– ?Y por que no habria de hacerlo?
– Entiendo por que has matado a las otras. Fue horrible lo que te hicimos.
– Tu no entiendes nada -chillo el con ira, con los ojos muy abiertos.
La unica arma de la que Emma disponia era la palabra. Asi que continuo.
– Se que es imperdonable, y despues de aquello he pensado muchas veces en ponerme en contacto contigo. Queria pedirte perdon. Lo siento. Pero solo eramos unas ninas.
– Solo unas ninas -repitio con sarcasmo-. Asi que eso crees. He sufrido un infierno toda mi vida por lo que me hicisteis. He vivido siempre acojonado. Hicisteis que nunca pudiera relacionarme con chicas, que nunca me atreviera a acercarme a la gente. He estado solo, tan terriblemente solo… Solo unas ninas -volvio a decir con voz llena de odio-. Sabiais muy bien lo que haciais. Me destrozasteis la vida. Ahora os ha llegado la hora de pagar por ello.
Emma intento desesperadamente encontrar algo mas que decir. Ganar tiempo. Por otra parte, tenia un miedo atroz a provocarlo.
– ?Por que me has dejado a mi la ultima?
– No creas que ha sido una casualidad. Lo he calculado todo con mucho cuidado.
– ?Y eso?
– Queria vengarme de quienes me hicieron sufrir segun un orden y empezando con la peor. Cuando acabe con ella, le llego el turno a Helena.
– ?Con ella? ?Quien?
Por un momento, el miedo dejo paso a la sorpresa.
El la miraba en la oscuridad.
– Mi madre, por llamarla de alguna manera. Todos creen que se suicido -anadio, y se rio con tristeza-. La policia es tan torpe… Se tragaron todo el anzuelo. Pero fui yo. La mate, y disfrute al hacerlo. No tenia ningun derecho a vivir. Una madre que tiene hijos de los que no quiere saber nada… ?Que clase de madre es esa?
Jens Hagman habia aumentado el tono de voz y casi gritaba. Se notaba la falta de aire en el bunker.
– ?No se ocupaba de ti? -susurro Emma, tratando de calmarlo.
– Soy un aborto vagabundo. Siempre lo he sido. Un hijo no deseado -mascullo con dureza-. Pero esa bruja pago por ello. Si, tuvo lo suyo -declaro con aire triunfal, mirandola muy fijo.
No pudo dejar de ver la locura que brillaba en aquella mirada.
La idea se abrio paso con toda crudeza: no tenia escapatoria. No volveria a ver a sus hijos. Se esforzo al maximo para no romper a llorar, para no perder los nervios.
En ese momento se oyo el ruido lejano de un helicoptero. Hagman se estremecio y escucho con atencion.
– No te muevas, o te mato directamente -grito-. Y manten la boca cerrada.
El helicoptero parecia que volaba en circulo justo por encima de ellos. De repente se oyo la voz de Knutas a traves de un megafono.
– ?Jens Hagman! Somos de la policia. Sabemos que estas ahi dentro. Lo mejor es que te entregues. Estas rodeado y hemos inmovilizado tu coche. No tienes ninguna posibilidad de escapar. Lo mejor que puedes hacer es entregarte. ?Sal con las manos en la cabeza!
Hagman levanto del banco con tanta fuerza a Emma, que esta a punto estuvo de caerse al suelo. Le puso el cuchillo al cuello, mientras avanzaba de espaldas hasta el ventanuco. Miro hacia fuera. Emma vislumbro el mar. Era notorio que estaba desconcertado. Estaba en apuros, y eso seguro que lo hacia mas peligroso aun. Ella deseaba que aflojara la presion sobre su cuello.
Hubo unos momentos de silencio.
Despues se volvio a oir la voz del megafono.
– ?Hagman! Te habla la policia. No tienes salida. ?Sal con las manos en la cabeza!
