sentate y ayudame a pensar.
– Pues todas ustedes son eroticas. Yo no me preocuparia.
– ?Como creamos una idea distinta de las sexualidad de nosotras las mujeres en este pais machista?
Viviana se levanto y empezo a pasearse por el despacho.
– Hay que derogar los concursos de belleza. Son una ofensa y aqui hay uno diario -anoto Juana.
– Podrian hacerse mixtos, ?no crees? Que gane el ejemplar mas bello, sea hombre o mujer.
Juana de Arco se tiro una carcajada.
– Genial -dijo-. Me encanta esa idea.
– ?Y si creamos cursos para que la gente aprenda a hacer el amor? La mayoria de la gente nunca aprende.
– ?Usted cree?
– Fijate que si.
– Se podria incluir una unidad de 'Erotismo' en las clases de Maternidad.
– Incluir un ciclo de peliculas eroticas, por ejemplo. Son raras, ?sabes?, pero las hay.
– ?Como que son raras? Hay muchisimas.
– Pornograficas. El erotismo es otra cosa. Recuerdo leer un escrito que hablaba de que a las parejas en una clinica las ponian en un cuarto lindo, con sabanas suaves, luz bajita y les daban el reto de explorarse. El desafio era aguantar lo mas posible sin llegar a la penetracion, ?me explico?, olerse, tocarse, descubrirse.
– Podriamos pasar peliculas en la television.
– Yo me quedo con los rotulos de: Yo bendigo mi sexo. Son buenisimos.
– Si se hace algo mas explicito nos causara problemas. Muchas mujeres son extremadamente conservadoras -dijo Juana de Arco.
– Tenes razon. Pero es que el erotismo tiene una influencia enorme en la vida. No me resigno a no hacer nada.
– Siga vistiendose erotica usted, jefa. Y hable de esas cosas en sus discursos. Yo, la verdad que no soy una buena consejera en la materia.
Viviana se acerco y le dio un abrazo. Soy una estupida, penso, como se me ocurrio hablar de esto con ella.
– Lo siento Juanita -dijo-. Perdoname. Te quiero mucho. No sabes cuan orgullosa me siento de vos.
– Y yo de usted, jefa -dijo Juanita, abrazandola a su vez-. No se preocupe por mi. Y tomese la vida con