cuarto de trabajo en un dormitorio. Tendria que mudar su despacho al sotano. De todas formas, apenas lo utilizaba.
Los ninos dormian con la respiracion tranquila y profunda. Entreabrio la puerta de su dormitorio. Su mujer, Line, dormia a pierna suelta, ocupando toda la cama con los brazos encima de la cabeza. Siempre ocupaba todo el sitio. Lo hacia todo a lo grande: dormia a lo grande, comia a lo grande, trabajaba a lo grande, se reia y hacia el amor a lo grande. Se volcaba realmente en vivir. Si hacia algo, lo hacia en condiciones. Si hacia bollos, no se conformaba con una docena; no, tenia que hacer doscientos bollos de canela. Cuando hacia la compra, uno tenia la impresion de que se aproximaba una guerra, y siempre preparaba demasiada comida, asi que el congelador estaba lleno de raciones de comida que habia sobrado. Esa era una de las cosas que hacian que el la quisiera. Su entrega voluptuosa. Ahora dormia profundamente, con una camiseta larga de color amarillo con una flor grande en el centro. El pelo revuelto, las mejillas sonrosadas. Los brazos pecosos. Era lo mas hermoso que conocia. Su profesion encajaba con su persona. Comadrona. ?A cuantos ninos no habria ayudado a nacer? Line trabajaba media jornada en la maternidad del hospital de Visby y le gustaba su trabajo. Estaba acostumbrada a que ocurrieran hechos imprevistos, a que las cosas no salieran como uno se las habia imaginado. Y eso hacia que no fuera tan estricta.
Muchas veces se quedaba para acompanar a una futura mama, porque no tenia corazon para dejarla, aunque su turno ya hubiese acabado. O tambien, por simple curiosidad. Si habia estado trabajando muchas horas en un parto, no queria abandonarlo hasta que todo estuviera listo. Eso, a veces, llegaba a molestar a sus colegas, lo cual no preocupaba a Line. Era la mujer mas fuerte y encantadora que habia conocido.
Salio con cuidado del dormitorio y bajo la escalera; ya en la cocina, se sirvio un vaso de leche y metio la mano en un paquete de galletas. Saco un punado y se sento en la mesa de la cocina. Siempre le costaba dormirse despues de un dia movido. Acaricio a la gata que salto encima de la mesa y se estiraba mimosa hacia el. «Parece mas un perro», penso. Necesitada de compania y leal. Ademas, le gustaba ir a buscar las cosas. Knutas tiro varias veces una pelota de espuma. La gata salia corriendo a buscarla y la depositaba a sus pies. «Eres una gata divertida», se dijo Knutas y fue a acostarse. Al contrario de lo habitual, se quedo dormido inmediatamente.
MIERCOLES 6 DE JUNIO
Desperto a Johan la alegre melodia de su movil, que se repetia con insistencia. Al principio no sabia donde se encontraba. La melodia dejo de sonar. Se incorporo y se quedo mirando el papel pintado con flores suaves. Todo estaba en silencio. Nada del ruido del trafico al que estaba acostumbrado al otro lado de la ventana. Si, claro.
El hotel Strand, en Visby. El asesinato. Se volvio para mirar el despertador digital que tenia al lado de la cama. Eran las cinco y media de la madrugada. El movil volvio a sonar otra vez. Se deslizo de la cama con un grunido y contesto. Era el redactor de informativos matinales.
– Hola, ?te he despertado? Disculpa que te llame tan temprano. Nos gustaria tener algo nuevo que contar, ahora por la manana. Si no te da tiempo a montar algo, quiza podriamos hacer alguna entrevista por telefono.
– Claro -contesto medio dormido-. No es que sepa ahora mas que anoche a las doce, pero siempre puedo llamar al oficial de guardia.
– Muy bien. ?Cuanto tiempo necesitas? ?Una hora, digamos?
– Vale, una hora. Te llamo mas tarde.
Tras un desayuno rapido, salio del hotel a una calle empedrada para llegar hasta la redaccion. Habia llovido durante la noche, los charcos reflejaban la luz por todas partes. El aire olia a mar.
