ingresada en el hospital, la madre de otra ha muerto, asi que tuvo que viajar a Estocolmo, y, por si fuera poco, he pillado a un camarero robando dinero de la caja. Todo eso en el transcurso de dos semanas. Y, como de costumbre, esas cosas siempre ocurren en el momento mas inoportuno. Ahora, con las reservas para comidas y cenas de Navidad, estamos hasta las cejas. Por suerte, tengo un chef estupendo, si no, no habria podido venir de ninguna de las maneras. Es un tio estupendo, es capaz de solventar cualquier problema. La verdad es que yo estaba dispuesto a no hacer el viaje en estos momentos, pero me convencio para que viniera. Bueno, claro, pense que podriamos hacerlo mas adelante -anadio como disculpandose.

– Me alegro de que no lo hayamos aplazado. Dale las gracias de mi parte -Knutas tomo un trago de vino-. Puedes alegrarte de que te vaya tan bien el restaurante. Siempre esta lleno de gente, y siempre lo ha estado. No se como lo consigues.

– ?Y tu? ?Como va la investigacion?

– Bien, finalmente parece que hemos dado con la pista correcta.

– Vaya historia tan desagradable.

– Ha sido tremendamente duro. Cuando sabes que un asesino anda suelto y avanzas a ciegas, sin entender que relacion tienen unas cosas con otras… Es frustrante.

– Entonces, ?ya no estais asi? ?Ya no avanzais a ciegas?

– No, estoy convencido de que estamos muy cerca de resolver el caso. Como ya sabes, no puedo hablar contigo de la investigacion, lo que si puedo decirte es que creo que ahora falta poco para dar con el.

– ?Se trata de alguien de quien sospechabais desde hacia mucho tiempo?

– No, en realidad ha aparecido una persona totalmente inesperada.

– ?Y entonces por que no lo habeis detenido?

– Deja ya de preguntar, Leif, sabes que no puedo contestar.

Leif alzo las manos cediendo.

– Por supuesto. ?Quieres mas vino?

El resto de la tarde lo pasaron jugando al ajedrez delante de la chimenea. Abrieron otra botella de Rioja.

Se hizo tarde. No se acostaron hasta bien pasada la medianoche. A Knutas le toco dormir en el piso de arriba. El dormitorio en el que iba a dormir estaba decorado con sencillez pero con buen gusto. Las paredes de piedra caliza estaban rusticamente al desnudo. El techo estaba construido con laminas de arenisca que se apoyaban en grandes vigas. Junto a una de las paredes habia una amplia cama de madera vestida con una colcha blanca de algodon, y al lado, tres sillas de estilo rustico pintadas de azul. Dentro de un profundo nicho se abria una pequena ventana que daba al mar. El ritmico sonido de las olas que golpeaban contra la playa lo arrullo hasta que se durmio.

Cuando se desperto no tenia ni idea de cuanto tiempo habia dormido. La habitacion estaba completamente a oscuras. No sabia que podia haberlo despertado y permanecio acostado con los ojos abiertos, a oscuras, tratando de escuchar ruidos que no habia.

Estiro el brazo y encendio la lampara de la mesilla. Eran las tres y diez.

Tenia la boca seca y necesitaba ir al servicio.

Resueltas esas necesidades perentorias, se quedo mirando por la ventana. Se oia el mar, pero parecia bastante tranquilo. Habia luz en el cobertizo. Que raro. ?Estaria Leif alli a esas horas? A lo mejor era sencillamente que se habia olvidado de apagar la luz.

La nieve relucia blanca en la oscuridad y la luz de fuera arrojaba sombras alargadas. No paso nada y se volvio a la cama.

Tardo mucho en volver a quedarse dormido.

Fueron pasando los dias sin que Johan tuviera noticias de Emma. Ya llevaba casi una semana en casa, puesto que en Gotland no habia sucedido nada que justificara un viaje a la isla. Al menos, que el supiera. La policia no soltaba prenda; habia intentado presionar a Knutas muchas veces sin conseguir sacarle nada. La experiencia le decia que estaban a punto de detener al asesino. La policia reaccionaba siempre de la misma forma cuando la investigacion se hallaba en un momento decisivo. Se cerraban como ostras todos ellos.

