de cocina con tapa. Abre la tapa. Dentro hay algunos periodicos viejos. Una guia de telefonos. Vacia el contenido del saco. Cierra la tapa. Ahora esta satisfecho.

La comisaria de policia de Visby esta al otro lado de la muralla. Es un edificio francamente feo. Una construccion alargada, con placas de color azul claro, que parece mas una fabrica de pescados en algun lugar de Siberia que la comisaria de policia en esta bella ciudad medieval. La gente la llama Blakulla, por el color azul.

Dentro, en una sala de interrogatorios, Per Bergdal estaba inclinado sobre la mesa con la cara entre las manos. Tenia el cabello revuelto, estaba sin afeitar y olia a vino agrio. No parecio especialmente sorprendido cuando la policia llamo a su puerta, pues su novia habia desaparecido. Decidieron llevarlo a la comisaria para interrogarlo.

Ahora estaba alli con un cigarrillo entre los dedos temblorosos. Con resaca y abatido. Al parecer, tambien conmocionado.

«Aunque, en verdad, es imposible saber si en realidad lo esta», penso el comisario Knutas cuando se sento al otro lado de la mesa. En cualquier caso, habian hallado asesinada a su novia, el no tenia coartada y mostraba aranazos visibles, tanto en el cuello como en los brazos y el rostro.

El cenicero que habia delante de Bergdal estaba repleto de colillas, aunque el habitualmente no fumaba. Karin Jacobsson se sento en una silla al lado de Knutas. Pasiva, pero presente.

Per Bergdal levanto la cabeza y miro a traves de la unica ventana que habia en la sala. Una lluvia intensa golpeaba los cristales. Se habia levantado viento y, al otro lado de la calle Norra Hansegatan, mas alla del aparcamiento, se veian partes de la muralla cercanas a la puerta Osterport. Un Volvo rojo paso por alli. A Per Bergdal le parecio tan lejano como si se tratara de la luna.

Anders Knutas coloco la grabadora sobre la mesa, se aclaro la garganta y apreto el boton de grabacion.

– Interrogatorio con Per Bergdal, novio de la mujer asesinada, Helena Hillerstrom -dijo algo solemne-. Son las 16.10 del dia 5 de junio. Interrogatorio realizado por el comisario Anders Knutas junto con la inspectora Karin Jacobsson como testigo. -Miro con gravedad a Per Bergdal que estaba sentado con los hombros caidos mirando a la mesa-. ?Cuando descubriste que Helena no estaba?

– Me desperte poco antes de las diez. No estaba en la cama. Me levante; no estaba en casa. Entonces pense que habria salido con el perro. A ella le gusta madrugar y se despierta siempre antes que yo. Casi siempre da la primera vuelta con Spencer por la manana. Yo tengo el sueno pesado, no la oi cuando salio.

– ?Que hiciste?

– Encendi fuego en la cocina de lena y prepare el desayuno. Despues me sente a tomar un cafe y lei el periodico de la tarde de ayer.

– ?No te preguntaste donde estaria?

– Cuando dieron las noticias de las once en la radio, pense que era raro que no hubiera vuelto a casa todavia. Sali al porche. Desde nuestra casa se puede ver hasta el mar, pero hoy habia una niebla espesa y no pude ver mas que unos metros mas alla. Entonces me vesti y sali a buscarla. Baje a la playa y la llame, pero no la encontre, ni a ella, ni a Spencer.

– ?Cuanto tiempo estuviste buscandolos?

– He debido de estar fuera por lo menos una hora. Luego pense que ella quiza habia vuelto a casa mientras tanto, asi que me apresure a volver. La casa estaba aun vacia -explico; se le quebro la voz y oculto la cara entre las manos.

Anders Knutas y Karin Jacobsson aguardaron en silencio.

– ?Estas preparado para continuar? -pregunto Knutas.

– Es que no puedo entender que este muerta -balbucio.

– ?Que sucedio cuando volviste a casa?

