– Nunca se preocupo de mi -continuo-. Ni una sola vez me acompano a una clase de equitacion ni a una exhibicion de gimnasia. Siempre era mama la que iba a las reuniones de padres y a hablar con los profesores. No puedo recordar que se sacrificara una sola vez, que hiciera realmente algo por mi. No, no le tenia mucho aprecio.
– Puedo comprenderlo -dijo Knutas.
– Hablas el dialecto de Gotland, pero tienes acento danes -advirtio ella sonriendo.
– Estoy casado con una danesa, seguro que se nota. ?Como reaccionaste cuando te comunicaron que tu padre habia fallecido?
– Senti un vacio, sin mas. De no haber sido asesinado, lo habria matado la bebida. Cuando era mas joven, estaba enfadada con el, pero lo supere con el tiempo. Era la vida que eligio. Tuvo todas las posibilidades: un trabajo estimulante, una familia y una casa. Pero prefirio la botella antes que a mama y a mi.
– ?Cuando fue la ultima vez que tuviste contacto con el?
– El mismo dia que obtuve mi graduacion en el instituto -dijo sin inmutarse.
– De eso debe de hacer mas de quince anos -exclamo Knutas sorprendido.
– Diecisiete, para ser exactos.
– ?Como es posible que no mantuvierais contacto en tanto tiempo?
– Es muy sencillo. El no llamo y yo tampoco.
– ?Mantuvisteis alguna relacion despues del divorcio?
– Estuve en su casa alguna vez los fines de semana, pero no era divertido. Que yo estuviera alli no le impedia beber. Nunca se le ocurria hacer nada, solo estabamos en el piso y venian sus amigos. Se tomaban sus cubatas sin preocuparse lo mas minimo de mi. Miraban las carreras de caballos y el futbol en la tele, e incluso leian revistas porno. Aquello era repugnante. A menudo la visita terminaba con que yo me volvia a casa al cabo de unas horas. Despues deje de ir alli definitivamente.
– ?Y la relacion con tu madre?
– Bien, esta bien. Es cierto que podria ser mejor, pero nuestra relacion se mantiene en un nivel aceptable, me parece a mi -explico y sono como si estuviera hablando del curso de las acciones.
Se froto la clavicula y se le vio por un instante el tirante del sujetador. Era dorado, un poco brillante y tenia bellas puntillas bordadas.
«Seguro que desnuda es igual de perfecta», penso Knutas, y se enfado consigo mismo porque su feminidad no le fuera indiferente.
– ?Que tal te va ahora? -pregunto Knutas para cambiar de tema.
– Bien, gracias. Trabajo en la Biblioteca Municipal de Malmo y me gusta mi trabajo. Tengo muchos amigos, tanto en Malmo como en Copenhague.
– ?Vives sola?
– Si.
– ?Sabes si tu padre tenia algun enemigo? No habeis mantenido contacto en muchos anos, pero algo que haya sucedido hace mucho tiempo tambien puede ser importante.
Fruncio ligeramente la frente.
– Nada que yo pueda recordar.
Aquella conversacion no dio mucho mas de si. Pia Dahlstrom dejo a su paso una estela de perfume.
Varios meses antes
– ?Vamos a cenar aqui?
No podia ocultar su decepcion. Ella habia creido que iban a ir a un restaurante.
– Has acertado. Me ha prestado el apartamento un amigo. La cena ya esta arriba preparada. Ven.
Entro en el portal delante de ella. El edificio estaba en una de las calles mas elegantes, cerca de la plaza Sodertorg, dentro del recinto amurallado. No habia ascensor, asi que tuvieron que subir los cuatro pisos andando. Cuando llego arriba estaba sin aliento y una creciente sensacion de incomodidad le oprimia el pecho. Observo sus pantalones con la raya planchada. De pronto, parecia tan viejo. ?Que tenia que ver con ella?
Le dieron ganas de darse la vuelta y correr de nuevo escaleras abajo, pero entonces le tomo la mano.
– Vas a ver lo bonito que es.
Buscaba torpemente las llaves.