El estrecho local del Centro Territorial, que aun existia, se encontraba al lado del edificio de Radio Gotland, en el centro de la ciudad. Johan se sulfuro al pensar que el centro territorial se suprimio cuando la television instauro un plan de ahorro. Hubo que corregir la deuda enorme de la Television Sueca y se hizo, en parte, a costa de reducir los Centros territoriales. En la reorganizacion, la cobertura informativa de Gotland se traslado de la redaccion de Norrkoping a la de Estocolmo. La nueva direccion de la television publica opinaba que los habitantes de Gotland tenian mas cosas en comun con los habitantes de Estocolmo que con los de Norrkoping. En eso puede que tuvieran razon, pero era una lastima que ahorraran en reporteros y fotografos locales, que eran quienes realmente estaban cerca de sus espectadores. Claro que el, personalmente, se alegraba de poder estar alli. Gotland siempre le habia gustado mucho.
Un hombre de edad, de piel curtida, estaba izando la bandera sueca fuera del hotel. «Claro, hoy es el dia de la Fiesta Nacional», penso Johan. El 6 de junio.
Parecia que iba a hacer un buen dia para las celebraciones. El sol acariciaba las fachadas medievales de las casas y no soplaba el viento. La ciudad estaba casi desierta. Solo tardaria unos minutos en llegar a la redaccion. En aquel momento le habria gustado que el paseo hubiera sido mas largo.
Decidio ir dando un rodeo, aunque de hecho no tenia tiempo. Solo a unos metros contemplo la parte norte de la muralla, que se extendia hasta mas alla de las casas. La muralla estaba rematada en este lado por la vieja torre de la polvora, Kruttornet, que en sus origenes fue una torre defensiva. Disfruto de la vista antes de doblar hacia arriba por la callejuela de Rostockergrand. Paso al lado de las tipicas casas bajas de piedra, con sus rosales trepadores cuajados de capullos, y de las vallas que protegian los jardines en su interior. En muchas casas, las ventanas estaban solo unos centimetros por encima del suelo. Las puertas que daban a la calle eran tan bajas que todo el que midiera mas de metro y medio tenia que agacharse para entrar.
Se oia el sonido de una radio a traves de la ventana abierta de una panaderia y Johan aspiro el olor de las barras recien hechas. En la escalera redondeada de una casa habia un gato negro que se quedo mirandolo al pasar.
Se saco el telefono movil del bolsillo y llamo al oficial de guardia.
– Buenos dias, aqui Johan Berg de Noticias Regionales, Television Sueca. ?Se ha sabido algo mas durante la noche sobre el asesinato de la mujer en Frojel?
– Si, el fiscal ha detenido al novio, como posible autor del crimen.
– No me jodas. ?Por que motivos?
– Eso no te lo puedo decir yo, tendras que preguntarselo al responsable de la investigacion, Anders Knutas.
– ?Esta ahora ahi?
– No, creo que estara aqui a las ocho, pero a esa hora hay reunion.
– ?Donde se encuentra el novio?
– Esta aun en el hospital. Iran a buscarlo por la manana para llevarlo a la carcel.
– ?Quien es el fiscal?
– El fiscal jefe, Birger Smittenberg.
– ?Cuando ha decidido su detencion?
– A las cuatro de la manana. No podiamos retenerlo por mas tiempo.
– ?Sabes si Anders Knutas va a pasarse hoy por el lugar del crimen?
– No tengo ni idea. Tendras que hablarlo con el.
– De acuerdo, gracias.
Johan acelero el paso hacia la redaccion.
El logotipo de Radio Gotland lucia en la fachada del edificio de la radio junto con el de la television. Las marquesinas de las ventanas de color azul y blanco parecian desgastadas a la luz del sol de la manana. En el aparcamiento del patio habia algunos coches de la radio local. Observo que una de las plazas estaba reservada para
Entro y redacto un texto en poco mas de un minuto para el programa de la manana. Los trabajos de edicion sencilla sabia hacerlos el mismo. Cuando termino, lo envio con el nuevo sistema de comunicacion por ordenador.