– Aun estaba vacia, asi que pense que a lo mejor habia ido a casa de unos amigos que viven cerca. Llame alli, pero tampoco estaba.

– ?Quienes son?

– Los Larsson. Ella se llama Eva y su marido, Rikard. Eva es una amiga de la infancia de Helena. Viven todo el ano en esa casa, que esta muy cerca de la nuestra.

– ?Y no sabian donde podia haber ido Helena?

– No.

– ?Quien contesto?

– Eva.

– ?Su marido tambien estaba en casa?

– No, tienen un campo de labranza, asi que el estaba fuera trabajando.

Per Bergdal encendio otro cigarrillo, tosio y dio una calada.

– ?Que hiciste despues?

– Me tumbe en la cama y pense en los sitios donde podria haber ido. Entonces se me ocurrio que podia haberse caido y golpeado y que no pudiera levantarse, de modo que sali a buscar de nuevo.

– ?Donde?

– Abajo, a la playa. La niebla ya se habia disipado un poco. Vi sus huellas en la arena. Busque tambien en el bosque y no la encontre. Entonces volvi a casa.

Contrajo el rostro y empezo a llorar, un llanto ahogado y silencioso. Las lagrimas le caian y se mezclaban con los mocos sin que pareciera notar nada. Karin no sabia muy bien que hacer. Decidio no intervenir. Per bebio un par de tragos de agua y recupero la calma. Knutas siguio con el interrogatorio.

– ?Como te has hecho las senales que tienes en el cuello?

– ?Cuales? ?Estas? -pregunto mientras se llevaba, molesto, las manos al cuello.

– Si, esas. Parecen aranazos -preciso Knutas.

– Es que dimos una fiesta ayer por la tarde. Invitamos a unos amigos, bueno, en realidad, amigos de Helena. Cenamos y nos divertimos. Todos bebimos probablemente algo mas de la cuenta. Yo soy muy celoso. Si, a veces me muestro demasiado celoso, y eso paso ayer. Uno de los chicos se propaso con Helena mientras bailaban.

– ?De que manera?

– La sobaba, la sobaba mucho… Varias veces. Yo estaba bebido y se me cruzaron los cables. Agarre a Helena, la saque fuera por la parte de atras y le dije lo que pensaba. Se puso hecha una fiera. Tambien habia bebido demasiado, claro. Grito y se lanzo sobre mi y fue entonces cuando me hizo estas senales…

– ?Que paso despues?

– Le atice. Le di un bofeton; entonces, ella se fue corriendo al cuarto de bano y se encerro alli. Nunca antes le habia pegado -aseguro mientras miraba suplicante a Knutas-. Luego, salio Kristian. El que habia estado bailando con ella, y le sacudi otro golpe a el tambien. No tuvo tiempo de devolvermelo, porque los otros nos separaron. Luego nos tranquilizamos y los demas se fueron a casa.

– ?Que hiciste entonces?

– Emma, la mejor amiga de Helena, y su marido, Olle, se quedaron en casa. Olle me llevo a la cama y debio de quedarse conmigo hasta que me dormi. Luego, no recuerdo nada mas, hasta que me he despertado esta manana.

– ?Por que no has empezado contando esto?

– No se.

– ?Quienes estuvieron en la fiesta?

– Eran, sobre todo, amigos de la infancia de Helena. Emma y Olle, como he dicho, nuestros vecinos: Eva y Rikard, a los que Helena tambien conoce desde hace mucho tiempo, y otra amiga que se llama Beata y su marido, John. Han vivido en Estados Unidos, asi que era la primera vez que los veia. Y ese tal Kristian, con el que me enfade tanto. Es soltero y tambien conoce a Helena desde hace mucho tiempo. Creo que estuvieron liados en algun momento.

– ?Como liados?

– Si, creo que han estado juntos alguna vez. Helena lo negaba, pero yo creo que es asi.

– ?Y no seran tus celos los que te llevan a pensar eso?

– No, no lo creo.

– ?Cuanto tiempo habeis estado juntos, Helena y tu?

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