Echaba mucho de menos a Emma, pero se negaba a hablar con el. Quiza estaba proximo el desenlace en ambos frentes. ?Bah!, lo que tenga que pasar que pase, pensaba en ocasiones. A la mierda. Estaba harto de cavilaciones, de todos los planes que habia hecho de cara a un incierto futuro con Emma. De como iba a comportarse en Gotland, con los hijos de Emma, como hombre responsable. Cocer macarrones y leerles un cuento antes de dormir, sonarles la nariz y mantenerse en equilibrio entre Emma, su ex marido, los ninos, los suegros, las fiestas de cumpleanos, el reparto de las vacaciones de Navidad entre Estocolmo y Gotland. Y, sinceramente, ?era tan divertido hacerse cargo de una familia ya formada? Johan era un romantico que sonaba con casarse y ser padre algun dia. Para Emma nada de todo eso seria nuevo.

Volver a casarse y volver a tener hijos. Ademas, ?querria tener hijos con el? Ni siquiera habian hablado de eso. ?Por que no lo habian hecho?

Tal vez era mejor que se acabara de una vez. Podia encontrar a alguna chica en Estocolmo que no tuviera un matrimonio averiado a sus espaldas y crios en el equipaje. Seria una experiencia magica para los dos. Todo seria mucho mas sencillo, ya solo el hecho de vivir en Estocolmo, cerca de sus familias, del trabajo y de los amigos. Las perspectivas de lograr vivir juntos una existencia agradable serian mucho mayores. ?Por que complicarse la vida mas de lo necesario? Ya era suficientemente dificil conseguir que funcionara una relacion, ?iba uno ademas a complicarse la vida con los hijos de otros y viejos ex maridos? No, gracias.

Solo habia una pega. Que el queria a Emma.

Sabado 22 de Diciembre

El sabado por la manana a Knutas lo despertaron los golpes que Leif dio en la puerta antes de entrar en el dormitorio dando voces.

– ?Vamos, despierta, dormilon! Son las ocho, el desayuno esta servido.

Se sento en la cama medio dormido. Leif parecia insultantemente despejado.

– Ya he estado fuera cortando lena. Hace un tiempo esplendido, mira, ya veras -dijo senalando con la cabeza hacia la ventana.

Knutas giro la cabeza. Con enorme sorpresa vio el sol saliendo por encima del mar, que se extendia azul y relativamente en calma.

Casi habia olvidado lo hermosa que era aquella vista. El dia anterior cuando llegaron era de noche.

– ?Increible! Ya voy.

Se dio una ducha rapida, con agua caliente. «Menudo lujo, en una casa de veraneo», penso mientras admiraba los elegantes azulejos de las paredes.

El desayuno ya estaba servido cuando bajo a la cocina: una buena barra de pan de Gotland, mantequilla, queso, pate de higado de cerdo, jamon, salami y verduras. El aroma a cafe fuerte se extendia por la cocina. El fuego chisporroteaba en la chimenea.

Knutas apreciaba lo bien que se le daba a Leif preparar comida y le hinco el diente con apetito.

– ?Que servicio! -bromeo mirando a su amigo, que estaba sentado al otro lado de la mesa estudiando una carta nautica.

– Manana te toca a ti preparar el desayuno. Estaba pensando que podiamos coger el barco y salir ahora que hace tan bueno. Viento suave y cinco grados.

– Es una maravilla, poder ver el sol a mediados de diciembre. No esta uno muy acostumbrado a ese lujo.

– ?Has dormido bien?

Knutas vacilo un instante.

– Como un tronco. ?Y tu?

– Igual. Se duerme siempre tan bien en el campo.

Knutas recogio la mesa despues del desayuno y fue a buscar sus cosas. Ahora queria disfrutar de la vuelta en barco y de la pesca.

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