siquiera, que fue el quien violo a Alice. Y el no protesto. Lo mas probable es que se sintiera tan culpable por no haber intervenido para protegerla que penso que tanto daba. Pero eso son especulaciones mias -confeso Erica.
– Asi que lo echaron de la casa, ?no?
– Si, y no se decirte en que medida eso influyo en el desarrollo de su enfermedad, pero Patrik iba a buscar informes medicos y esas cosas. Si Christian recibio algun tipo de atencion medica cuando llego a Gotemburgo, deberia figurar registrado en alguna parte. Se trata de dar con la informacion.
Erica hizo una pausa. Le resultaba tan duro pensar en todo lo que habia sufrido Christian. Y en todo lo que habia hecho.
– Patrik cree que retomaran el caso de los asesinatos de la pareja de Christian y su hijo -continuo-. Despues de todo lo que hemos averiguado…
– ?Cree que Christian los mato a ellos tambien? ?Por que?
– Existe el riesgo de que nunca lo sepamos -dijo Erica-. Ni tampoco por que lo hizo. Si la otra mitad de su personalidad, la sirena o Alice, como queramos llamarla, estaba enfadada con la mitad de Christian, quiza no soportara verlo feliz. Esa es la teoria de Thorvald, y puede que tenga razon. Es posible que la felicidad de Christian fuese el detonante. Pero ya te digo, no creo que lleguemos a saberlo nunca con certeza.
Patrik miraba los dibujos. Y, de pronto, los comprendio perfectamente. El monigote grande y el monigote pequeno, Christian y Alice. Y las figuras negras de uno de ellos, que eran mucho mas siniestras que las demas.
Christian cargo con la culpa. Patrik acababa de hablar con Ragnar, que se lo confirmo. Cuando Alice llego a casa aquella noche, dieron por sentado que Christian la habia violado. Los despertaron los gritos y, cuando bajaron a ver lo que ocurria, vieron a Alice tumbada en el suelo del recibidor. No llevaba mas que la falda y tenia la cara ensangrentada e inflamada. Los dos se le acercaron corriendo y ella les susurro una sola palabra:
– Christian.
Irene subio hecha una furia a su habitacion, lo saco de la cama, noto el olor a alcohol y saco sus conclusiones. Y, a decir verdad, Ragnar creyo exactamente lo mismo. Pero siempre abrigo una sombra de duda. Y quiza por esa razon continuo enviando los dibujos de Alice. Porque nunca estuvo seguro.
Gosta y Martin consiguieron detener a Erik a tiempo. Acababan de informar a Patrik de que ya habian salido de Landvetter. Ya tenian por donde empezar. Luego verian lo que podian hacer, despues de pasado tanto tiempo. Desde luego, Kenneth no pensaba seguir callando, de eso podia dar fe Erica. Y, por otro lado, Erik les debia unas cuantas explicaciones de sus trapicheos economicos. Se veria entre rejas, seguro, al menos un tiempo, aunque a Patrik se le antojara un flaco consuelo.
– ?Ya han empezado a llamar los periodicos! -Mellberg hizo su entrada triunfal, sonriendo de oreja a oreja-. Menudo jaleo se armara con todo esto. Una publicidad estupenda para la comisaria.
– Si, supongo que si. -Patrik seguia mirando los dibujos.
– ?Hemos hecho un buen trabajo, Hedstrom! Lo reconozco. Bueno, habeis tardado un poco en arrancar, pero en cuanto os habeis empleado de lleno y habeis puesto en practica las tacticas policiales de toda la vida, nos ha salido redondo.
– Desde luego -dijo Patrik. No tenia fuerzas ni para irritarse con Mellberg. Se froto el pecho con la mano. Seguia doliendole. Debio de llevarse un golpe mayor de lo que pensaba con la caida.
– Sera mejor que vuelva a mi despacho -afirmo Mellberg-. El
– Ya… -dijo Patrik sin dejar de frotarse con la mano. Joder, pues si que le dolia. Quiza se le pasara si se movia un poco. Se levanto y se fue a la cocina. Tipico. Cuando el decidia tomarse una taza de cafe, ya no quedaba ni una gota. En ese momento llego Paula.
– Alli ya hemos terminado. No tengo palabras. Jamas habria podido imaginar nada asi.
– Ya -respondio Patrik. Era consciente de que no sonaba muy agradable, pero estaba tan cansado… No se sentia con fuerzas para hablar del caso, ni para pensar en Alice y en Christian, en el nino que cuido del cadaver de su madre mientras se descomponia en el calor estival.
Sin apartar la vista de la cafetera, conto unas cucharadas de cafe. ?Cuantas llevaba? ?Dos o tres? No lo recordaba. Intento concentrarse, pero la siguiente cucharada cayo fuera del colador. Lleno otra, pero noto una