Aquel piso era el mas grande que habia visto en su vida. Era un atico con vigas gruesas en el techo y vistas al mar. El salon era enorme, con el suelo de madera reluciente y cuadros, grandes y de vivos colores, en las paredes. En uno de los angulos habia una mesa donde ya estaban dispuestos las copas y los platos. El se acerco apresuradamente a la mesa y encendio las velas del candelabro.
– Ven -le dijo impaciente-. Acercate y veras.
Salieron al balcon, que ofrecia un fantastico panorama. Pudo ver el mar y parte del puerto, la ciudad, con su hervidero de casas, y las torres de la catedral.
– Ahora vamos a tomar champan.
Lo dijo con tanta naturalidad que ella se sintio como una persona adulta. Volvio enseguida con una botella y dos copas. Las lleno impaciente.
– ?Salud!
No se atrevio a contrariarlo. Bebio un sorbo con discrecion. Sintio un cosquilleo en la nariz y no le supo especialmente bien. Apenas habia probado antes el alcohol. Solo un par de veces, cuando su madre le habia insistido para que tomara vino algun sabado por la tarde, solo porque queria beber acompanada. El vino tinto sabia asqueroso. Esto, de todos modos, sabia mejor; dio otro sorbo.
– Bien, ?que dices? ?No es bonito? -pregunto, y le puso el brazo sobre los hombros, como si fuera la cosa mas normal del mundo. Se sentia incomoda. No sabia como debia reaccionar.
Volvio a brindar con ella.
– Bebetelo, pequena, y entramos a comer.
Para cenar, de primero tenian una especie de tostada con un revuelto. Ella comia despacio, lo observaba y hacia lo mismo. El hombre sirvio en las copas el resto del champan. Brindaba con ella una y otra vez. Ella tomaba pequenos sorbos y enseguida empezo a sentirse mareada. La conversacion se estancaba. Le hizo unas cuantas preguntas, pero hablo sobre todo de si mismo. Presumiendo de todos los viajes que habia hecho a lugares exoticos del mundo. Como si quisiera impresionarla.
Ella escuchaba sin decir casi nada. A reganadientes empezo a relajarse. Era realmente agradable estar sentada en aquel salon tan bonito y sentir el calor de las velas. Disfrutar de una buena cena con musica tranquila de fondo. De segundo plato tenian solomillo de cerdo con arroz al azafran. Vino tinto para acompanar el plato, mejor que el que habia probado en casa. Se bebio toda la copa. El seguia hablando, mientras Fanny se dedicaba a observar los movimientos de sus labios. Empezaba a sentir que le daba la risa tonta.
– ?Te ha gustado? -le pregunto al tiempo que se levantaba y empezaba a retirar los platos.
– Si, gracias, estaba muy bueno -respondio con una risita.
– Me alegro.
Parecia tan satisfecho que la joven sonrio aun mas.
Pensar que se ponia tan alegre solo porque estaba contenta.
– ?Quieres cafe, o aun no tomas cafe?
Ella nego con la cabeza.
– ?Donde esta el bano?
– En la entrada, a la derecha. Pone WC en la puerta.
Se lo senalo, deseoso de mostrarselo. Tenia tantas ganas de hacer pis que estaba a punto de reventar.
El cuarto de bano era tan bonito como el resto del apartamento. Se podia regular la luz y estuvo jugando un rato con el dispositivo, subiendo y bajando la intensidad. Brillaba de lo limpio que estaba, y olia bien. Todo parecia nuevo y sin usar. El papel higienico tenia un lindo dibujo y era mas suave que el que ella solia usar en casa. Se rio al verse a si misma frente al espejo, una risita tonta. Pensar que ella podia gozar de aquel lujo.
Cuando salio, habia bajado la iluminacion y se habia sentado en el sofa. Delante, en la mesa baja, habia dos copas de vino y un plato con velas de diferentes tamanos.
– Ven -le dijo en voz baja.
Fanny se puso en guardia. No sabia muy bien que queria. Se sento prudentemente a cierta distancia.