– ?No la saludo?

– No. Tom no lo invito a entrar.

– Esta bien. Es suficiente para detener a Kingsley. Voy a llamar a Birger para que nos expida una autorizacion para registrar su casa.

Knutas alargo el brazo hasta el telefono para llamar al fiscal.

– Claro, solo hay un problema -constato Karin.

– ?Que problema?

– Tom Kingsley esta fuera. Esta de vacaciones en Estados Unidos.

– ?Cuanto tiempo va a estar fuera?

– Tiene que empezar a trabajar de nuevo el lunes, segun el propietario de la cuadra. Pero ha viajado en vuelo regular con el billete de vuelta abierto y aun no ha reservado, asi que no sabemos cuando regresara.

– No importa, entraremos en su casa de todas maneras.

La residencia de Tom Kingsley estaba en un claro del bosque, no muy lejos del hipodromo. En realidad era una casa de campo que tenia alquilada desde que llego a Gotland.

El camino que conducia hasta la vivienda no era mucho mas ancho que un camino rural. Los coches de policia avanzaban dando tumbos. Knutas y Karin iban delante, Kihlgard y Wittberg conducian detras de ellos. El fiscal Smittenberg habia autorizado el registro del domicilio sin dilacion. En un caso normal, Tom Kingsley tenia que haber sido informado previamente, pero nadie sabia donde se encontraba.

Todas las ventanas estaban a oscuras. Cuando se bajaron del coche, observaron que no habia estado nadie en la casa desde hacia algun tiempo. El manto de nieve estaba intacto.

La llave se la habia dado el propietario de la casa, Karin se habia pasado la manana tratando de localizarlo.

La planta baja constaba de un pequeno vestibulo y un cuarto de estar a la derecha desde el que se accedia a una reducida cocina. Estaba amueblada con sencillez, pero limpia: una mesa junto a la ventana, una chimenea y pegado a la pared del fondo habia un viejo sofa de madera con los cojines forrados con tela de rayas. Entre la cocina y el cuarto de estar habia una estufa. La cocina, cuya ventana daba al bosque, tenia pocos muebles: una encimera con armarios debajo, una fresquera, una vieja cocina electrica y un frigorifico pequeno colocado directamente en el suelo.

Una estrecha escalera de caracol conducia al piso de arriba, que disponia de dos dormitorios pequenos y un pasillo. Todo estaba ordenado y limpio. Knutas levanto la colcha de las camas. La ropa de cama estaba quitada y debajo de los cobertores solo estaban los viejos colchones. Empezaron a registrar sistematicamente cajones y armarios. Kihlgard y Karin se ocuparon del piso de arriba; Knutas y Wittberg del de abajo. No habia pasado mucho tiempo cuando Wittberg grito:

– ?Venid a ver esto!

Estaba sujetando con las pinzas un pequeno papel que parecia un prospecto.

– ?A que no adivinais que es?

Los demas negaron con la cabeza.

– Es un prospecto de la pildora del dia despues.

Viernes 21 de Diciembre

El hallazgo del prospecto en casa de Tom Kingsley, junto con el hecho de que habia negado rotundamente haber mantenido una relacion mas intima con Fanny, hicieron que el fiscal solicitara su ingreso en prision. Cuando comprobaron que las huellas dactilares de Fanny aparecian en el prospecto, la policia estuvo totalmente convencida de que Kingsley era el hombre a quien buscaban. En una investigacion de las companias aereas se comprobo que habia viajado con SAS hasta Chicago una semana antes. Se aviso a la policia de Estocolmo y se insto al departamento de reservas de SAS para que permaneciera atento y diera la voz de alarma cuando Kingsley reservara el vuelo de vuelta.

Knutas se sintio aliviado, aunque no supieran donde se encontraba Kingsley. Ahora solo tenian que esperar a que volviera.

Mientras tanto, podria disfrutar durante el fin de semana de un merecido descanso. Alejado de todo lo que fuera su trabajo como policia. Leif y el iban a viajar a la casa de veraneo que la familia Almlov poseia en Gnisvard, unos veinte kilometros al sur de Visby como hacian siempre los dias previos a la Navidad. Realmente, a causa de la investigacion, hasta el ultimo momento habia dudado de si podria ir en esta ocasion. Pero puesto que habia una orden de detencion contra Kingsley y no podian hacer nada hasta que volviera a Suecia, Knutas penso que podia irse. Iba a estar a tan solo veinte minutos en coche de Visby y estaba localizable en el movil en caso de que ocurriera algo.

En cuanto a los preparativos navidenos, habia hecho lo que se esperaba de el: la tradicional compra del arbol de Navidad con los ninos, habia ido a hacer una compra grande con Line y habia limpiado la casa con ella. Una noche habia preparado los arenques escabechados con jerez que siempre hacia para Navidad y para San Juan, y habia aprovechado las horas del almuerzo para darse una vuelta por las tiendas y comprar los regalos y, la verdad, le habia dado tiempo a comprarlos todos, envolverlos en papel de regalo y escribir la correspondiente rima que debia acompanarlos.

Ahora llegaba la recompensa. Dos dias ellos solos, comiendo bien y pescando, aficion que compartia con Leif.

El viernes por la tarde despues del trabajo volvio enseguida a casa y preparo una bolsa con la ropa y los artilugios de pesca. Habia estado nevando todo el dia. Las maquinas quitanieve trabajaban sin descanso para dejar las calles transitables. Knutas no podia recordar cuando fue la ultima vez que habia nevado tanto en Gotland. Ojala que aguantara hasta Navidad.

En el coche camino del sur se fue relajando mas y mas con cada kilometro que dejaban atras. Pusieron Simon & Garfunkel a todo volumen. El paisaje invernal se deslizaba ante la ventanilla, campos blancos y alguna que otra granja.

La nieve cubria bellamente los alrededores cuando llegaron.

En realidad, era absurdo llamar a aquello casa de veraneo, penso Knutas. Mas bien residencia. Se trataba de la tipica vivienda de piedra caliza de Gotland, de mediados del siglo XIX, y era impresionante, encalada, con el tejado muy inclinado y hastiales lisos. Por entonces en Gotland se construian mansiones cada vez mas grandes a medida que aumentaba la prosperidad de las zonas rurales. La morada contaba con no menos de siete habitaciones y cocina distribuidas en dos pisos. La finca tenia tambien un cobertizo que se utilizaba como trastero y despensa.

Al lado habia una sauna a tan solo unos metros del muelle, junto al cual el barco de Leif cabeceaba todo el ano.

El lugar parecia desierto. El vecino mas cercano vivia doscientos metros mas alla.

– Puedo imaginarme el frio que hara dentro -le previno Leif mientras abria la pesada y chirriante puerta de la casa.

– No parece que haga tanto frio -dijo Knutas cuando entraron. Llevo las bolsas de comida a la cocina y empezo a colocar las cosas-. Sera peor cuando nos sentemos.

– Voy a poner los radiadores y a encender la chimenea, pero lleva tiempo secar la humedad que hay en el aire.

Unas horas despues, ya sentados con un solomillo, un gratinado de patatas que olia a ajo y una botella de vino Rioja delante, Knutas se sintio mejor de lo que habia estado en mucho tiempo.

– ?Cuantas veces hemos hecho esto? ?Es el quinto o el sexto ano? Este ano me parece mas necesario aun que de costumbre.

– Si, los dos teniamos necesidad de salir -aseguro Leif-. He tenido un monton de cosas que hacer en el restaurante. Lo peor es cuando falla el personal. Una de mis mejores camareras sufrio un aborto y tuvo que ser

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