Se levanto y se seco las lagrimas. Calento un trozo de pastel en el microondas. Se lo comio sin mayor entusiasmo. Puso la tele. El telefono estaba mudo. ?No iba a llamar ahora que ella se habia decidido? Pasaron las horas. Cogio una lata de coca-cola del frigorifico, abrio una bolsa de patatas fritas y se sento en el sofa. Ya eran las nueve y aun no habia llamado. Queria llorar de nuevo, pero solo le salieron un par de sollozos secos. Ahora el tambien pasaria de ella. Empezo a ver una pelicula que ponian por segunda vez, se comio toda la bolsa de patatas y al final se quedo dormida en el sofa con el perro a su lado.

La desperto la llamada. Al principio creyo que era el telefono fijo, pero al levantar el auricular se dio cuenta de que era el movil. Se levanto y fue corriendo hasta la entrada, busco a tientas en los bolsillos de la cazadora. El telefono dejo de sonar. Luego volvio a sonar. Era el.

– Tengo que verte… Lo necesito. ?No podemos vernos?

– Si -dijo ella sin vacilar-. Puedes venir aqui, estoy sola.

– Voy ahora mismo.

Se arrepintio nada mas verlo. Apestaba a alcohol. Mancha ladro, pero se canso enseguida. Un perro faldero no infundia mucho respeto.

La joven se quedo parada con los brazos colgando, sin saber muy bien que hacer, cuando el se dejo caer en el sofa. Ahora que lo habia invitado a casa no podia pedirle que se marchara inmediatamente.

– ?Quieres algo? -le pregunto insegura.

– Ven y sientate -contesto dando unas palmadas a su lado en el sofa.

El reloj que habia en la pared marcaba las dos de la manana. Aquello era una locura, pero hizo lo que le pidio.

No paso mas de un segundo antes de que estuviera encima de ella. Fue brutal y decidido.

Cuando la penetro, tuvo que morderse el brazo para no gritar.

Viernes 23 de Noviembre

Al dia siguiente en la reunion de la manana el hallazgo del arma del crimen estaba en boca de todos. Aquello suponia logicamente un avance en la investigacion. Al parecer las manchas eran de sangre, y habian enviado el martillo al laboratorio del Instituto Nacional de Ciencias Forenses, para que realizaran un analisis de ADN. Sin embargo, no habia huellas dactilares.

La mayoria habia visto la noche anterior en las noticias de la television como se produjo el descubrimiento del martillo. Kihlgard, claro, se hizo el gracioso a costa de los comentarios de los policias que habian quedado grabados, y cosecho unas cuantas risas. A Knutas no le hizo tanta gracia. Estaba indignado porque se hubiera ofrecido una informacion tan detallada en el reportaje, al tiempo que comprendia que esa era la mision del reportero. Aquello era muy propio de Johan, aparecer en el peor momento. Tenia una capacidad increible para conseguir encontrarse justo en el lugar donde pasaban las cosas. Todo habia sucedido muy deprisa alla fuera y nadie penso en pararle los pies a tiempo. Una vez mas, Johan habia proporcionado nuevos datos que favorecian la investigacion del caso, aunque la policia no sabia de donde procedia la informacion de ese testigo en el puerto. Despues del caso del asesino en serie el verano anterior, Knutas confiaba en el tenaz reportero televisivo, aun cuando Johan podia ponerlo de los nervios con toda la informacion que conseguia obtener. Era un misterio como lograba enterarse de todo. De no haber sido periodista, podria haber llegado a ser un excelente policia.

El informativo comenzo con un resumen pormenorizado del asesinato, los ultimos detalles acerca de la investigacion, los trabajos clandestinos de Dahlstrom y el testigo que habia visto a Dahlstrom en el puerto hablando con un desconocido.

– ?Por que no empezamos por los trabajitos de carpinteria en negro? -dijo Norrby-. Hemos interrogado a otras cuatro personas que emplearon a Dahlstrom, ademas de los Persson. Dos de ellos son miembros de la misma asociacion cultural que los Persson. Todos han declarado mas o menos lo mismo. Dahlstrom realizo algunos pequenos trabajos, le pagaron y eso fue todo. Al parecer lo hizo estupendamente, llegaba a la hora y no hubo ningun problema. Sabian, claro, que tenia problemas con la bebida, pero se lo habian recomendado otros conocidos.