Jens Hagman reacciono en silencio y con rapidez. Le corto la cuerda de los tobillos, la empujo delante de el escaleras arriba y levanto la trampilla. Iba justo detras de ella. El aire caliente la golpeo. Emma vio la posibilidad de huir. Ella llegaria arriba antes que el. La escalera era estrecha y la abertura del bunker tan angosta que seria imposible que salieran los dos a la vez. Cuando se encontraba ya casi a nivel del suelo e iba a dar el ultimo paso para salir del bunker, dio una patada con todas sus fuerzas a Hagman, que se encontraba debajo de ella en la escalera. La patada lo alcanzo en la cara y lanzo una blasfemia. Al momento sintio su mano alrededor del tobillo y se desplomo.
El intento de huida habia fracasado antes de empezar siquiera. Hagman le silbo al oido:
– Otra treta como esta y estas muerta. Que lo sepas.
Emma entorno los ojos para poder ver algo en la luz de la manana y observo tanto como le fue posible desde su posicion. Se encontraban al lado de un bosque, con el mar a un lado y verdes colinas al otro, rodeados de policias arma en mano. En una colina algo mas alejada se encontraba Anders Knutas con el megafono.
Hagman la tenia sujeta delante de el como un escudo.
– ?Que se retiren todos los policias! Si no, me la cargo aqui y ahora. Solo puede quedarse el comisario. Quiero un coche con el deposito lleno y cien mil coronas en una cartera dentro del coche. Ademas de comida y bebida suficiente para dos personas durante tres dias. Si no haceis lo que digo, le rebano el cuello. ?Lo habeis entendido? ?Y rapido! Si no tengo el coche aqui dentro de dos horas, la mato.
Knutas bajo la mano con la que sujetaba el megafono. Pasaron unos minutos.
– Haremos lo que podamos -le contesto.
Se volvio hacia un colega que habia a su lado y cambiaron unas palabras. Cinco minutos despues habian desaparecido todos los policias. Hagman seguia en la misma posicion que antes. Emma contemplaba el mar y las gaviotas que sobrevolaban el agua, las amapolas en flor, las clavelinas azules y las achicorias. Una belleza que le hacia dano. Volvio a pensar en sus ninos. Habian comenzado sus vacaciones de verano y aqui estaba ella. A un milimetro de la muerte.
Knutas hablaba por un telefono movil. Cuando termino la conversacion, grito hacia ellos.
– Tenemos problemas para conseguir el dinero tan deprisa. Necesitamos mas tiempo.
La agarro con mas fuerza.
– Me importan un carajo vuestros problemas. Ocupate de obtener el dinero. Disponeis exactamente de una hora y cincuenta minutos. ?Si no, morira!
Para subrayar sus palabras, dio a Emma un corte en el cuello, que empezo a sangrar. No sintio ningun dolor.
Casi dos horas mas tarde aparecio en la carretera un Audi de color verde, a unos cien metros de donde se encontraban. Un policia se bajo del coche. Knutas se dirigio a Hagman.
– El coche tiene el deposito lleno y las llaves puestas.
El policia levanto un maletin, lo abrio y les mostro el contenido. Tomo un fajo de billetes.
– Y en el maletin hay cien mil coronas en billetes de cien -grito Knutas-. Ademas de comida y bebida. Exactamente lo que has pedido.
– Bien-contesto Hagman gritando-. Alejaos por lo menos doscientos metros del coche. Despues, quiero un salvoconducto para el transbordador. Tiene que llevarnos a Farosund. Si no, la matare -volvio a decir.
– ?Entendido!
Jens Hagman empujo a Emma delante de el en direccion al coche. Su captor miraba sin cesar a los lados.
Salio derrapando. El Audi dio la vuelta y muy pronto estuvieron en la carretera principal en direccion a Farosund.
A Emma se le arremolinaban los pensamientos. Tenia que hacer algo. Tan pronto como se hubieran quitado de encima a la policia, la mataria. Estaba convencida de ello. Ya se estaban acercando al barco, como se podia ver en las senales marcadas en el asfalto de la carretera.
Hagman redujo la velocidad. Alli estaba el transbordador esperando. Pudo ver al capitan en la cabina. Un marinero, en el muelle, estaba presto para soltar amarras.
Luego, ocurrio todo terriblemente deprisa.
Los policias salieron corriendo de la nada. Jens Hagman reacciono enseguida y los esquivo. Intentaron abrir las portezuelas, pero salieron despedidos cuando Hagman dio un volantazo y el coche giro bruscamente. Un poco