– ?Se pusieron en contacto con el despues de que alguien se lo recomendara? -pregunto Wittberg.

– Si, y ninguno de ellos tenia ninguna queja de su trabajo. Vamos a seguir con los interrogatorios.

– No fue solo el arma del crimen lo que se encontro ayer, tambien encontrasteis la camara de Dahlstrom, ?no, Sohlman?

– Si, es una camara profesional, una Hasselblad. Tenia las huellas dactilares de Dahlstrom, asi que podemos estar bastante seguros de que es la suya. No tenia carrete y el objetivo estaba roto, lo que indica que alguien la ha manipulado de forma violenta.

– Puede que el asesino sustrajera el carrete de la camara -intervino Karin-. El cuarto de revelado estaba revuelto, lo que apunta a que el asesinato guarda relacion con la fotografia.

– Es posible. Tambien hemos recibido del laboratorio el resultado de las muestras tomadas en el piso de Dahlstrom y en el cuarto de revelado -continuo Sohlman-. Los del laboratorio se han superado a si mismos, nunca habian sido tan rapidos -murmuro como para si mismo mientras hojeaba los papeles-. Todas las huellas encontradas en los vasos, botellas y demas objetos han sido analizadas y son de los amigos de Dahlstrom que estuvieron en el apartamento. Ademas, aparecen huellas que no coinciden con las de ninguno de ellos. Probablemente sean del autor del crimen.

– Esta bien -dijo Knutas-. Sabemos otra cosa mas. Por si no fuera bastante con lo de los trabajos ilegales, resulta que Johan Berg tambien ha encontrado a un testigo que afirma haber visto a Dahlstrom hablando con un hombre en el puerto este verano. Desgraciadamente, esa persona no quiere hablar con la policia.

Leyo de corrido las senas de identidad del hombre del puerto que tenia apuntadas en sus papeles.

– Estaban hablando en un rincon entre dos contenedores a las cinco de la manana. El testigo conocia a Dahlstrom y sabia que se encontraba muy lejos de los sitios por donde el solia moverse. ?Que pensais de esto?

– Si hay un testigo, puede que haya mas -sugirio Wittberg-. ?Cuando fue eso?

– Eso no lo sabemos, solo que fue en pleno verano.

– ?Que hacia el testigo en el puerto por la manana tan temprano? -inquirio Kihlgard.

– Estaba con una chica que iba a coger el barco que sale por la manana hacia Nynashamn.

– O sea que se trata de un chico joven. Puede tratarse de uno de los vecinos, ?no vivia tambien en el edificio un muchacho?

– Llevas razon. En el piso de arriba, creo.

Knutas miro sus papeles.

– Se llama Niklas Appelqvist, estudiante.

– Si al testigo, sea quien sea, pudieramos sacarle el nombre de la chica, entonces podriamos averiguar que dia viajo con las listas de pasajeros de la compania Destination Gotland -apunto Karin-. Creo que las guardan tres meses.

– ?Pero como procedemos, si el testigo no quiere hablar con la policia? -pregunto Norrby.

– Puede que al periodista le resulte mas facil conseguir esa informacion -sugirio Karin-. Creo que primero deberiamos pedirle ayuda a Johan Berg. Quiza el testigo sea uno de esos tipos con una actitud sumamente hostil hacia la policia. Lo cierto es que esas personas existen, por alguna razon incomprensible -anadio con ironia.

Se volvio hacia Knutas con una amplia sonrisa.

– Tendremos que hacerle la pelota al periodista -dijo maliciosamente-. Eso a ti se te da bien, Anders.

Karin le dio un codazo amistoso en el costado. A Kihlgard parecia que tambien le hacia mucha gracia.

Knutas tuvo que reconocer que Karin tenia razon. Legalmente no podia indagar la fuente de informacion, pero nada impedia que le pidiera a Johan que preguntara al testigo por el nombre de la chica. Asi pues, la policia estaba en manos de la buena voluntad del periodista. Eso escocia.

Justo en el momento en que Johan llegaba a la redaccion de Noticias Regionales sono su movil. Era Knutas.

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